Una serie de sustancias químicas cáusticas tienen usos profesionales, y la más utilizada es la sosa cáustica, también conocida como lejía o hidróxido de sodio (NaOH). La sosa cáustica se utiliza en una serie de industrias, como la fabricación de papel, la fabricación de limpiadores y jabones de consumo y la fabricación de textiles.
El peligro de la exposición a una sustancia cáustica varía en función de la intensidad de la alcalinidad de la sustancia, la estabilidad del compuesto del que forma parte y su concentración. Debido a su naturaleza peligrosa, estas sustancias están sujetas a las normas de comunicación de riesgos, como la provisión de Fichas de Datos de Seguridad que describan sus peligros y muestren la señalización de advertencia del SGA.
Las sustancias cáusticas altamente corrosivas a las que se les reconoce la capacidad de degradar materiales deben almacenarse en recipientes de almacenamiento secundario (por ejemplo, bandejas para derrames que cumplan con las normas) para evitar la exposición en caso de derrame. También deben mantenerse separados de los ácidos, con los que los cáusticos fuertes reaccionan violentamente. Además, es necesario utilizar un equipo de ventilación adecuado en el lugar de trabajo para mantener la exposición de los trabajadores en un nivel seguro. Muchas sustancias cáusticas emiten humos, y algunas sustancias cáusticas pueden degradar metales como el zinc, el estaño y el plomo a través de una reacción química que da lugar a la formación de un gas combustible/explosivo.
Las normas de la OSHA exigen que los trabajadores que puedan estar potencialmente expuestos a niveles inseguros de sustancias químicas, incluidas las sustancias cáusticas, dispongan de EPI y equipos respiratorios adecuados, así como de instalaciones de tratamiento de emergencia para responder a posibles exposiciones accidentales. Las salvaguardias particulares necesarias varían en función de los peligros asociados a la sustancia que se manipula, así como del método por el que se manipula. Los límites de exposición permisibles (PEL) de la OSHA proporcionan límites de exposición reglamentarios para varias sustancias cáusticas individuales.
En entornos ocupacionales, los trabajadores tienen más probabilidades de sufrir quemaduras externas que lesiones internas. La mayoría de las lesiones internas por sustancias cáusticas (80%) las sufren los niños pequeños que han ingerido sin saberlo un limpiador doméstico con propiedades cáusticas.