Los dolores de cabeza afectan a una de cada dos personas seropositivas, y más de una de cada cuatro personas que viven con el virus experimenta migrañas crónicas, según un nuevo trabajo de investigación de la Universidad de Mississippi publicado antes de su impresión en la revista médica Headache.

«Esta investigación es interesante por varias razones», señaló el doctor Todd Smitherman en un comunicado de prensa adjunto. «Investigaciones recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. muestran que, a pesar de la disponibilidad de medicamentos que frenan eficazmente la progresión de la enfermedad, la mayoría de los estadounidenses con VIH no tienen la enfermedad bajo control. Nuestro estudio muestra que los pacientes con VIH/SIDA mal controlado son los más propensos a sufrir también migrañas frecuentes y graves en tasas que superan con creces las de la población general».

El objetivo del estudio, realizado por Smitherman y sus colegas, era caracterizar los síntomas de dolor de cabeza entre las personas que viven con el VIH y evaluar las asociaciones entre los dolores de cabeza y diversas variables de la enfermedad del VIH, como el recuento de células CD4, la carga viral, la duración de la infección por el VIH y el uso de la terapia antirretroviral (ARV).

Doscientas personas que viven con el VIH con una edad media de 43 años -el 49 por ciento eran mujeres y el 74 por ciento eran afroamericanas- de una clínica de medicina interna y de una clínica de extensión del SIDA participaron en una entrevista de diagnóstico y en dos evaluaciones de la discapacidad relacionada con el dolor para evaluar y definir las características del dolor de cabeza y las características relacionadas que son coherentes con las clasificaciones médicas establecidas. El estudio tuvo un diseño transversal, lo que significa que se pidió a los voluntarios que recordaran sus síntomas de dolor de cabeza actuales o pasados, junto con su historial médico sobre el VIH, durante la entrevista y la visita de evaluación.

Según los resultados del estudio, 107 (53,5 por ciento) de los sujetos entrevistados seropositivos informaron de síntomas de dolor de cabeza. Desgraciadamente, los investigadores no emplearon un grupo de control -constituido por personas sin VIH emparejadas demográficamente-, por lo que el estudio no pudo concluir que los síntomas de dolor de cabeza sean necesariamente más comunes entre las personas que viven con el VIH.

Sin embargo, Smitherman y sus colegas observaron que muchos de los dolores de cabeza declarados «no eran los típicos dolores de cabeza por tensión». Alrededor del 27,5% de los voluntarios del estudio cumplían los criterios de la «migraña crónica», una rara condición de dolor de cabeza en la que una persona tiene síntomas de migraña -dolor de cabeza intenso, pulsante y palpitante; sensibilidad a la luz; náuseas y vómitos; visión borrosa; etc.- durante 15 o más días al mes. En comparación, los autores sugieren que sólo el 2 por ciento de la población general está clasificado como portador de migrañas crónicas.

La gravedad de la enfermedad del VIH -indicada por el recuento de células CD4-, pero no la duración del VIH ni el número de medicamentos antirretrovirales prescritos, se asoció fuertemente con la gravedad, la frecuencia y la discapacidad del dolor de cabeza. La gravedad del VIH también distinguió la migraña de las cefaleas de tipo tensional. Los investigadores no informaron de si existía una asociación entre ARVs específicos y dolores de cabeza.

«El dolor de cabeza problemático es altamente prevalente entre los pacientes con VIH/SIDA, la mayoría de los cuales se ajustan a la de la migraña crónica», concluyen los autores. «La baja frecuencia de causas secundarias identificables» -en particular las enfermedades del sistema nervioso central relacionadas con el SIDA- «es probablemente atribuible a la menor frecuencia de infecciones oportunistas en la era actual de ,» añaden. «La gravedad de la enfermedad predice fuertemente el dolor de cabeza, lo que subraya la importancia de que el médico preste atención a los síntomas del dolor de cabeza y de que el paciente cumpla el tratamiento».»

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