6 formas en que su corazón puede perder el ritmo

Latidos prematuros

La mayoría de los ritmos cardíacos irregulares implican latidos extra o salteados. Este tipo de arritmias son inofensivas y no suelen causar síntomas. Las personas que sí sienten síntomas informan de un aleteo en el pecho o una sensación de que su corazón se ha saltado. Los latidos prematuros pueden darse en cualquier persona, suelen ocurrir de forma natural y no requieren tratamiento. Pero también pueden producirse como consecuencia de una enfermedad cardíaca, el estrés, el exceso de ejercicio físico o un exceso de cafeína o nicotina. En esos casos, debe hablar con un cardiólogo sobre su corazón y sobre los cambios necesarios en su estilo de vida.

Bradicardia

La bradicardia es un tipo de arritmia que, para muchas personas, no es un gran problema. Significa que su ritmo cardíaco es más lento de lo normal: menos de 60 latidos por minuto para los adultos. Los jóvenes y otras personas que están muy en forma pueden sufrir bradicardia porque están en buena forma, y para ellos no es peligrosa ni provoca síntomas. Pero las personas también pueden tener bradicardia si han sufrido un ataque al corazón o si una glándula tiroidea poco activa o el envejecimiento han ralentizado el corazón. En estas situaciones, puede ser necesario tomar medicamentos o implantar un marcapasos.

La bradicardia también puede producirse por un desequilibrio nutricional. Si ésta es la causa, el médico puede recomendar un suplemento dietético. Además, la afección puede ser un efecto secundario de la medicación, y en esos casos el médico puede ajustar su prescripción.

Síndrome de QT largo

Una serie de otros trastornos se producen debido a problemas con el sistema eléctrico del corazón. El síndrome de QT largo, un trastorno hereditario que suele afectar a niños o adultos jóvenes, ralentiza la señal que hace que los ventrículos se contraigan. Otro problema de la señal eléctrica, el aleteo auricular, se produce cuando una sola onda eléctrica circula rápidamente por la aurícula, provocando un latido muy rápido pero constante. El bloqueo cardíaco consiste en señales eléctricas débiles o mal conducidas desde las cámaras superiores que no pueden llegar a las cámaras inferiores, lo que hace que el corazón lata demasiado despacio. Estas condiciones pueden ponerle en riesgo de sufrir una parada cardíaca. El tratamiento puede consistir en medicación, ablación o un dispositivo implantado para corregir el fallo de funcionamiento, como un marcapasos o un desfibrilador.

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