Tratamiento y manejo de la estenosis meatal

La dilatación seriada produce pequeños desgarros del meato, a los que sigue una cicatrización secundaria. A largo plazo, esto crea una estenosis más estrecha en la punta del pene; por lo tanto, se desaconseja este procedimiento.

La meatotomía o meatoplastia es el tratamiento definitivo de la estenosis del meato. La meatotomía es un procedimiento sencillo en el que se aplasta el ventrículo del meato (para la hemostasia) durante 60 segundos con una pinza recta (los autores han descubierto que las estrías de una pequeña pinza intestinal no dentada son ideales para esta aplicación) y luego se divide con unas tijeras de punta fina.

Brown et al informaron de excelentes resultados tras 130 meatotomías en consultorio, con sólo dos recidivas de estenosis del meato y un paciente con hemorragia que requirió puntos de sutura. También citaron la rentabilidad de este tratamiento y observaron una buena tolerancia por parte de los pacientes cuando se utiliza un enfoque cuidadoso para tranquilizar al niño antes y durante el procedimiento. En esta serie, se animó a los padres a permanecer con los niños durante la operación; su presencia parecía tener un efecto tranquilizador.

En un estudio retrospectivo de 55 niños que se sometieron a una meatotomía clínica (CM) con anestesia tópica de lidocaína y prilocaína (EMLA), Fronczak et al. descubrieron que, aunque su tasa de éxito era inferior a la comunicada en estudios anteriores y la incidencia de dolor era mayor, no obstante fue posible completar todas las CM, y más del 90% de los pacientes experimentaron una resolución o mejora de sus síntomas. El coste de la CM fue aproximadamente una décima parte del de la meatotomía realizada bajo anestesia general, sin que haya pruebas de inferioridad evidentes en la literatura.

Si los cuidadores y el paciente cooperan, la meatotomía puede realizarse en la consulta del médico con una mezcla eutéctica tópica de anestésicos locales (crema EMLA) aplicada generosamente sobre todo el glande y asegurada en su lugar durante al menos 30 minutos con un vendaje oclusivo. Después de estar colocado durante 30 minutos, se retira el apósito y se prepara el pene y se cubre en un campo estéril.

Durante todo el procedimiento, es importante tranquilizar al niño y decirle lo que se está haciendo.

Se introduce una hoja de una pinza recta en el meato y se aplasta el ventrículo del meato (~3 mm) cerrando la pinza. Esto proporciona una hemostasia adecuada en la mayoría de los casos. La zona aplastada se divide con una tijera recta de punta fina y se aplica una pomada antibiótica.

Después de la operación, es fundamental que los cuidadores separen los bordes del meato y apliquen una pomada dos veces al día durante dos semanas y luego una vez al día durante otras dos semanas para evitar que un lado de la meatotomía se adhiera al otro. Algunos profesionales médicos recomiendan la dilatación con una sonda de alimentación lubricada o con la punta de una sonda con pomada (antibiótica, esteroide o una combinación) durante un período de hasta 8 semanas.

En una encuesta sobre procedimientos urológicos pediátricos en el consultorio, que incluían la meatotomía, la lisis de las adherencias labiales y la circuncisión del recién nacido, Smith y Smith descubrieron que 95 de 99 padres declararon estar satisfechos con su decisión de realizar estos procedimientos en el consultorio, y el 95% informó de buenos resultados (sólo un paciente tuvo estenosis meatal recurrente).

La disuria leve puede estar presente durante 1-2 días después de la meatotomía. Si la disuria da lugar a una retención de orina, colocar al niño en una bañera con agua caliente puede estimular la micción.

También es importante tener en cuenta que la pulverización del chorro de orina puede producirse durante un tiempo después de la corrección quirúrgica como consecuencia del edema.

Dependiendo de la edad y el temperamento del niño, puede ser preferible realizar la meatotomía con el paciente bajo sedación o anestesia general en el quirófano.

Algunos cirujanos prefieren la meatoplastia, en la que se colocan puntos de sutura para ayudar a mantener el meato abierto, a la meatotomía, citando investigaciones que sugieren una menor tasa de recurrencia tras la meatoplastia. La meatoplastia suele requerir sedación o anestesia general.

Otros han informado de excelentes resultados con la meatotomía. En última instancia, la elección del enfoque (meatotomía, meatoplastia o sin cirugía) se basa en una discusión exhaustiva entre el proveedor, los miembros de la familia y el paciente (si procede).