Eva murió de un corazón debilitado a los 511 años, Adán de vejez a los 530. Ambos fueron enterrados en el centro del templo del servicio divino que había sido construido de acuerdo con sus planes. Este fue el origen de la práctica de enterrar a hombres y mujeres notables y piadosos bajo el suelo de los lugares de culto. (76:5.5)
La historia de los terrícolas Adán y Eva es una historia de prueba, tragedia y triunfo, al menos de triunfo personal para el bienintencionado pero engañado Hijo e Hija Materiales y sin duda, al final, una historia de triunfo final para este mundo y sus habitantes acosados por la rebelión y el mal. En resumen, Adán y Eva hicieron una poderosa contribución a la rápida civilización y al acelerado progreso biológico de la raza humana. Dejaron una gran cultura en la Tierra, pero no fue posible que una civilización tan avanzada sobreviviera ante la temprana dilución y sumersión de la genética adánica. (76:6.4)
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