Resumen

El mensaje que circula por las redes sociales afirma que los fideos instantáneos tienen un recubrimiento de cera para evitar que se peguen y que esta cera puede acumularse en el cuerpo y causar cáncer.

Breve análisis

Las afirmaciones del mensaje son falsas. Los fideos instantáneos no tienen una capa de cera. Tampoco los envases de espuma de poliestireno en los que vienen. Y aunque lo tuvieran, no hay pruebas creíbles que relacionen la cera con el cáncer. Tampoco la cera se acumularía en el cuerpo como se afirma en el mensaje. Este mensaje es un bulo sin sentido y compartirlo no ayudará a nadie.

Ejemplo

Análisis detallado

Según este mensaje, que ha estado circulando en varias encarnaciones desde al menos el año 2000, los fideos instantáneos tienen una capa de cera para evitar que se peguen. El mensaje afirma además que los envases de espuma de poliestireno en los que vienen los fideos también tienen una capa de cera. El mensaje advierte que esta cera puede acumularse en nuestro cuerpo y causar cáncer. Aconseja a los consumidores que esperen al menos tres días entre la ingesta de fideos porque nuestro cuerpo necesita hasta dos días para limpiar la cera.

Sin embargo, las afirmaciones del mensaje son un completo disparate. Ni los fideos ni los envases de alimentos de espuma de poliestireno están recubiertos de cera. Todo el concepto es irracional. La cera, tanto en los recipientes como en los fideos, se derretiría rápidamente al añadir agua hirviendo y, por lo tanto, no tendría ningún sentido.
Un artículo sobre los mitos de los fideos en el sitio web de Monde Nissin explica:

Las hebras de fideos no se pegan entre sí como consecuencia natural del proceso de cortar la masa de fideos en hebras, cocerla al vapor y luego freírla en aceite de cocina normal.

Y la espuma de poliestireno hace un gran trabajo reteniendo el calor y manteniendo los alimentos y los líquidos, por lo que ciertamente no requiere un recubrimiento de cera.

Además, incluso si los fideos y sus envases tuvieran un recubrimiento de cera, no hay pruebas creíbles que apoyen la afirmación de que el consumo inadvertido de esta cera pueda provocar cáncer.

De hecho, la cera de varios tipos se utiliza regularmente en varios alimentos como la confitería y como recubrimiento de productos como el queso. Aunque comer una gran cantidad de algunos tipos de cera puede provocar una obstrucción intestinal, la cera se considera no tóxica cuando se consume en pequeñas cantidades y no hay indicios de que tenga propiedades cancerígenas.

Y, por último, la cera no se acumula en el cuerpo como se afirma en la «advertencia». La cera no se digiere, sino que simplemente pasa por el cuerpo sin alterarse.

Por lo tanto, esta advertencia carece de fundamento y compartirla no ayudará a nadie. Enviar información sanitaria espuria e inexacta como ésta es contraproducente.