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En 2015, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó su Dictamen Científico sobre la Seguridad de la Cafeína, en el que aconsejaba que la ingesta de cafeína de todas las fuentes hasta 400 mg al día y las dosis únicas de 200 mg no plantean problemas de seguridad para los adultos de la población general4.
La EFSA también advirtió que las dosis únicas de 100 mg de cafeína pueden aumentar la latencia del sueño y reducir su duración en algunos individuos adultos, especialmente cuando se consumen cerca de la hora de acostarse4.
Desde hace tiempo se reconoce que las mujeres embarazadas deben moderar su consumo de cafeína. La EFSA, en su dictamen científico de 2015 sobre la cafeína, recomienda que, en las mujeres embarazadas o en período de lactancia, la ingesta de cafeína se reduzca a 200 mg al día de todas las fuentes4.
Efectos de una mayor ingesta de cafeína
Al igual que ocurre con muchos elementos de nuestra dieta diaria, el consumo excesivo puede provocar en algunas personas efectos secundarios no deseados. La mayoría de las personas consumen un nivel de alimentos o bebidas con el que se sienten cómodos y, por tanto, no experimentarían dichos efectos. Sin embargo, las personas que no moderan su consumo de cafeína pueden experimentar sensaciones de ansiedad, hiperactividad, nerviosismo y trastornos del sueño5,45.
La cafeína disminuye la cantidad de sueño y principalmente la organización temporal del sueño lento y REM8,9. Estos efectos podrían estar modulados por las diferencias individuales en la expresión del gen que codifica el receptor de adenosina A2A40,46,. También se ha informado de que la cafeína aumenta la ansiedad en algunos individuos y este efecto también podría estar relacionado con otro polimorfismo del gen del receptor A2A47. Sin embargo, el consumo de cafeína no se ve afectado significativamente por su tendencia a aumentar la ansiedad, en parte porque se desarrolla una tolerancia sustancial a este efecto48. Los efectos negativos relacionados con el consumo excesivo suelen ser de corta duración una vez que el individuo vuelve a su patrón habitual de consumo48. Es bien sabido que estos efectos son más marcados en algunas personas que en otras7,16,17,19.
En la mayoría de los individuos, parece que los efectos de la cafeína se utilizan consciente o inconscientemente en la gestión del estado de ánimo, y la elección del café/cafeína está influenciada por la interacción entre el estado de ánimo antes de la bebida y los efectos previstos en función del contenido de cafeína en la misma49,50, lo que llevaría a la mayoría de los individuos a moderar y autocontrolar su consumo de cafeína.
Esta información está dirigida a los profesionales de la salud.
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