Vivir con el VIH implica vigilar de cerca la salud bucodental

Hemos recorrido un largo camino desde principios de la década de 1980, cuando se identificó por primera vez el virus del VIH. Aunque aproximadamente 35 millones de personas en todo el mundo (incluido un millón de estadounidenses) tienen ahora el virus, muchas llevan una vida relativamente larga y normal gracias a los avanzados fármacos antirretrovirales.

Aún así, los pacientes con VIH deben permanecer atentos a su salud, especialmente a su salud bucodental. De hecho, los problemas con los dientes, las encías y otras estructuras orales podrían ser una señal de que el virus ha entrado o está entrando en la fase completa de la enfermedad, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Por ello, tú o un ser querido con el virus deberíais mantener revisiones dentales periódicas o acudir al dentista cuando notéis cualquier anomalía bucal.

Una de las afecciones más comunes entre los pacientes seropositivos es una infección por hongos llamada candidiasis (o «aftas»). Puede aparecer primero como grietas profundas en las comisuras de la boca y luego aparecer en la lengua y el paladar como lesiones rojas. La infección también puede causar manchas blancas y cremosas que dejan una superficie enrojecida o sangrante cuando se limpian.

Los pacientes seropositivos también pueden sufrir una reducción del flujo salival. Dado que la saliva ayuda a neutralizar el exceso de ácido bucal después de comer, así como a limitar el crecimiento bacteriano, su ausencia aumenta significativamente el riesgo de enfermedades dentales. Una de las más destacadas para los pacientes seropositivos es la enfermedad periodontal (de las encías), una infección bacteriana causada normalmente por la placa dental.

Aunque la enfermedad de las encías es frecuente entre las personas en general, una forma particular es muy preocupante para los pacientes seropositivos. La periodontitis ulcerosa necrosante (NUP) se caracteriza por el sangrado espontáneo de las encías, las ulceraciones y el mal olor. La enfermedad en sí misma puede causar el aflojamiento y eventualmente la pérdida de los dientes, pero también es notable como un signo del deterioro del sistema inmunológico del paciente. El paciente no sólo debe someterse a un tratamiento dental (incluidos los antibióticos), sino que también debe acudir a su médico de atención primaria para que le actualice el tratamiento y el control de sus síntomas generales.

Sobre todo, los pacientes seropositivos deben ser más diligentes en cuanto a la higiene bucal, incluyendo el cepillado y el uso del hilo dental a diario. El dentista también puede recomendar otras medidas como estimuladores de la saliva o enjuagues bucales con clorhexidina para reducir el crecimiento de las bacterias que causan enfermedades. Juntos, deberían ser capaces de reducir los efectos de los problemas de dientes y encías inducidos por el VIH para tener una boca más sana y una mejor calidad de vida.

Si desea más información sobre el cuidado bucal de los pacientes con VIH-SIDA, póngase en contacto con nosotros o concierte una cita para una consulta. También puede obtener más información sobre este tema leyendo el artículo de la revista Dear Doctor «VIH-SIDA &Salud bucal»

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