Ya publicamos una lista de los 10 alimentos más repugnantes y ésta es nuestra esperada continuación. No podemos negar que en Occidente comemos algunas cosas bastante horribles (como el erizo de mar y los callos), y esta lista incluye un par de nuestras propias «delicias». Por eso, probablemente sea más equilibrada que la lista anterior, que se centraba menos en los alimentos occidentales. Lo que más me asusta de esta lista es lo fácil que ha sido encontrar otras diez cosas absolutamente repugnantes que la gente come.

Los escamoles son las larvas de las hormigas del género Liometopum, que se recolectan de las raíces de la planta del agave (tequila) o del maguey (mezcal) en México. En algunas formas de la cocina mexicana, los escamoles se consideran un manjar y a veces se les llama «caviar de insectos». Tienen una consistencia parecida a la del requesón y su sabor es mantecoso, aunque ligeramente a nuez. Para obtener los escamoles, los hombres deben cavar hasta 60 centímetros de profundidad para llegar a un nido de larvas. Un recolector de larvas dijo: «Algunos de los cazadores tienen un hombre con una escoba que barre las hormigas de sus cuerpos mientras cavan. He oído que otros se untan el cuerpo con grasa de cerdo para que las hormigas no puedan picar». Hay que tener en cuenta que la picadura de la hormiga es extremadamente dolorosa – por lo que recoger los huevos es una especie de trabajo «extremo».

El lutefisk es un plato tradicional de los países nórdicos elaborado con stockfish (pescado blanco secado al aire) o pescado blanco seco/salado (klippfisk) y lejía de sosa (lut). Su nombre significa literalmente «pescado de lejía», porque se elabora con lejía cáustica derivada de minerales de potasa. Debido a su contenido de lejía, el exceso de cocción puede hacer que el pescado se convierta en jabón. Al cocinar y comer lutefisk, es importante limpiar inmediatamente el lutefisk y sus residuos de las sartenes, platos y utensilios. El lutefisk que se deja de un día para otro se vuelve casi imposible de eliminar (imagínese lo que esto le hace a su interior). El lutefisk suele servirse con una variedad de guarniciones, que incluyen, entre otras cosas, tocino, guisantes verdes, estofado de guisantes verdes, patatas, lefse, salsa, puré de colinabo, salsa blanca, mantequilla derretida o clarificada, sirope, geitost (queso de cabra) o queso «viejo» (gammelost). Los escandinavos son tan buenos en la elaboración de alimentos de olor o sabor desagradables que obtienen dos artículos en esta lista:

Surströmming es un pescado en lata fermentado que es tan desagradable que se come principalmente al aire libre debido al hedor. Se vende en latas, que a menudo se abomban durante el envío y el almacenamiento, debido a la fermentación continua. Las especies de bacterias Haloanaerobium son las responsables de la maduración en la lata. Estas bacterias producen dióxido de carbono y una serie de compuestos que explican su singular olor: picante (ácido propiónico), a huevo podrido (sulfuro de hidrógeno), a mantequilla rancia (ácido butírico) y a vinagre (ácido acético). Por lo general, un sándwich abierto se prepara con surströmming y otros ingredientes. Las patatas cocidas (a menudo mandelpotatis o patatas de almendra) son habituales, así como la cebolla picada. Otros ingredientes habituales son el gräddfil (leche fermentada con grasa/nata agria) o la crème fraîche, el cebollino y, a veces, el tomate. A mucha gente no le gusta el surströmming (sorpresa, sorpresa), y en general se considera un gusto adquirido.

En realidad se trata de una bebida, pero es lo suficientemente asquerosa (y nutritiva) como para incluirla aquí. El kumis es un producto lácteo elaborado con la leche fermentada de una yegua. Como la leche de yegua contiene más azúcares que la leche fermentada de vaca o de cabra, el kumis tiene un contenido de alcohol más alto, aunque suave. El kumis se elabora fermentando la leche de yegua durante horas o días, a menudo removiendo o batiendo. (La agitación física tiene similitudes con la elaboración de la mantequilla). Durante la fermentación, las bacterias lactobacilos acidifican la leche y las levaduras la convierten en una bebida carbonatada y ligeramente alcohólica, básicamente leche de yegua espumosa. Otra propiedad de esta repugnante bebida es que tiene un efecto laxante. En otras palabras, te hace cagar.

No sé cómo se me pasó esto en la primera lista, pero aquí está (por fin) para perseguir tus sueños. El huevo del siglo es un ingrediente de la cocina china que se elabora conservando huevos de pato, pollo o codorniz en una mezcla de arcilla, ceniza, sal, cal y paja de arroz durante varias semanas o varios meses, según el método de elaboración. Una vez completado el proceso, la yema se convierte en una sustancia verde oscura, parecida a la crema, con un fuerte olor a azufre y amoníaco (también conocido como pedo o huevo podrido), mientras que la clara se convierte en una gelatina transparente de color marrón oscuro con poco sabor o aroma. Los huevos del siglo pueden comerse sin más preparación, solos como guarnición o picados y utilizados como ingrediente. Pero lo mires por donde lo mires – sigues comiendo huevo podrido.

