Consejos para afrontar el parto
Tómese su tiempo. La mayoría de los partos duran muchas horas. Los primeros partos suelen empezar lentamente. Por lo general, el cuello uterino tarda varias horas en adelgazar (borrarse) y abrirse (dilatarse) hasta los tres centímetros. A veces, las contracciones comienzan y se detienen a lo largo de varios días. Tómese su tiempo para un largo recorrido.
Tenga tiempo para adaptarse. Si sus contracciones empiezan de repente o se hacen más fuertes de repente, puede sentirse desafiada y con menos control. Deberá encontrar un ritmo para afrontar este cambio. Considera la posibilidad de cambiar tu respiración o tu posición. Pueden pasar varias contracciones antes de que sienta que está trabajando bien con sus contracciones.
Comparta el trabajo de parto con un acompañante. Es importante que te acompañe tu pareja, un familiar, un amigo o un compañero de parto. Él o ella puede darle un apoyo afectuoso y puede ser una verdadera ayuda para mantenerla concentrada en la respiración y la relajación.
Además, su acompañante de parto le ayuda con técnicas de confort, comparte sus deseos con el personal del hospital y le transmite información.
Hágalo a su manera. Aunque usted y su acompañante de parto hayan practicado técnicas específicas, puede utilizar otras cuando esté de parto. O incluso puede inventar nuevas formas de afrontarlo. Haga lo que mejor le funcione y le ayude a lidiar con las contracciones y a descansar entre ellas.
Quédese en casa el mayor tiempo posible. Siga las instrucciones de su proveedor de atención médica. En general, no acuda al hospital en un parto prematuro sólo porque lo sea. Si no ha roto aguas, quédese en casa todo el tiempo que pueda. Es más fácil relajarse en casa.
Si no se produce ningún cambio en el cuello uterino o no tiene contracciones regulares -incluso si está dilatada más de tres centímetros- su equipo de atención médica puede recomendarle que se vaya a casa.
Descansa un poco. Si está cansada o ésta es su hora normal de sueño, intente dormir. Tome una ducha caliente para relajarse. Duerma entre las contracciones si puede. Esto conservará su energía. Si está descansada, alterne la actividad y el descanso.
Distráigase para mantenerse relajada. Dé un paseo al principio del parto. Vea una película. Lea. Hable con sus familiares y amigos. Juegue a un juego. Tome una ducha o un baño caliente. Piensa en un lugar tranquilo y agradable. Piensa en tu bebé. Estar relajada mantiene el suministro de oxígeno a su cuerpo y permite que el útero haga el trabajo de adelgazamiento y apertura del cuello uterino.
Aliméntate. Beba agua, zumos de frutas o té. Beba al menos seis onzas cada hora. Coma ligeramente. Coma alimentos fáciles de digerir como gelatina, tostadas y sopa.
Vaya al baño. Vaya al baño cada pocas horas. No espere a sentir que tiene que orinar. Una vejiga llena hace que el parto sea más incómodo. También puede ralentizar el progreso de su bebé a través de la vagina (canal de parto).
Escuche música y haga sus propios sonidos. Si la música le ayuda a relajarse o a distraerse, ponga lo que mejor le suene. Asegúrese de llevar al hospital un reproductor de música y su música favorita. Canta, canta, reza, habla o gime. Haga lo que le parezca mejor.
Use sus ejercicios de mente-cuerpo. Es importante relajar la mente y el cuerpo durante el parto. Esto reduce la presión arterial y aporta más oxígeno al útero y al bebé. Utiliza las técnicas de respiración e imágenes guiadas que has aprendido.
Prueba la aromaterapia. Activa la relajación con tu sentido del olfato. Los aromas sencillos de la aromaterapia, como la lavanda, son probablemente los mejores. Estar de parto puede hacerte más sensible a los olores. Cuando estés en casa, enciende una vela aromática o quema incienso. Cuando vaya al hospital, llévese una almohada perfumada con
su fragancia favorita.
En el hospital, tiene la opción de utilizar inhaladores de aceites esenciales: lavanda, mejorana dulce, mandarina o jengibre. Consulte a su enfermera antes de utilizar un aroma que llene la habitación.
Utilice el tacto para relajarse. Pida a su compañero de parto que le dé un masaje o un masaje de pies. Realice un effleurage (un ligero masaje circular con las yemas de los dedos) en el abdomen o los muslos. Pídale que haga cosas que le ayuden a relajarse, como acariciarle el pelo o la frente, o frotarle el cuello y los hombros.
Utilice el frío para calmar el dolor y el calor para ayudar a la relajación y el confort. Pruebe con hielo, una bolsa de congelación o una bolsa de verduras congeladas, como los guisantes. Para el calor, utilice una bolsa de agua caliente, un parche térmico, una almohadilla térmica o un calcetín de algodón relleno de arroz y calentado en el microondas. En el hospital, puedes pedir una manta caliente. Asegúrese de envolver los artículos calientes o fríos en una toalla para evitar que le hagan daño a la piel.
Use afirmaciones positivas para el parto. Puede resultarle útil y reconfortante decirse a sí misma cosas positivas y alentadoras. Dígalas en voz alta o en silencio. También puede pedirle a su acompañante de parto o a su doula que se las diga. Utilice frases y oraciones que sean significativas para usted.
Aquí tiene algunas ideas:
- «Mi cuerpo sabe lo que tiene que hacer.»
- «Estoy ayudando a mi cuerpo a hacer su trabajo.»
- «Estoy relajado y concentrado.»
- «Puedo respirar profunda y lentamente.»
- «Estoy tranquilo y confiado.»
- «Estoy en ritmo con mi cuerpo.»
- «Tengo toda la energía que necesito para dar a luz a mi bebé.»
- «Mi útero es fuerte y puede expulsar a mi bebé.»
- «Mi bebé se desplaza más hacia abajo en mi pelvis con cada contracción.»
- «La cabeza de mi bebé cabe en mi pelvis.»
- «Mi pareja y yo recibimos a nuestro bebé con amor.»