Los termómetros vienen en una variedad de formas y tamaños. Algunos son más precisos que otros y cada uno tiene sus propios pros y contras.
El termómetro más utilizado en el hogar es el termómetro digital.
Los termómetros digitales pueden utilizarse para registrar las temperaturas de la boca, la axila o el recto. Las temperaturas de la axila son las menos precisas.
Las temperaturas rectales proporcionan las lecturas más precisas para los niños de entre 3 meses y 3 años de edad. Sin embargo, tomar la temperatura por vía rectal puede causar preocupación a los padres e incomodidad al niño.
Las temperaturas orales no son tan precisas como las rectales, pero sin duda son más cómodas.
Registrar la temperatura por vía oral utilizando un termómetro digital:
- Registre el termómetro pulsando el botón de reinicio
- Coloque el termómetro debajo de la lengua
- Cierre la boca alrededor del termómetro
- Déjelo en su sitio hasta que oiga el pitido (normalmente un minuto o menos)
- Lea el nivel que aparece en la pantalla digital
- Limpie el termómetro limpiándolo con agua antiséptico o con agua tibia
Si utiliza termómetros para el registro de la temperatura oral y rectal utilice dos termómetros diferentes, claramente etiquetados, por razones obvias.
Deshágase de sus termómetros de mercurio; ya no se recomiendan porque el cristal puede romperse y el mercurio que contienen es tóxico.
Otros termómetros que no se utilizan habitualmente en el hogar, por orden de precisión, son el termómetro de la arteria temporal, el termómetro del oído (timpánico) y los termómetros de tira para la fiebre.
Siga siempre las instrucciones del fabricante para obtener los resultados más precisos.