¿Cómo podemos detener un secuestro de la amígdala?

Si puedes mantener la cabeza cuando todos a tu alrededor pierden la suya y te echan la culpa…

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella… – Rudyard Kipling

Hace una semana recibí una llamada de una querida amiga de Italia: estaba preocupada por mí debido al brote de COVID-19. Insistió en que me quedara en casa y que usara una máscara para protegerme. Insistió en que me mantuviera a salvo, a pesar de mis esfuerzos por asegurarle que, en la situación actual, no es necesario atrincherarse en casa, y que basta con un poco de cuidado e higiene personal.

Extrañamente, un par de días después de su llamada, se registraron los primeros casos de Coronavirus en Italia. Y, en sólo tres días, esos pocos casos se multiplicaron a más de 150, incluyendo tres muertes. Un pánico salvaje se apoderó de la situación tras una propagación tan rápida del virus, agravada por la falta de confianza en las autoridades italianas para contener el brote.

Aunque es comprensible cierto pánico, no me sentí orgulloso de mi país de origen al leer un artículo sobre cómo el Coronavirus ha desencadenado «olas histéricas» y «vergonzosas de xenofobia» en Italia. En él se informaba de las numerosas declaraciones de odio que circulan por las redes sociales, como la de una mujer que le dice a un chino: «¡Por tu culpa vamos a morir todos!», y que éste le responde «Señora, yo sólo he visto China en Google Maps» en un italiano fluido.

En este momento, en el que el COVID-19 está copando las noticias a nivel mundial, los expertos están discutiendo una serie de interesantes fenómenos psicológicos:

– los sesgos psicológicos a la hora de juzgar el peligro

– la difusión de noticias falsas

– los medios sociales magnificando los acontecimientos y distorsionando la percepción del público en general

– el pánico moral fomentando irracionalmente la estigmatización y la xenofobia

El pánico se extiende mucho más rápido que cualquier pandemia.

En este escenario, culpar a los que tienen pánico y se comportan de forma irracional tampoco sirve; hay que reconocer que su miedo es real. Al fin y al cabo, se sabe muy poco sobre este virus y sobre su evolución y escenarios futuros.

Así que la pregunta que debemos hacernos es: ¿qué podemos hacer para calmarnos y evitar tomar decisiones perjudiciales e irracionales cuando nos sentimos abrumados por el miedo u otras emociones?

Antes de hablar de cualquier estrategia, me gustaría dar un paso atrás y centrarme en un fenómeno psicológico denominado «secuestro de la amígdala». Este término fue acuñado por el psicólogo Daniel Goleman en su libro Inteligencia emocional.

La amígdala es la parte del cerebro responsable del procesamiento emocional. Cuando nos sentimos amenazados, nuestros pensamientos y emociones pueden eludir la corteza (la parte pensante del cerebro) y tomar el control. Nuestras emociones nos dicen que es urgente, que tenemos que prestar atención y reaccionar sin pensarlo dos veces. Esto se llama la respuesta de lucha o huida y evolucionó para ayudar a los primeros humanos a sobrevivir en un entorno lleno de amenazas: ¿me lo como o me come?

Si fueras un cavernícola o una cavernícola que saliera de su cueva una mañana y viera un hermoso arco iris a un lado y un tigre al otro, lo mejor para tu supervivencia sería centrarte en el tigre y estar preparado para la acción sin perder tiempo pensando en un plan racional. En los tiempos que corren, nos bombardean continuamente con «amenazas» y seguimos reaccionando ante ellas como si fueran tigres. Durante esta reacción, el cerebro emocional no permite que la lógica penetre a través de las hormonas que bombardean nuestro cuerpo, la lógica se vuelve nebulosa e incluso nos puede resultar difícil pensar con claridad.

