Cuando British Airways introdujo su ruta sin escalas más larga a principios de este año, desde Londres Heathrow (LHR) a Santiago de Chile (SCL) -más de 14 horas de vuelo- mi viajero interior y mi yo AvGeek se entusiasmaron bastante. Como regalo de cumpleaños para mí mismo, decidí canjear un montón de Avios y utilizar un bono de recompensa para experimentar esta ruta de ultra larga distancia en mi primera visita a Sudamérica.
Lo realmente atractivo de esta ruta LHR-SCL es sencillo: British Airways es la única compañía que ofrece una ruta directa, sin necesidad de conectar desde el Reino Unido. Y la comodidad, para muchos, es lo más importante. Además, esta nueva ruta es operada por el avión más nuevo de BA, el Dreamliner 787-9 de cuatro clases.
Entonces, ¿es el último producto de primera clase de BA lo mejor que puede ofrecer la red de larga distancia de la aerolínea de bandera británica?
Reservar
Reservar un asiento de primera clase sólo era accesible de forma realista utilizando Avios. Sin embargo, como vuelo bastante en aerolíneas asociadas a oneworld -principalmente British Airways, con algo de Cathay Pacific y Qatar- tengo la suerte de haber acumulado muchos Avios a lo largo de los años.
Y, vaya si los necesité para hacer esta reserva: El viaje de ida y vuelta me costó 238.000 Avios más 564,57 libras esterlinas (730 dólares) por persona en concepto de impuestos y las famosas y elevadas tasas de canje de BA.
El bono de dos por uno sólo puede utilizarse en aviones de BA con salida desde el Reino Unido, lo que resulta potencialmente restrictivo. Además, las clases de cabina superiores tienen un número limitado de canjes de asientos disponibles por vuelo, por lo que pueden ser aún más difíciles de reservar. Además, los impuestos de las salidas de los aeropuertos del Reino Unido son más altos que en casi todo el mundo, de ahí que mi total ascendiera a 1.129,14 libras esterlinas (1.461 dólares) en impuestos y tasas.
Suena a mucho dinero, pero relativamente, no lo es: Un asiento económico en efectivo en el mismo vuelo habría costado 799 libras (unos 1.030 dólares) como mínimo por persona. Un asiento en primera clase costaría 3.764 libras (4.870 dólares) como mínimo durante el invierno del hemisferio sur y 6.020 libras (7.789 dólares) en verano. También puede ser mucho, mucho más alto que eso: Seis días antes de mi partida, no pude evitar reírme de que BA pidiera 26.027,34 libras esterlinas (33.679 dólares) por el par de billetes de premio que había conseguido. Has leído bien.
Facturación
Con una salida a las 21:55 de Heathrow, pude trabajar un día completo antes de atiborrarme en el metro de Londres. Tuve que aplastar mi cara contra la ventanilla de ese sudoroso vagón durante casi una hora, diciéndome repetidamente que mi inminente suite de lujo en el cielo haría que mereciera la pena.
Llegamos a Heathrow con tiempo de sobra, a las 17:50, con ganas de aprovechar al máximo toda la experiencia. Los pasajeros de primera clase pudieron entrar en el aeropuerto a través del First Wing, una zona designada al final de la T5 exclusivamente para los clientes de First y BA Executive Club Gold (oneworld Emerald). Se inauguró en abril de 2017 y facilitó la entrada a la T5A de Heathrow, gracias a los dos carriles de seguridad y a la puerta trasera de la sala VIP First.
Como volábamos en primera clase, pudimos acceder a la Sala Concorde, el principal producto de British Airways, que cuenta con un restaurante a la carta, cabañas que se pueden reservar para dormir, además de champán, vinos y licores de primera calidad. También se podía acceder a la sala Galleries First, pero la sala Concorde sólo está abierta a los pasajeros que realmente vuelan en primera clase en BA o en otra compañía de la alianza Oneworld, o a los que tienen una tarjeta de sala Concorde, con un invitado permitido.
