Energía y seguridad

La «revolución del esquisto» se refiere a la combinación de fracturación hidráulica y perforación horizontal que permitió a Estados Unidos aumentar significativamente su producción de petróleo y gas natural, sobre todo a partir de formaciones petrolíferas compactas, que ahora representan el 36% de la producción total de crudo de Estados Unidos. Esta nueva capacidad de producción ha reducido la dependencia de Estados Unidos de las importaciones de petróleo del exterior y sigue proporcionando un importante impulso económico mientras el país se recupera de la recesión de 2008. El petróleo y el gas constituyeron el 1,6% del PIB de Estados Unidos en 2011 y sigue creciendo. El desarrollo de las formaciones de esquisto se ha correlacionado con un aumento del empleo, ya que la industria del petróleo y el gas añadió 169.000 puestos de trabajo entre 2010 y 2012.1

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Bases de esquisto de Estados Unidos. (U.S. Energy Information Administration)

Estados Unidos es ahora uno de los principales productores de petróleo y gas, ya que el suministro mundial se ha diversificado lejos de Oriente Medio. La reducción de las importaciones de hidrocarburos mejora la balanza comercial estadounidense y minimiza el apoyo financiero directo a los regímenes exportadores de petróleo que pueden actuar en contra de los intereses de Estados Unidos. Gracias al aumento de la producción nacional de petróleo, las importaciones netas de petróleo han descendido al 27% del consumo total de Estados Unidos, la cifra más baja desde 1985.2 Los políticos esperan que el auge del esquisto pueda fomentar una era de «independencia energética» de Estados Unidos, en la que la producción nacional satisfaga el consumo. Sin embargo, como el petróleo se cotiza en un mercado global, mientras Estados Unidos siga conectado a los mercados mundiales, siempre será vulnerable a las crisis de precios. Incluso si Estados Unidos sigue reduciendo sus importaciones de petróleo a casi cero, una interrupción del suministro en Oriente Medio haría subir los precios mundiales del petróleo, perjudicando a los consumidores estadounidenses. Mientras que esta lógica de «una gran reserva» es válida para el petróleo, el mercado del gas natural está más desarticulado regionalmente y, por lo tanto, presenta un conjunto único de desafíos.

Geografía y geología de la nueva producción

Estados Unidos es ahora el mayor productor mundial de gas natural seco, produciendo el 20% del suministro total del mundo, el 40% del cual procede de esquisto.3 Hay tres grandes yacimientos de esquisto que representan más del 70% de la producción total.

Producción de petróleo de baja densidad en Estados Unidos

Producción de petróleo de baja densidad en Estados Unidos

Producción de petróleo de baja densidad en Estados Unidos. (U.S. Energy Information Administration/Drilling Information)

Hay varias razones por las que el desarrollo del petróleo y el gas de esquisto ha despegado en Estados Unidos. Estados Unidos es un país único en el sentido de que el propietario de la tierra es el dueño de los recursos de hidrocarburos que se encuentran debajo de la propiedad, a diferencia de lo que ocurre en otras partes del mundo, donde los gobiernos poseen los derechos minerales del subsuelo. La industria del petróleo y el gas tiene acceso al capital y cuenta con abundante experiencia en la geología estadounidense. La normativa de Estados Unidos promueve el desarrollo del petróleo y el gas y ofrece un proceso de concesión de permisos estable y predecible. Por último, Estados Unidos se beneficia de contar con una amplia red de infraestructuras capaz de gestionar la expansión del sector del petróleo y el gas. Aunque estos factores han contribuido a una receta de éxito en Estados Unidos, cada nueva situación geológica y política exigirá un enfoque único para desarrollar los recursos de esquisto en otros lugares del mundo.

Cuencas de esquisto globales

Cuencas de esquisto globales

Cuencas de esquisto globales. (U.S. Energy Information Administration)

Stephen Brown & Mine Yucel, «The Shale Gas and Tight Oil Boom: U.S. States’ Economic Gains and Vulnerabilities», Council on Foreign Relations (octubre de 2013).

«The Economic and Budgetary Effects of Producing Oil and Natural Gas From Shale», Congressional Budget Office (diciembre de 2014).

«Liquid Fuels and Natural Gas in the Americas», U.S. Energy Information Administration (enero de 2014).