En arquitectura, una torreta (del italiano: torretta, pequeña torre; latín: turris, torre) es una pequeña torre que se proyecta verticalmente desde la pared de un edificio como un castillo medieval. En la época de la fortificación militar, las torretas se utilizaban para proporcionar una posición defensiva sobresaliente que permitiera cubrir el fuego de la muralla adyacente. Al desaparecer su uso militar, las torretas se utilizaron con fines decorativos, como en el estilo baronial escocés.

Torreta (resaltada) adosada a una torre en un edificio baronial en Escocia

Una torreta puede tener una parte superior circular con almenas como se ve en la imagen de la derecha, un tejado puntiagudo u otro tipo de vértice. Puede contener una escalera si se proyecta más alto que el edificio; sin embargo, una torreta no es necesariamente más alta que el resto del edificio; en este caso, suele formar parte de una habitación, a la que simplemente se puede entrar – véase la torreta del Chateau de Chaumont en la colección de torretas, que también ilustra una torreta en un rascacielos moderno.

Un edificio puede tener tanto torres como torretas; las torres pueden ser más pequeñas o más altas, pero las torretas en cambio sobresalen del borde de un edificio en lugar de continuar hasta el suelo. El tamaño de una torreta es, por tanto, limitado, ya que supone un esfuerzo adicional para la estructura del edificio. Tradicionalmente, las torretas se apoyaban en una ménsula.

En los tiempos modernos, una torreta es un montaje de armas que alberga la tripulación o el mecanismo de un arma que dispara proyectiles, lo que permite apuntar y disparar el arma en cierto grado de acimut y elevación. Puede encontrarse en buques de guerra, vehículos de combate, aviones militares y fortificaciones terrestres, y suele ofrecer cierto grado de blindaje o protección.