Los cuatro tipos de compatibilidad en las relaciones

Un elemento clave en toda relación es la compatibilidad entre las dos partes. Empezando por el proceso de las citas – y siguiendo con el matrimonio – las cuestiones de compatibilidad pueden hacer o romper las relaciones. La palabra «compatible» se utiliza mucho en las discusiones sobre si las relaciones deben continuar o terminar. Pero, ¿cómo definimos la compatibilidad? ¿Cuántos tipos de compatibilidad existen? ¿Son necesarios todos los tipos para mantener una relación?

Hay cuatro tipos principales de compatibilidad, y todos ellos son necesarios para un amor sano. Sin embargo, los tres primeros están sujetos a cambios, mientras que el cuarto tipo de compatibilidad es el que realmente cimienta las relaciones a largo plazo: es el elemento eterno que mantiene a las parejas unidas cuando sus aspectos e intereses cambian.

Compatibilidad física

Aunque pueda parecer superficial, la compatibilidad física -la atracción física del uno por el otro- es necesaria para que una relación se afiance y se mantenga. Es necesario que tu pareja te atraiga y, desde luego, que no te repela. La belleza está en los ojos del que mira, y la compatibilidad física se basa claramente en un conjunto de preferencias subjetivas. No obstante, es un componente importante en una relación.

Compatibilidad emocional

Puedes sentirte atraído por alguien físicamente, pero si emocionalmente no hay conexión, la relación no puede perdurar. Esto ocurre muy a menudo: Las personas parecen hermosas sobre el papel o en la vida real, pero cuando las conoces y hablas con ellas, no sientes nada, no hay «clic». Toda relación sana necesita un sentimiento de confianza y de comunidad, así como una nutrición emocional.

Compatibilidad intelectual

La compatibilidad intelectual es la de dos personas que respetan la inteligencia del otro. Comparten y se estimulan mutuamente con ideas y/o intereses intelectuales compartidos. Valoran la opinión y los pensamientos del otro. Encuentran interesante la conversación del otro.

Compatibilidad externa: La visión compartida

Para no restar importancia a los tres primeros tipos de compatibilidad, hay un cuarto elemento de compatibilidad que infunde y eleva una relación a otra dimensión, y la convierte realmente en una relación eterna.

Se llama compatibilidad espiritual: Dos personas que comparten una visión y una misión – una visión que trasciende las necesidades de cada uno y los cambios del día a día. Se preguntan: ¿qué visión trascendente compartimos en cuanto a cómo nos gustaría contribuir al bien mayor? ¿Qué huella queremos dejar en el mundo? ¿Qué tipo de hogar queremos construir juntos? ¿Cómo queremos educar a nuestros hijos y cómo queremos que den forma al mundo en el que crecerán? Cuando la gente entra en tu entorno, ¿qué tipo de sensación quieres transmitirles? ¿Qué legado estás dejando?

En contraste con los tres primeros tipos de compatibilidad, que están sujetos a cambios (debido a la edad, a los cambios en nuestras necesidades e intereses, a la madurez) este cuarto dura toda la vida y más. Independientemente de los cambios que experimente una persona en la vida -físicos, emocionales, intelectuales-, la visión no cambia. Tu visión y tu misión pueden adoptar diferentes formas. Tu personalidad fundamental -tu esencia, tu misión personal- no cambia. Descubres nuevas formas de manifestar tu misión en la vida, pero tu vocación esencial y tus talentos clave no cambian. Cuando dos personas encuentran una asociación a ese nivel, su relación es capaz de evolucionar a lo largo de la vida.

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