Si evita comer pasteles, donuts, pizzas con queso y patatas fritas y se preocupa constantemente por las calorías que ingiere, no se preocupe porque no está solo. Hay muchas personas que intentan mantenerse alejadas de todo lo frito y azucarado para no engordar. Esto no significa que uno tenga que alejarse de los pasteles o los donuts por completo, pero comerlos con moderación puede no obstaculizar sus objetivos de pérdida de peso. Además, seguir una dieta de choque o una dieta de moda puede darle resultados a corto plazo, pero puede causar estragos en su salud a largo plazo.
Evitar los alimentos grasos y aceitosos es la clave de un plan de dieta exitoso. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué nos apetecen esos alimentos cuando estamos a dieta? Un estudio reciente, publicado en la revista Journal of Behavioural Brain Research, ha identificado nuevos circuitos cerebrales que pueden actuar como freno a los atracones y a las ansias de comida basura.
«El deseo de comer alimentos ricos en grasa -lo que incluye muchos alimentos basura- es una parte importante de la obesidad y los atracones», afirma Jonathan Hommel, autor principal del estudio. «Cuando se intenta perder peso, la gente suele esforzarse por evitar los alimentos grasos, lo que irónicamente aumenta la motivación y el ansia por estos alimentos y puede llevar a comer en exceso. Y lo que es peor, cuanto más tiempo se abstenga alguien de los alimentos grasos, mayores serán los antojos», añadió Hommel.
Añadir más frutas y verduras frescas y de temporada a su dieta no sólo favorecerá su salud, sino que también acelerará el ritmo de su programa de pérdida de peso. Algunas opciones saludables que puedes probar son los zumos de frutas y verduras frescas, los panes integrales con hummus, los frutos secos tostados, las mezclas de frutos secos, el requesón, los batidos de frutas hechos con leche baja en grasa, los cereales secos y las ensaladas de granos como el cuscús, la quinoa, el bulgur y la cebada, las ensaladas de huevos cocidos con verduras, las carnes bajas en grasa como el pollo y el pescado con verduras, las judías y los brotes, y el yogur.