El Canal de Suez, que conecta el Mediterráneo y el Mar Rojo, se inaugura en una elaborada ceremonia a la que asiste la emperatriz francesa Eugenia, esposa de Napoleón III.
En 1854, Ferdinand de Lesseps, antiguo cónsul francés en El Cairo, consigue un acuerdo con el gobernador otomano de Egipto para construir un canal de 100 millas a través del istmo de Suez. Un equipo internacional de ingenieros elaboró un plan de construcción, y en 1856 se constituyó la Compañía del Canal de Suez, a la que se concedió el derecho a explotar el canal durante 99 años tras la finalización de las obras.
La construcción comenzó en abril de 1859, y al principio la excavación se hizo a mano con picos y palas manejados por trabajadores forzados. Más tarde llegaron trabajadores europeos con dragas y palas de vapor. Los conflictos laborales y una epidemia de cólera ralentizaron la construcción, y el Canal de Suez no se terminó hasta 1869, con cuatro años de retraso. El 17 de noviembre de 1869, el Canal de Suez se abrió a la navegación. Ferdinand de Lesseps intentaría más tarde, sin éxito, construir un canal a través del Istmo de Panamá.
Cuando se abrió, el Canal de Suez tenía sólo 25 pies de profundidad, 72 pies de ancho en el fondo y 200 a 300 pies de ancho en la superficie. En consecuencia, menos de 500 barcos lo navegaron en su primer año completo de funcionamiento. Sin embargo, en 1876 se iniciaron importantes mejoras y el canal pronto se convirtió en una de las vías marítimas más transitadas del mundo. En 1875, Gran Bretaña se convirtió en el mayor accionista de la Compañía del Canal de Suez al comprar las acciones del nuevo gobernador otomano de Egipto. Siete años después, en 1882, Gran Bretaña invadió Egipto, iniciando una larga ocupación del país. El tratado anglo-egipcio de 1936 convirtió a Egipto en un país prácticamente independiente, pero Gran Bretaña se reservó los derechos de protección del canal.
Después de la Segunda Guerra Mundial, Egipto presionó para que se evacuaran las tropas británicas de la zona del canal de Suez, y en julio de 1956 el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser nacionalizó el canal, con la esperanza de cobrar peajes que pagaran la construcción de una enorme presa en el río Nilo. En respuesta, Israel invadió a finales de octubre, y las tropas británicas y francesas desembarcaron a principios de noviembre, ocupando la zona del canal. Bajo la presión de las Naciones Unidas, Gran Bretaña y Francia se retiraron en diciembre, y las fuerzas israelíes se fueron en marzo de 1957. Ese mes, Egipto tomó el control del canal y lo reabrió a la navegación comercial.
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Diez años después, Egipto volvió a cerrar el canal tras la Guerra de los Seis Días y la ocupación de la península del Sinaí por parte de Israel. Durante los ocho años siguientes, el Canal de Suez, que separa el Sinaí del resto de Egipto, fue la línea de frente entre los ejércitos egipcio e israelí. En 1975, el presidente egipcio Anwar el-Sadat reabrió el Canal de Suez como gesto de paz tras las conversaciones con Israel. En la actualidad, decenas de barcos navegan por el canal a diario, transportando más de 300 millones de toneladas de mercancías al año.