Pasamos por la sala First a las 18:10, nos duchamos sin necesidad de esperar y nos metimos en la Concorde sabiendo que nos quedaban unas tres horas. El momento perfecto para tomar una copa en el bar (el champán Laurent-Perrier Grand Siècle era excepcional) junto con aceitunas con queso tipo feta.
El salón tenía un aire de bistró-pub elegante y no estaba demasiado concurrido. Después de las 7 de la tarde nos sentamos a cenar en una de las cabinas privadas de Concorde Dining, en las que no cabían más de dos personas cómodamente. Era acogedor para un dúo, sin embargo, y lo suficientemente privado.
Compartimos una terrina de conejo y ciruela, un filete de ternera añejo poco hecho y un plato de queso. Todo estaba delicioso, pero tuvimos que pedir pan.
Había Wi-Fi gratuito, que era fácil de conectar y ofrecía una velocidad sostenida decente.
Embarque
La Terminal 5 de Heathrow es enorme. Tan grande, de hecho, que casi todos los pasajeros de largo recorrido necesitan subir a un tren interno para moverse entre la T5A y las terminales satélite B o C.
Eso es lo que tuvimos que hacer: Con una hora de margen antes de la hora de embarque, y conscientes del tiempo de tránsito aconsejado de 20 minutos, nos dirigimos a la T5C, que no tenía sala VIP. La falta de una sala VIP en la T5C es algo que BA realmente tiene que rectificar.
Cabina y asiento
Mi asiento, el 2E, era grande y cómodo. Con 72 pulgadas de inclinación y 22 pulgadas de ancho, había mucho más espacio que en un asiento equivalente de Club World. Fue el mejor asiento para dormir acostado que he tenido en un vuelo: mucho más cómodo que el de American Airlines, mucho más espacioso y privado que el asiento de clase superior de Virgin Atlantic.
Logré dormir siete horas completas sin interrupción en este vuelo, algo inaudito para mí. Fue un placer, ayudado por un colchón desplegable y un edredón separado. Sin embargo, me hubiera gustado que la cabina estuviera un par de grados más fresca.
El interior del avión se veía bien en general, pero parecía que BA había recortado gastos con el 787. Estoy seguro de que parecía impecable al salir de la línea de producción, pero la cabina había renunciado a algunos accesorios y materiales más sensatos. La mesa lateral se había desgastado hasta los bordes después de sólo 20 meses. Los accesorios de iluminación también se cayeron de los asientos 2E y 2F, lo que fue ridículo (aunque me valió 5.000 Avios como disculpa del director de servicio de cabina). Claro que el 787-9 hace muchas millas – esa semana en particular mi avión había estado en Delhi, Kuala Lumpur, Tel Aviv y Shanghai, además de Santiago – pero ¿cómo se vería dentro de otros 20 meses?
Este nuevo asiento de Primera también contaba con el sistema de control actualizado de BA, que era más pequeño, más ordenado y menos molesto que la versión de la generación anterior (piense en el A380), con una cómoda rueda de control central.
El poder estaba obviamente disponible para todos los pasajeros de Primera, con la toma de corriente en mi área de almacenamiento lateral. También había dos tomas de carga USB de baja potencia. Otras áreas de almacenamiento incluían una papelera profunda adyacente al espacio para los pies, un armario de tocador dedicado con espejo y un armario dedicado con una percha.
Amenidades
La pantalla individual de 23 pulgadas parecía enorme, ofreciendo una experiencia similar a la del cine, aunque los medios de comunicación que se ofrecían carecían de la resolución para igualar esta escala. El mando IFE con cable actualizado era fácil de usar.
El kit de amenidades incluía un cómodo antifaz, tapones para los oídos, bálsamo labial, crema hidratante, calcetines y un bolígrafo. Lo mejor de todo fue el pijama, una gran parte de la razón por la que dormí tan cómodamente durante un período tan largo.