Estaba en duda si añadir este artículo, pero definitivamente es comido por suficiente gente como para tener su propio nombre: placentofagia así que aquí está. Los que abogan por la placentofagia en los seres humanos, sobre todo en la América moderna y Europa, México, Hawai, China y las islas del Pacífico, creen que comer la placenta previene la depresión posparto y otras complicaciones del embarazo. Se sabe que existen diversas recetas para preparar la placenta para comerla, a pesar del extendido tabú contra la ingesta de partes del cuerpo humano. Como la placenta es un órgano temporal, algunos la consideran excluida de la clasificación necesaria para el canibalismo. Aquí hay una receta que encontré en Internet para la placenta – es un cóctel de placenta: 1/4 de taza de placenta cruda, 8oz de jugo V-8, 2 cubos de hielo, 1/2 taza de zanahoria. Mezclar a alta velocidad durante 10 segundos y beber. O no.

La sopa de sangre cruda (tišt canh en vietnamita) es un plato elaborado con sangre cruda de pato o ganso (a veces de cerdo), con cacahuetes y hierbas por encima. Es el típico desayuno rico en proteínas de la gente del campo en el norte de Vietnam, pero es muy peligroso por el virus H5N1 de la gripe aviar. Se elabora tomando sangre fresca y metiéndola en la nevera para que se congele suavemente. La sopa de sangre cruda es un plato vietnamita que se suele consumir mientras se bebe alcohol y que hace muy poco por atraer las papilas gustativas del comensal no vietnamita. Por lo general, se encuentran unos cuantos cacahuetes picados esparcidos por encima de la sangre, pero hasta ahí llega la fantasía. La sopa de sangre tiene una textura rarísima y un sabor extrañamente metálico.

¡Qué nombre! Y si eso no es lo suficientemente malo, espere hasta que escuche lo que es esta cosa: el tizón del maíz es una enfermedad del maíz que puede infectar cualquier parte de la planta que generalmente entra en los ovarios y reemplaza los granos normales de las mazorcas con grandes tumores distorsionados análogos a los hongos. En Estados Unidos se considera (con razón) una plaga. En México… es un manjar. En México el tizón del maíz se llama huitlacoche, palabra náhuatl que supuestamente significa caca de cuervo. Se considera un manjar, e incluso se conserva y se vende a un precio superior al del maíz. Para su uso culinario, las agallas se recogen cuando aún están inmaduras; las agallas completamente maduras están secas y casi totalmente llenas de esporas. Las agallas inmaduras, que se recogen dos o tres semanas después de que la mazorca esté infectada, aún conservan la humedad y, cuando se cocinan, tienen un sabor que se describe como de setas, dulce, sabroso, leñoso y terroso. Este «manjar» ha tenido dificultades para entrar en las dietas americanas y europeas – ¡por razones obvias!

La sopa de escorpiones – como su nombre indica, es una sopa hecha con escorpiones. Preparar y comer sopa de escorpiones puede ser una tarea peligrosa, como descubrió recientemente Wing Li, de China, cuando le picaron tres al intentar echarlos a la olla. Estaba preparando la sopa para aliviar su reumatismo. Los escorpiones se comen en el sur de China. Se crían en «ranchos», sobre todo en las casas de la gente, y luego se venden en los mercados. Los escorpiones tienen un sabor leñoso y deben comerse enteros, excepto la punta de la cola, aunque algunas recetas sugieren que el veneno de la cola se vuelve inofensivo al cocinarlo. En cualquier caso, creo que me quedaré con la sopa de pollo, gracias.

Este queso es tan repugnante que es ilegal, pero eso no impide que el mercado negro venda toneladas a los lugareños. El Casu Marzu es un queso de leche de oveja tradicional de Cerdeña, que destaca por estar plagado de larvas de insectos vivos. Derivado del pecorino, el Casu marzu va más allá de la fermentación típica hasta una fase que la mayoría consideraría de descomposición, provocada por la acción digestiva de las larvas de la mosca del queso Piophila casei. Estas larvas se introducen deliberadamente en el queso, promoviendo un nivel avanzado de fermentación y descomposición de las grasas del queso. La textura del queso se vuelve muy blanda, con un poco de líquido que se filtra. El casu marzu se considera tóxico cuando los gusanos del queso han muerto. Por ello, sólo se consume el queso en el que los gusanos siguen vivos. Dado que las larvas del queso pueden lanzarse a distancias de hasta 15 centímetros (6 pulgadas) cuando se les molesta, los comensales mantienen las manos por encima del bocadillo para evitar que los gusanos salten a sus ojos. Si un comensal no tiene cuidado de masticar los gusanos hasta que estén muertos, pueden producirse consecuencias nefastas: las larvas (que son resistentes a los ácidos del estómago) tienen potentes ganchos bucales que pueden lacerar el revestimiento del estómago o las paredes intestinales cuando los gusanos intentan perforar los órganos internos.

Esto aparece como un extra porque es discutido y, aunque sea cierto, no es común ni aceptado en ningún lugar del mundo. Todos hemos oído las historias xenófobas de que los chinos se comen los fetos. Es casi seguro que esto no es cierto. Sin embargo, se publicaron en Internet una serie de fotos que mostraban a un chino comiendo un feto humano. Resultó que era un artista y la serie fotográfica era una de sus obras de arte, titulada «Eating People» (otra obra reciente era una lata de cerebros humanos). Cuando se le preguntó, el artista (Zhu Yu) afirmó que los fetos eran fetos humanos reales robados de una facultad de medicina. Snopes cree que el feto es la cabeza de una muñeca unida al cuerpo de un pato. Sean reales o no, la fotografía de arriba es algo inquietante.

Este artículo tiene licencia GFDL porque contiene citas de Wikipedia.