En algunas situaciones, la amígdala incluso toma el control sobre mi cerebro racional. Por ejemplo, no pude evitar sentirme ansioso cuando, tras un episodio de compras de pánico, se agotó todo el papel higiénico en todos los supermercados de la ciudad y no había huecos disponibles para los envíos online. Así de fácil es ser víctima del complot de la amígdala¡

Entonces, ¿qué podemos hacer para detener el secuestro de la amígdala y tomar decisiones positivas y racionales?

Exploremos algunos consejos y consideraciones:

Sea consciente

El primer paso es reconocer que se siente amenazado o estresado y que su respuesta de lucha o huida se ha activado. Toma conciencia de cómo reaccionan tus emociones y tu cuerpo ante un estrés importante.

Cálmese y tome el control

Cuando se sienta abrumado por la emoción (puede ser miedo, ira, ansiedad o estrés) tómese un tiempo para calmarse practicando la respiración profunda o la meditación. Al relajar tu cuerpo y tu mente de esta manera, puedes cambiar el enfoque de tu cerebro de responder a una amenaza o al estrés a la paz interior y la calma.

Emplee su cerebro razonador

Use su lóbulo frontal para pensar en la situación, revisar las posibles opciones y elegir la forma más racional y lógica de responder. Ayude a utilizar la lógica escribiendo:

▪ el peor escenario

▪ el mejor escenario

▪ el resultado más probable de la situación estresante

Tenga en cuenta los prejuicios

Desgraciadamente, nuestro pensamiento racional no está libre de prejuicios. La razón por la que existe el sesgo es que nuestro cerebro necesita tomar decisiones rápidas sin verse abrumado por un exceso de información, por lo que filtra la información y toma atajos.

Por ejemplo, en lo que respecta al Coronavirus, como los medios de comunicación nos bombardean con casos de este brote (sesgo de disponibilidad), tendemos a considerar que el virus está más extendido que la gripe (de la que se habla menos). Sin embargo, los datos nos muestran que sólo en EE.UU., la gripe ha causado ya una estimación de 26 millones de enfermedades y 14.000 muertes esta temporada, en comparación con 75.000 enfermedades y 2.000 muertes, principalmente en China continental, causadas por el COVID-19. El dengue también es una buena referencia en Singapur: ¡300-400 casos a la semana y nueve muertes desde principios de 2020!

Entonces, ¿cómo podemos seguir sin prejuicios? No podemos – y este es un tema para otra ocasión. Sin embargo, en el caso del Coronavirus, podemos hacer un esfuerzo consciente para escuchar y prestar atención a los consejos oficiales. Las autoridades no tienen la historia completa, pero están buscando el consejo de los mayores expertos disponibles y son la mejor apuesta que tenemos.

Focaliza conscientemente tu atención

Una persona resiliente se centraría en lo positivo – sin ignorar al tigre pero también notando el arco iris, y lo que está bajo su control.

Volviendo al virus, puedes centrarte en el número de personas que han sido dadas de alta del hospital y en lo que puedes hacer en esta situación. Esto podría ser mantenerte informado, practicar una buena higiene personal y mantener tu cuerpo y tu mente sanos para que seas más fuerte si contraes el virus. El pánico no ayudará, ya que el estrés debilita nuestro sistema inmunitario.

Conecta

Por último, en los momentos difíciles, debemos acudir a los demás en busca de apoyo.

Con el COVID-19, apoyémonos unos a otros y a quienes luchan contra el estigma y la discriminación. La histeria colectiva puede tener consecuencias más graves que el propio virus.

Ser consciente del secuestro de la amígdala no te hará inmune al estrés o a la sobrecarga emocional. Sin embargo, reconocer cuando ocurre te dará la oportunidad de notar el arco iris y tomar decisiones más positivas y racionales.

Autor: Ivana Fertitta

Editor: Nedda Chaplin

Ivana Fertitta es psicóloga de formación y se centra en el bienestar en el trabajo. Contacta con nosotros para saber más sobre resiliencia, gestión del estrés y cómo crear un lugar de trabajo feliz.