El único baño disponible en la cabina de Primera era bastante pequeño, básicamente del mismo tamaño que los que se encuentran en economía. Contaba con jabón de manos y crema hidratante de Aromatherapy Associates, además de flores.
Cuando volé no había Wi-Fi en ninguna de las flotas de BA, lo que en realidad me pareció estupendo: podía volar durante la mayor parte del día sin interrupciones y tener una verdadera escapada.
Comida y bebida
Cuando se trata de la comida a bordo nunca espero mucho, y la comida de este vuelo en particular no me hizo cambiar de opinión: A pesar de su pomposa apariencia y lista de ingredientes, los platos principales sabían como platos del Club World, la clase business de BA, que hubieran sido dispuestos de forma más bonita en un plato. Ese fue ciertamente el caso de mi plato principal de lubina con hinojo y relish de pepino, y los macarrones con queso de langosta fueron arruinados por una langosta tan sobrecocinada que me hizo preguntarme por qué me molesté.
Los entrantes y postres fueron donde la comida funcionó: El beignet para empezar era complejo y emocionante, y la tarta tibia de chocolate y cereza que terminaba el servicio era un pastel suave pero sabroso. La tabla de quesos incluía un encantador queso azul de cabra.
Lo que British Airways hizo especialmente bien fue el servicio de bebidas, y nunca fue una molestia conseguir una bebida con sólo pulsar el botón de llamada. La carta de vinos no tiene rival en casi ninguno de los competidores de BA, así que si te gusta beber una botella de Laurent-Perrier Grand Siècle de 130 libras (168 dólares) sin el coste por copa, entonces BA First es el lugar adecuado.
En cuanto al servicio, British Airways siempre acierta o falla. Como habíamos elegido los asientos 2E y 2F en el centro de la cabina, nos atendieron dos miembros del personal diferentes, uno designado para cada lado del avión. El miembro de la tripulación que me asignaron apenas esbozó una sonrisa y no fue tan minucioso como el miembro de la tripulación del lado opuesto del avión. ¿Salsa marrón con el desayuno? Me la ofrecieron en el lado derecho del avión, pero tuve que pedirla. También tuve que pulsar el botón de llamada para que se llevaran mis platos de desayuno, después de que estuvieran allí vacíos durante una media hora, mientras el otro lado del avión estaba despejado. Sólo había cinco pasajeros en la cabina en total, así que no debería haber sido así.
Hablando de desayunos, el inglés completo cocinado era tan sabroso como podría ser para la comida de un vuelo. La salchicha, el bacon, las judías, un champiñón relleno y las patatas fritas estaban muy bien, aunque a los huevos les habría venido bien la sal. Los panqueques eran dulces y bastante sabrosos.
Antes de aterrizar, la tripulación reconoció mi cumpleaños con una botella de champán para llevar, lo que demuestra que muchos miembros del personal de BA son geniales.
Al punto
Aterrizar sobre los Andes alrededor de las 7:00 am fue un espectáculo para la vista.. Estar bien descansado y mirar por encima de los picos bañados por el sol trajo una sensación de asombro
¿Volvería a reservar esta ruta? Sin duda (bueno, a la espera de que me toque la lotería u otros 238.000 Avios). Volar en primera clase hizo que este viaje de 14 horas pareciera de siete horas. Era así de cómodo. A pesar de los fallos en el servicio, ninguno de los cuales fue realmente grave, la primera clase de BA en el 787 fue una experiencia muy agradable.
El obstáculo obvio fue el coste previsto. Los 35 asientos Club World detrás de Primera habrían ofrecido una opción decente por aproximadamente la mitad del precio en efectivo, pero yo pagaría por subir de categoría si estuviera disponible, ya que la cabina de Primera de esta ruta hace que merezca la pena.
Todas las imágenes son del autor.
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