Los caballos tienen dos formas básicas de comunicación: el lenguaje vocal y el corporal. La más sofisticada de las dos es, con mucho, el lenguaje corporal. Con una simple mirada, un movimiento de orejas o un giro de cabeza, los caballos pueden comunicarse entre sí y con nosotros, si aprendemos a entender su lenguaje corporal. Los caballos aprenden estas habilidades comunicativas desde su nacimiento, pero los humanos a menudo malinterpretan el lenguaje corporal del caballo.
Por supuesto, los sonidos vocales también desempeñan un papel importante en la comunicación equina. En primer lugar, está el cariñoso y agudo chillido de la yegua cuando acaricia a su recién nacido. Más tarde, cuando el bebé se aleja demasiado, hay una nota de urgencia en el moco, y es más agudo cuando lo llama para que vuelva a su lado.
Cuando los compañeros equinos se separan, a menudo se llaman entre sí con largos y prolongados relinchos. El sonido transmite un mensaje de urgencia y soledad mientras los compañeros buscan reunirse. También hay llamadas de apareamiento por parte de los sementales, saludos receptivos de las yeguas en celo y refutaciones reconocibles de afecto por parte de las yeguas que no están en celo.
También están los chillidos que denotan desafíos y sumisiones cuando un nuevo grupo de caballos establece un orden de picoteo. Los chillidos, resoplidos y silbidos adquieren un tono y un significado diferentes cuando dos sementales se encuentran, volviéndose estridentes, ásperos y desafiantes. Son el preludio de una batalla o de una sumisión por parte de uno de ellos. Por lo general, uno de los adversarios indicará con su lenguaje corporal que prefiere someterse antes que luchar y se rendirá sin que se produzca un golpe. Sin embargo, cuando ninguno de los dos cede, la lucha puede ser feroz y los gruñidos y chillidos que la acompañan son escalofriantes.
Los ronquidos son otra forma de comunicación verbal. Puede expresar una serie de emociones, pero a menudo significa que el caballo se ha encontrado con algo temible o se siente aprensivo e inseguro. Cuando se monta, puede ser un preludio o parte de un caballo que se pone nervioso y nervioso.
Vamos a echar un vistazo a la comunicación verbal