Te vas al trabajo por la mañana y tu planta parece perfectamente feliz, pero cuando llegas a casa está triste y caída. ¿Por qué se marchitan las plantas? Normalmente porque tienen sed.
Muchas plantas no leñosas dependen casi exclusivamente de la presión del agua, o turgencia, dentro de sus células para mantenerse erguidas. Sin embargo, las plantas pierden constantemente agua a través de pequeñas aberturas en sus hojas (llamadas estomas) en un proceso conocido como transpiración. Aunque la transpiración es vital para la fotosíntesis y ayuda a transportar los nutrientes de las raíces al resto de la planta, la mayor parte del agua absorbida por las raíces se pierde por este proceso. En un día caluroso y seco (o después de varios días sin lluvia o riego), la transpiración hace que se pierda más agua de la que entra, y el equilibrio hídrico dentro de la planta puede verse alterado. Las células deshidratadas y colapsadas de las hojas y los tallos ya no pueden mantenerse erguidas, y la planta comienza a marchitarse. Curiosamente, el marchitamiento también sirve para reducir la pérdida de agua, ya que las hojas caídas exponen menos superficie a los rayos solares de evaporación. La mayoría de las plantas se recuperan rápidamente cuando se les da agua, aunque la deshidratación prolongada puede ser fatal o causar la muerte de las hojas.
También hay una serie de enfermedades de las plantas, conocidas colectivamente como «marchitamiento», que hacen que las plantas se marchiten y pierdan el color. Estas infecciones pueden ser causadas por virus, bacterias u hongos, y muchas de estas enfermedades matarán a la planta si no se tratan. Si una planta marchita no se anima después de recibir agua y, en general, tiene un aspecto poco saludable, es posible que uno de estos culpables sea el culpable. Muchos cultivos alimentarios importantes son susceptibles de padecer enfermedades de marchitez, pero los criadores modernos han desarrollado cepas y variedades resistentes para varias de estas plantas.
Por último, algunas plantas, especialmente las leguminosas, se marchitan por la noche, un fenómeno que se conoce como nictiosis. Las hojas de muchas de estas especies están provistas de crecimientos articulares llamados pulvini, que permiten que las hojas o foliolos se marchiten en respuesta a la oscuridad y la temperatura. La presión de turgencia en los pulvini está regulada en gran medida por un fotorreceptor químico que hace que el agua salga de las articulaciones por la noche y las rellene durante el día. El propósito de esta inusual adaptación no está claro, aunque los estudios genéticos sugieren que puede ayudar al crecimiento.