Estudios recientes sugieren que se ha prestado demasiada atención al calcio para la salud ósea y la prevención de fracturas.
El calcio cumple muchas funciones en el organismo, pero la principal es la de formar las estructuras que dan fuerza y forma a nuestros huesos y dientes. A medida que envejecemos, el contenido mineral (también hay algo de fósforo) de nuestro esqueleto disminuye. Nuestros huesos empiezan a adelgazar poco a poco, por lo que se vuelven menos densos, más frágiles y más propensos a romperse. Cuando este adelgazamiento avanza hasta cierto punto, se llama osteoporosis. Cada año en Estados Unidos se producen 1,5 millones de fracturas óseas asociadas a la osteoporosis, y 250.000 de esas roturas afectarán a la cadera.
Resultados negativos
Durante años, la ingesta elevada de calcio se ha presentado como una de las mejores cosas que se pueden hacer para prevenir la osteoporosis y las fracturas relacionadas. Los resultados de las investigaciones apoyaban esta opinión, aunque muchos de los estudios eran bastante pequeños y breves.
Pero cuando los investigadores empezaron a analizar los datos de grandes estudios prospectivos que hacían un seguimiento de las personas durante muchos años, los beneficios no estaban tan claros. La ambigüedad condujo a la realización de ensayos aleatorios sobre el calcio para comprobar el efecto que podía tener en las tasas de fracturas.
La situación empezó a cambiar en 2005, cuando los resultados de dos estudios británicos demostraron que el calcio no prevenía las fracturas, incluso cuando se tomaba en combinación con la vitamina D. Al año siguiente, los resultados de un gran ensayo estadounidense, la Iniciativa para la Salud de la Mujer, mostraron que las mujeres posmenopáusicas que tomaban una combinación de calcio y vitamina D no tenían menos probabilidades de fracturarse la cadera que las que tomaban una píldora de placebo, aunque la densidad de sus huesos de la cadera aumentaba ligeramente. En 2007, un equipo suizo y estadounidense, entre los que se encontraban algunos investigadores de Harvard, informó de los resultados de un meta-análisis de más de una docena de estudios sobre el calcio. No encontraron ninguna relación entre un consumo elevado de calcio, ya sea a través de alimentos o de pastillas, y un menor riesgo de fractura de cadera. De hecho, cuando limitaron su análisis a cuatro ensayos clínicos aleatorios con resultados separados para las fracturas de cadera, descubrieron que el calcio adicional aumentaba el riesgo.
Calcio: fuentes y recomendaciones
Los porqués
Aunque un cierto nivel de consumo de calcio es indudablemente importante para mantener los huesos fuertes, las cantidades por encima de ese nivel podrían no servir de mucho. Una de las razones por las que el calcio adicional no mostró ningún beneficio en la Iniciativa para la Salud de la Mujer puede haber sido porque las mujeres de ese estudio ya estaban, en promedio, recibiendo más de 1.000 miligramos (mg) diarios. Y no eran tan inusuales. Gracias a los productos lácteos y a las píldoras de calcio, muchos estadounidenses tienen un amplio suministro de calcio.
Otra teoría: el calcio en grandes cantidades puede interferir en la absorción del fósforo, que también es crucial para mantener la fortaleza de los huesos. La deficiencia de fósforo no es un problema importante en poblaciones bien alimentadas, pero es posible que el calcio adicional empuje a algunas personas a padecerla, especialmente si sus dietas no incluyen muchas proteínas.
Otro factor puede ser que el calcio añadido no sea tan beneficioso si nuestra ingesta de vitamina D es baja. El cuerpo necesita vitamina D para absorber el calcio y, dependiendo de cómo se defina, entre el 30% y el 60% de nosotros tenemos niveles de vitamina D en sangre inferiores a los óptimos.
¿Y ahora qué?
Según las recomendaciones actuales, los estadounidenses mayores de 50 años deben tomar 1.200 mg de calcio al día. El Dr. Walter C. Willett, director del departamento de nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard, cree que muchos estadounidenses toman más calcio del que necesitan. En su opinión, 600 mg es probablemente suficiente para que la mayoría de las personas mantengan un bajo riesgo de fractura, pero como el calcio adicional podría proteger contra el cáncer de colon, considera que una ingesta diaria de 600 a 1.000 mg es un objetivo razonable. Excederse en la ingesta de calcio puede tener verdaderos inconvenientes, sobre todo si los alimentos lácteos son la fuente. El Dr. Willett señala los estudios que relacionan el consumo elevado de productos lácteos con el cáncer de ovario y de próstata, y señala que la relación parece especialmente fuerte en el caso del cáncer de próstata metastásico y mortal.
Las directrices actuales dicen que los estadounidenses de más de 50 años deben tomar entre 400 y 600 unidades internacionales (UI) de vitamina D. Pero un número cada vez mayor de expertos -incluido el Dr. Willett- afirman que eso no es suficiente, y que 800 UI, o incluso 1.000, no sólo beneficiarían a nuestros huesos, sino que posiblemente prevendrían algunos cánceres y otros problemas.
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