Las personas que participan en la urofilia se denominan urofílicos. Aunque la urofilia abarca una variedad de comportamientos y prácticas sexuales que implican la orina, los investigadores han identificado tres funciones principales de la orina para los urofílicos:
- La orina sirve como objeto fetichista.
- La orina se utiliza para la humillación en el sadomasoquismo.
- La orina se utiliza con fines rituales o ceremoniales.3
Tabla de contenidos
Variaciones y subtipos comunes
Existen diferentes formas de urofilia. La urolagnia, por ejemplo, se refiere al placer sexual que una persona recibe cuando se orina en sus propios pantalones. La urolagnia también describe el placer causado por ver a otra persona orinarse. En Japón existe una variante común de la urofilia llamada «omoashi». «Omoashi» consiste en suprimir la micción hasta que la necesidad de orinar sea urgente, hacer que otra persona suprima la micción, o ver a otra persona con una necesidad urgente de orinar.4
Otros urofílicos pueden disfrutar bañándose en orina, oliendo a la gente con ropa empapada de orina, y/o participando en la urofagia1 (es decir, bebiendo orina). Curiosamente, la urofagia no es necesariamente sexual. Muchas personas que beben orina lo hacen por razones distintas al placer sexual, como por ejemplo con fines rituales y ceremoniales. Algunas personas incluso creen que beber orina tiene beneficios para la salud o cosméticos, y por ello se dedican a la «orinoterapia». Cuando se consume orina para obtener placer sexual, la pareja suele orinar directamente en la boca.
Para muchos urofílicos, la orina sirve como objeto fetichista.3 El fetichismo es una forma de parafilia en la que una persona se excita sexualmente con objetos, materiales o partes del cuerpo inanimados.5 Un investigador llamado Denson acuñó el término «undinismo» para describir los casos de urofilia en los que el interés por la orina es un fetiche. Denson también afirmó que la micción puede tener fines masoquistas, cuando se orina sobre una persona, o sádicos, cuando una persona orina sobre su pareja. Etiquetó estos casos como «uromasoquismo» o «urosadismo». Sin embargo, debido a que la orina se utiliza para la humillación en estos casos, el uromasoquismo y el urosadismo pueden clasificarse como masoquismo sexual o sadismo sexual, respectivamente.3
Clasificación del DSM
La erofilia aparece como una «parafilia no especificada» (PNOS) en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría. El término parafilia describe una condición caracterizada por deseos sexuales atípicos, incluyendo comportamientos sexuales que la sociedad puede ver como desagradables, inusuales o anormales. Es importante reconocer que la urofilia no siempre se considera una parafilia. Como en el caso de todas las parafilias de la categoría PNOS, el diagnóstico sólo se realiza si los impulsos, fantasías o comportamientos sexuales causan una angustia significativa o un deterioro del funcionamiento social y laboral. Las fantasías, los objetos y los comportamientos se consideran parafílicos cuando son obligatorios, dan lugar a disfunciones sexuales, implican a parejas no consentidas, dan lugar a complicaciones legales o interfieren en las relaciones sociales.6 Experimentar interés por actividades sexuales consideradas atípicas -como la urofilia- no se considera un trastorno. Los deseos urofílicos sólo son problemáticos si causan angustia o suponen una amenaza para otros individuos. Experimentar con la «lluvia dorada» es saludable, siempre y cuando sea entre dos parejas que consienten y se practiquen las precauciones de seguridad adecuadas. La clave de este tipo de actividad sexual es la comunicación. Uno nunca sabe si su pareja está abierta a nuevas experiencias sexuales a menos que le pregunte
Frecuencia
Hay poca investigación científica sobre la frecuencia de la urofilia. Lamentablemente, los limitados datos que existen son problemáticos debido a los métodos utilizados para recopilarlos. Jennifer Eve Rehor, estudiante de posgrado de la Universidad Estatal de San Francisco, descubrió que el comportamiento sexual no convencional (fuera de los juicios penales o de los casos clínicos) está infravalorado porque los individuos implicados no suelen buscar ayuda profesional. Rehor encuestó a 1.764 mujeres que han participado en comportamientos no convencionales (sobre todo en relación con el BDSM) en 2010-2011. Sobre la base de 1.580 respuestas válidas, Rehor descubrió que el «juego con orina» es relativamente infrecuente; sólo el 36,52% de las encuestadas declaró haber orinado sobre una pareja o haber sido orinada por una pareja. En comparación, el 93,99% de su muestra declaró haber azotado o haber sido azotado por una pareja, mientras que el 61,96% declaró haber utilizado plumas y/o pieles durante las actividades sexuales. Aunque es imposible extrapolar estos datos para formar una conclusión general sobre la población en general, el estudio de Rehor proporciona información sobre la prevalencia de la urofilia dentro de la comunidad BDSM norteamericana.7
Cultura Pop
Los medios de comunicación han informado de algunas celebridades que participan en «lluvias doradas». En una entrevista con la revista musical Blender, la estrella del pop puertorriqueña Ricky Martin admitió que disfrutaba de las «lluvias doradas». El actor Andy Milonakis, presentador del programa de la MTV The Andy Milonakis Show, dijo en una entrevista con la revista People que le gustaba la sensación de orina caliente en el pecho durante el coito. Muchos creen que Havelock Ellis, un destacado investigador de la sexualidad humana, también era urofílico. Pasajes de su autobiografía indican que se excitaba sexualmente al ver a una mujer orinando.8
Salud y seguridad
Si está considerando experimentar con la orina, es importante tener en cuenta los posibles problemas de salud. La orina sólo es estéril cuando la persona está sana. Las infecciones bacterianas, fúngicas y víricas pueden transmitirse a través de la orina. La transmisión se produce principalmente cuando la orina entra en contacto con una herida abierta, como una quemadura o un rasguño.
Una de las principales preocupaciones sanitarias de la urofilia es la hepatitis. Los afectados por la hepatitis B pueden transmitir la enfermedad a través de la orina, aunque no presenten síntomas. Del mismo modo, el herpes genital puede transmitirse a través de la orina de una persona infectada que no presente síntomas ni llagas abiertas. El citomegalovirus (CMV), un virus que produce síntomas similares a los de la gripe, se transmite fácilmente a través de la orina. La clamidia y la gonorrea pueden transmitirse a la garganta si se ingiere la orina. Aunque teóricamente es posible transmitir el VIH a través de la orina, no se conocen casos de transmisión del VIH a través de la orina. En cualquier caso, es increíblemente arriesgado para quienes ya están infectados por el VIH participar en las «lluvias doradas» debido a la posibilidad de contraer una enfermedad potencialmente mortal como la histoplasmosis, la blastomicosis o la coccidiomicosis.9
La erofilia es una actividad sexual por la que las personas obtienen placer al orinar o al oler, sentir o saborear la orina. Aunque hay pocas investigaciones sobre la frecuencia de la urofilia, muchos famosos han hablado abiertamente de sus tendencias urofílicas. En la práctica, se suele sostener que actuar según estos deseos es saludable siempre que ambas partes den su consentimiento y se preste atención tanto a la salud como a la seguridad. El factor más importante siempre será la comunicación, especialmente porque uno nunca puede saber si su pareja está abierta a una actividad sexual concreta a menos que le pregunte.