Suena tan cliché, pero a menudo las cosas que buscamos, cosas como el amor, son las que deberíamos dejar que vengan a nosotros. Cuando menos lo esperas, el mundo te lanza cosas que nunca viste venir, y el amor no es una excepción. Aunque pienses que nunca te va a pasar, que nunca vas a encontrar a la persona que está destinada a ti, es importante no sólo mantener la fe en que sucederá, sino vivir tu vida al máximo hasta que lo haga.
Tan a menudo, veo tanto a las chicas como a los chicos que se vuelven locos tratando de encontrar una pareja. Ya sabes esas personas, las que están constantemente saliendo o en una relación que no va a ninguna parte con el único propósito de estar con alguien. Yo nunca he encontrado un propósito en esto, pero durante un tiempo he sentido que elegía mal para mí porque quería que una persona, cualquier persona, me quisiera.
Asusta más estar soltero a medida que envejecemos porque nos decimos a nosotros mismos que cuanto más envejecemos, menos probabilidades tenemos de encontrar a nuestra alma gemela. Esa mentira que alimentamos a nuestro cerebro para hacernos creer que con la universidad, los amigos y el trabajo, que el amor es lo único que verdaderamente importa, es una exageración de la verdad. La verdad es que el amor es importante, y es increíble cuando es con la persona adecuada. Pero forzarlo tratando las relaciones como el todo y el fin no es lo que se supone que debe sentir el amor.
Antes de empezar a salir con el maravilloso hombre con el que estoy, me había resignado al hecho de que no estaba destinada a encontrar el amor. Sí, soy una reina del drama y lo más probable es que siempre lo sea, pero a pesar de todo. Es un pensamiento común; el que te dice que estarás bien sola y que puedes vivir por ti misma. Este sentimiento es a la vez desalentador y fortalecedor, dependiendo de cómo elijas ejemplificarlo. Si sales al mundo con una cara triste, puede ser una manera deprimente de vivir. Sin embargo, si te dices a ti mismo que el amor sucederá, cuando esté listo y cuando esté destinado a suceder, entonces te encontrarás mucho más feliz de lo que eras cuando pensabas que el amor era lo único que importaba.
Parece que tan pronto como dejé de buscarlo, aterrizó en mi regazo. Me enamoré de mi vecino y buen amigo en junio de 2015, alguien a quien conocía desde enero de ese mismo año y que nunca vi llegar a mi vida en un sentido romántico. Me sorprendió, una vez que empezamos a vernos, que nunca lo había considerado antes; vamos tan bien juntos que parece que Dios tenía un plan desde el principio.
Esperar a la persona adecuada, por imposible que parezca en una generación de gratificación instantánea, es la decisión correcta porque es mucho más dulce esperar por algo grande que conformarse con algo que no satisface. Tu persona está ahí fuera, y lo sabrás cuando la encuentres, pero hasta entonces ten paciencia. Llegará a ti.