Mi novio me ha pedido recientemente que preste más atención a sus pelotas cuando le hago una mamada. Sí que juego con ellos, pero creo que quiere que se los chupe también. Nunca he oído hablar de esto. ¿Tienes algún consejo?
La petición de tu chico no es nada inusual. Chupar sus testículos puede ser una experiencia increíblemente sensacional, y duplicarás su placer si al mismo tiempo acaricias su pene. La próxima vez que le des acción oral al sur de la frontera, toma un desvío sexy y mueve tu boca desde su miembro principal al resto de su paquete.
Revuelve la punta de tu lengua alrededor de su escroto, la bolsa de piel suelta que rodea los testículos. A continuación, lame sus pelotas con movimientos largos y envolventes, como si estuvieras saboreando un delicioso cucurucho de helado. Mezcla y aprieta de vez en cuando los labios y chupa suavemente la piel o métete cada testículo en la boca. Un punto caliente que se pasa por alto y que no deberías ignorar: su rafe (la línea vertical en medio de la bolsa escrotal). Si lo acaricias febrilmente con la lengua, harás que se le encojan los dedos de los pies.
Una vez que lo hayas puesto a cien, vuelve a lamerle sensualmente el pene mientras le manoseas suavemente los huevos. A algunos chicos les gusta que sea un poco duro, pero esta puede ser una zona supersensible, así que averigua hasta qué punto quiere que le toquen antes de aplicar más músculo. Un truco táctico que seguro que le hará tambalearse: Utiliza tu dedo para frotar suavemente su perineo (la zona de piel llena de nervios que se encuentra entre el escroto y el ano), y es probable que lo lances a la órbita orgásmica.
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