Lo que debe saber sobre la epilepsia y las convulsiones

La epilepsia y las convulsiones afectan a más de tres millones de estadounidenses, con unos 200.000 nuevos casos diagnosticados cada año. Si se diagnostica y trata adecuadamente, la mayoría de las personas con epilepsia pueden esperar tener sus crisis bajo control. Los pacientes que tienen convulsiones persistentes y recurrentes o aquellos con un diagnóstico de convulsión no confirmado pueden beneficiarse de los servicios avanzados de un centro integral de epilepsia.

¿Cuál es la diferencia entre una convulsión y la epilepsia?

Las convulsiones se producen cuando las células nerviosas se disparan más rápidamente y con menos control de lo habitual, afectando a la forma de sentir o actuar de una persona. Van desde las «crisis de ausencia», que implican un breve lapso de actividad consciente, a las «crisis parciales complejas», en las que uno no es consciente y no responde, hasta las crisis en las que se produce una pérdida total de la conciencia con la posibilidad de caerse, temblar y tener dificultades para respirar. La epilepsia se refiere a un trastorno cerebral que da lugar a múltiples crisis.

¿Tener una crisis significa tener epilepsia?

Las crisis no siempre están relacionadas con la epilepsia. Pueden ser un síntoma de una alteración de las funciones cerebrales, por ejemplo, a causa de una fiebre alta, una lesión en la cabeza o la falta de oxígeno. El diez por ciento de los estadounidenses sufrirá una crisis epiléptica al menos una vez en su vida, y la mayor incidencia se da en menores de dos años y en mayores de 65.

¿Qué causa la epilepsia?

La epilepsia puede estar relacionada con factores genéticos, anomalías estructurales del cerebro o del metabolismo cerebral, y puede comenzar en la infancia. También puede adquirirse (volverse sintomática) en el transcurso de la vida debido a una infección cerebral, un traumatismo, un tumor o un accidente cerebrovascular. Cuando no se encuentra ninguna causa, se utiliza el término «idiopática», lo que puede significar que hay que buscar con más ahínco un diagnóstico adecuado.

¿Cómo se diagnostica la epilepsia?

La epilepsia se diagnostica mediante una historia clínica detallada y un electroencefalograma (EEG) o una monitorización de EEG por vídeo para registrar los patrones de las ondas cerebrales durante y entre las crisis. Se realizan exploraciones de imagen (es decir, resonancia magnética) del cerebro y análisis de sangre para ayudar a descartar otras posibles causas de las crisis, como un tumor cerebral u otra enfermedad.

¿Cómo se trata la epilepsia?

Para la mayoría de los pacientes, los fármacos antiepilépticos son útiles, con el objetivo de controlar las crisis y minimizar los efectos secundarios de la medicación. Hay tres nuevos fármacos antiepilépticos disponibles con diferentes mecanismos de acción: PotigaTM (ezogabina), FycompaTM (perampanel) y AptiomTM (eslicarbazepina). Para algunos pacientes, la cirugía puede ser una opción. En particular, la cirugía de la epilepsia puede beneficiar a los pacientes cuyas crisis están asociadas a anomalías estructurales del cerebro, como tumores cerebrales, malformaciones de los vasos sanguíneos y daños relacionados con accidentes cerebrovasculares. La estimulación del nervio vago, diseñada para enviar pulsos eléctricos leves al cerebro mediante un dispositivo similar a un marcapasos, es una opción quirúrgica para algunos pacientes.

La dieta también puede ser un tratamiento para algunos, concretamente la dieta cetogénica o una dieta Atkins modificada. Las dietas son prescritas por un médico y supervisadas cuidadosamente por un dietista.

¿Cuál es la tasa de éxito en el control de la epilepsia?

Diagnosticados y tratados adecuadamente, la mayoría de las personas con epilepsia evolucionan muy bien. A nivel nacional, se puede esperar que dos de cada tres personas con epilepsia entren en remisión, es decir, que pasen cinco o más años sin convulsiones mientras usan la medicación. Alrededor del 75 por ciento de las personas que están libres de convulsiones mientras toman la medicación durante dos a cinco años pueden ser retiradas con éxito de la medicación.

¿Qué distingue el enfoque de Stony Brook?

Un equipo multidisciplinar de especialistas marca la diferencia. Las convulsiones y la epilepsia pueden implicar y afectar a múltiples sistemas corporales, por lo que disponer de un personal con una amplia experiencia ayuda a conseguir un plan de tratamiento más eficaz. Además de un equipo multidisciplinar que incluye epileptólogos, neurólogos pediátricos y neurocirujanos de renombre, nuestro Centro Integral de Epilepsia ofrece distintas capacidades:

  • Una unidad de monitorización de la epilepsia (UME) con video-EEG de seis camas, con personal de observación las 24 horas del día en las unidades de Neurología y Pediatría
  • Capacidad de monitorización de la epilepsia con video-EEG portátil que puede instalarse en cualquier lugar del hospital donde haya un paciente que experimente posibles convulsiones
  • Múltiples opciones de tratamiento, incluidas las técnicas quirúrgicas avanzadas
  • Acceso a la investigación, incluyendo ensayos clínicos de nuevos fármacos
  • Servicios de apoyo y educación para los pacientes y sus familias, incluyendo una enfermera profesional y una trabajadora social y un grupo de apoyo asociados a la Fundación de Epilepsia de Long Island

Para más información sobre el Centro Integral de Epilepsia de Stony Brook, llame al (631) 444-4000 o visite neuro.stonybrookmedicine.edu.

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