Las dietas ultra bajas en grasas han sido estudiadas a fondo, y las pruebas indican que pueden ser beneficiosas contra varias afecciones graves, como las enfermedades cardíacas, la diabetes, la obesidad y la esclerosis múltiple.

Enfermedades del corazón

Los estudios demuestran que una dieta ultrabaja en grasas puede mejorar varios factores de riesgo importantes para las enfermedades del corazón, incluyendo (8, 9, 10, 11, 12, 13):

• la presión arterial alta
• el colesterol sanguíneo alto
• la proteína C reactiva alta, un marcador de inflamación

Un estudio realizado en 198 personas con enfermedades cardíacas encontró efectos especialmente llamativos.

Sólo 1 de los 177 individuos que siguieron la dieta experimentó un evento relacionado con el corazón, en comparación con más del 60% de las personas que no siguieron la dieta (14).

Diabetes tipo 2

Varios estudios indican que las dietas muy bajas en grasas y altas en carbohidratos pueden producir mejoras en las personas con diabetes tipo 2 (15, 16, 17, 18, 19).

Por ejemplo, en un estudio realizado en personas con diabetes de tipo 2 con una dieta de arroz muy baja en grasas, 63 de 100 participantes disminuyeron sus niveles de azúcar en sangre en ayunas (20).

Es más, el 58% de los individuos que eran dependientes de la insulina antes del estudio pudieron reducir o suspender por completo la terapia de insulina.

Otro estudio señaló que una dieta ultrabaja en grasas puede ser incluso más beneficiosa para las personas con diabetes que no son ya dependientes de la insulina (17).

Obesidad

Las personas obesas también pueden beneficiarse de una dieta muy baja en grasas.

La dieta de arroz muy baja en grasas se ha utilizado para tratar a personas obesas con resultados impresionantes.

Un estudio en 106 personas con obesidad masiva descubrió que los participantes en esta dieta perdieron 140 libras (63.5 kg) de media, lo que puede parecer sorprendente para una dieta que consiste principalmente en carbohidratos refinados (21).

Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune que afecta al cerebro, a la médula espinal y a los nervios ópticos de los ojos.

Las personas con esta enfermedad también pueden beneficiarse de una dieta ultrabaja en grasas.

En 1948, Roy Swank comenzó a tratar la EM con la llamada dieta Swank.

En su estudio más famoso, Swank hizo un seguimiento de 150 personas con EM durante más de 50 años. Los resultados indican que una dieta ultrabaja en grasas puede ralentizar la progresión de la EM (22, 23).

Después de 34 años, sólo el 31% de los que siguieron la dieta habían muerto, en comparación con el 80% de los que no siguieron sus recomendaciones (24).

RESUMEN

Una dieta ultrabaja en grasas puede mejorar los factores de riesgo de las enfermedades cardíacas y beneficiar a las personas con diabetes tipo 2, obesidad y EM.