Los niños con sobrepeso y obesidad corren un mayor riesgo de desarrollar graves problemas de salud, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, asma y otros problemas respiratorios, trastornos del sueño y enfermedades hepáticas. También pueden sufrir efectos psicológicos, como baja autoestima, depresión y aislamiento social. La obesidad infantil también aumenta el riesgo de obesidad, enfermedades no transmisibles, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta.
El consumo de bebidas azucaradas es elevado en muchas partes del mundo y es indicativo de una mala calidad de la dieta, ya que las bebidas azucaradas contienen azúcares como la sacarosa o la fructosa, a menudo en grandes cantidades, que contribuyen a la densidad energética global de las dietas. Las calorías que aportan las bebidas azucaradas tienen poco valor nutricional y pueden no proporcionar la misma sensación de saciedad que los alimentos sólidos. Como resultado, la ingesta total de energía puede aumentar, lo que puede conducir a un aumento de peso poco saludable.
La OMS ha elaborado unas orientaciones sobre la ingesta de azúcares libres*, como se muestra a continuación, basadas en el impacto de la ingesta de azúcares libres en el aumento de peso y la caries dental. Las pruebas actuales sugieren que el aumento del consumo de bebidas azucaradas está asociado con el sobrepeso y la obesidad en los niños. Por lo tanto, reducir el consumo de bebidas azucaradas también reduciría el riesgo de sobrepeso y obesidad infantil.
* Los azúcares libres incluyen los monosacáridos y disacáridos añadidos a los alimentos y bebidas por el fabricante, el cocinero o el consumidor, y los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes, los zumos de fruta y los concentrados de zumo de fruta.