En función de sus necesidades particulares, su proveedor de atención médica le recomendará un tipo específico de sonda urinaria.
Las sondas intermitentes, o sondas de corta duración, suelen utilizarse sólo unas pocas veces durante el día para vaciar la vejiga. La sonda se desecha y se sustituye después de cada uso para reducir el riesgo de infecciones del tracto urinario (ITU). Estas sondas se consideran una opción más cómoda porque no hay que llevarlas continuamente ni conectarlas a una bolsa de recogida. Sin embargo, los catéteres intermitentes requieren un autosondaje, lo que puede parecer desalentador para un nuevo usuario de catéteres.
Los catéteres de Foley permanentes permanecen en el cuerpo durante periodos prolongados y son insertados por su médico. Las sondas de Foley están unidas a una bolsa de drenaje. Para evitar que la sonda se salga, los catéteres de Foley tienen un pequeño globo unido al extremo que se desinfla cuando es necesario retirarlo. Estas sondas se cambian en función de sus necesidades individuales y siguen permitiendo a los pacientes llevar un estilo de vida activo sin necesidad de autosondaje.
Las sondas externas, o catéteres de condón, son una opción exclusiva para individuos con anatomía masculina. Las sondas externas son catéteres no invasivos que se estructuran como un preservativo, envolviendo el pene para recoger la orina en una bolsa de recogida. Las bolsas de orina para catéteres externos suelen fijarse a la parte interna del muslo mediante correas de velcro para las piernas. Estas sondas eliminan la necesidad del autosondaje y deben cambiarse una vez al día.