Diafragma

Continuación del anterior…

Los pulmones están encerrados en la cavidad torácica por la caja torácica por delante, por detrás y por los lados con el diafragma formando el suelo de la cavidad. Cuando inhalamos, el diafragma se contrae y es arrastrado inferiormente hacia la cavidad abdominal hasta quedar plano. Al mismo tiempo, los músculos intercostales externos entre las costillas elevan la caja torácica anterior como el asa de un cubo. La cavidad torácica se hace más profunda y más grande, aspirando el aire de la atmósfera. Durante la espiración, la caja torácica desciende a su posición de reposo mientras el diafragma se relaja y se eleva a su posición en forma de cúpula en el tórax. El aire de los pulmones es expulsado del cuerpo a medida que disminuye el tamaño de la cavidad torácica.

Estructuralmente, el diafragma consta de dos partes: el músculo periférico y el tendón central. El músculo periférico está formado por muchas fibras musculares radiales – originadas en las costillas, el esternón y la columna vertebral – que convergen en el tendón central. El tendón central -una aponeurosis plana formada por densas fibras de colágeno- actúa como punto de inserción resistente de los músculos. Cuando el aire entra en los pulmones, los músculos del diafragma se contraen y tiran del tendón central hacia la cavidad abdominal. Esto agranda el tórax y permite que el aire infle los pulmones.

El músculo periférico puede dividirse además por sus orígenes en las regiones esternal, costal y lumbar. La región esternal está formada por dos pequeños segmentos musculares que se unen a la cara posterior de la apófisis xifoides. La región costal está formada por varios segmentos musculares anchos cuyos orígenes se encuentran en la superficie interna de las seis costillas inferiores y los cartílagos costales. La región lumbar tiene su origen en la vértebra lumbar a través de dos pilares tendinosos llamados crura musculotendinosa. Estos pilares envuelven la aorta a su paso por el diafragma para formar el hiato aórtico.

El diafragma se contrae a veces de forma involuntaria debido a ciertas irritaciones; estas contracciones pueden producirse porque comemos demasiado deprisa, tomamos bebidas gaseosas, experimentamos alguna indigestión ácida o estamos afrontando un día estresante. Si se inhala aire en estos momentos de contracción, el espacio entre las cuerdas vocales en la parte posterior de la garganta se cierra repentinamente, produciendo el ruido que llamamos hipo. Los episodios de hipo de corta duración son muy comunes. También pueden producirse episodios de hipo de larga duración (que duran días) y suelen estar causados por la irritación de los nervios, aunque sería necesaria la atención médica para descartar otros problemas de salud.