Actualmente se utilizan dos métodos de medición indirecta de la presión arterial (PA) para la medición ambulatoria de la presión arterial (MAPA): los métodos auscultatorios y oscilométricos. El método auscultatorio se basa en la detección de los sonidos de Korotkoff emitidos por la señal acústica del transudor. Sus principales ventajas son (1) las similitudes con la medición clínica habitual de la PA; y (2) la detección precisa de las presiones sistólica y diastólica en la aparición y desaparición de los sonidos. Las principales desventajas de este método son (1) los artefactos debidos a los movimientos; y (2) las dificultades en el análisis de la señal debido a las variaciones fisiológicas de los patrones de sonido de Korotkoff o a las señales deficientes. Las dificultades pueden superarse mediante un procesamiento adecuado de la señal (reconocimiento de K2), el rechazo del ruido y/o la sincronización del ECG. Esto puede permitir una medición relativamente precisa de la PA durante el ejercicio leve. Con el método oscilométrico, se detectan las variaciones de volumen de aire en el manguito durante el desinflado. La oscilación máxima está relacionada con la presión arterial media. La PA sistólica y diastólica se determina mediante una interpretación algorítmica de la forma de las amplitudes oscilométricas, así como de la frecuencia cardíaca. Las principales ventajas son (1) la posibilidad de medir la PA cuando la señal de Korotkoff es pobre; (2) la medición de la PA arterial media; y (3) la no necesidad de un sensor microfónico. Las principales desventajas son (1) algunas curvas oscilométricas son difíciles de leer con precisión; (2) la oscilometría es muy sensible a los movimientos debido al ancho de banda de las señales, por lo que el brazo debe estar inmóvil; y (3) la precisión de la PA sistólica y diastólica depende del algoritmo utilizado. Estos dos métodos son complementarios e idealmente deberían estar asociados en el mismo dispositivo.