Si te gusta la piña fresca y dulce, comprar una entera es una forma saludable de disfrutar del sabor del trópico. Además, una piña entera y madura es fácil de trabajar en tus recetas, ya sea para hacer zumos, hornear con ella o simplemente comerla con los dedos. El primer paso consiste en aprender a seleccionar la mejor piña. Una vez realizada esa feliz tarea, llegar a la deliciosa pulpa de una piña fresca es más fácil de lo que parece. Una de las mejores partes es que no necesitas ninguna herramienta sofisticada. Para cortar una piña, necesitarás un cuchillo grande y afilado y estos útiles consejos que te damos en Williams-Sonoma.
Primero, hazlo más sencillo
Crea una superficie firme cortando tanto la parte inferior como la superior de tu piña. Utiliza un cuchillo con un agarre cómodo que facilite el trabajo con artículos grandes y de piel dura como las piñas. Cuando cortes la parte superior, sé generoso con la cantidad que quites. Esa parte de la fruta es muy densa, fibrosa y de textura leñosa. Lo mismo ocurre con la parte inferior de la piña. Esas dos secciones no son las partes jugosas que buscas. Puedes convertirlas en abono, a no ser que quieras probar a cultivar una piña enraizando la parte superior.
Entonces, quítale la piel
Después de cortar la parte superior y la inferior, pon la piña de pie sobre una tabla de cortar estable y empieza a recortar la piel de los lados. Con esta técnica, no se quita demasiada pulpa. Recorre la piña para eliminar toda la piel e intenta minimizar la profundidad del recorte. Quita lo justo para que no quede piel. Te encontrarás con unos cuantos ojos de piña que te miran fijamente, ¡pero no te preocupes! Hay una forma de eliminarlos también.
Ahora, alísalo
Usa un cuchillo de pelar más pequeño para cortar algunos de estos ojos de piña que no quieres comer. O, para eliminarlos de manera más uniforme, determine rápidamente el patrón diagonal de los ojos. Puedes eliminar toda una fila de ojos cortando trincheras en forma de V alrededor de la piña, levantando las tiras de la fruta. Trabaja alrededor de la piña haciendo estos cortes en forma de ondas. Terminará con una piña más decorativa, cortada en espiral y sin ojos, que quedará preciosa en un plato de servir.
Por último, quítele el corazón
Después de quitarle los ojos, corte la piña en cuartos con su cuchillo grande. Corta la piña por la mitad por el centro. A continuación, corte cada mitad de la piña por la mitad para crear cuatro secciones. En este punto, has dejado al descubierto la parte interior dura de la piña. Corta este núcleo de cada cuarto de piña. Si prefieres utilizar una herramienta para todo este proceso, encontrarás herramientas para descorazonar piñas, como un cortador de piñas de acero inoxidable. Pela, descorazona, corta en rodajas y en dados la espinosa fruta -con ojos y todo- al tiempo que maximiza la cantidad de fruta que obtienes de cada piña.
Corta en rodajas, en dados, en trozos o en el horno
En este punto, estás listo para cortar en dados o en trozos la piña de la manera que quieras utilizarla en una receta. Córtala en trozos para comerla sola, córtala en rodajas para usarla en un pastel de piña al revés o córtala finamente para usarla en un batido de piña o en un sorbete de mango y piña.
Mira el vídeo de abajo para ver una demostración de nuestra técnica para la forma más rápida y fácil de romper una piña entera.