El cerebro humano tiene casi un 60 por ciento de grasa. En los últimos años hemos aprendido que los ácidos grasos se encuentran entre las moléculas más cruciales que determinan la integridad del cerebro y su capacidad de rendimiento. Los ácidos grasos esenciales (AGE) son necesarios para el mantenimiento de una salud óptima, pero no pueden ser sintetizados por el cuerpo y deben obtenerse de fuentes dietéticas. Los estudios de observación clínica han relacionado la ingesta dietética desequilibrada de ácidos grasos con el deterioro del rendimiento cerebral y las enfermedades. La mayor parte del crecimiento del cerebro se completa a los 5-6 años de edad. Los AGE, en particular los ácidos grasos omega-3, son importantes para el desarrollo del cerebro durante el periodo fetal y postnatal. El ácido decosahexaenoico (DHA) en la dieta es necesario para la maduración funcional óptima de la retina y la corteza visual, y la agudeza visual y el desarrollo mental parecen mejorar con un aporte extra de DHA. Más allá de su importante papel en la construcción de la estructura cerebral, los AGE, como mensajeros, intervienen en la síntesis y las funciones de los neurotransmisores cerebrales, y en las moléculas del sistema inmunitario. Las membranas neuronales contienen reservas de fosfolípidos que son los depósitos para la síntesis de mensajeros lipídicos específicos en caso de estimulación o lesión neuronal. Estos mensajeros, a su vez, participan en cascadas de señalización que pueden promover la lesión neuronal o la neuroprotección. El objetivo de esta revisión es ofrecer una nueva comprensión de cómo los AGE determinan la integridad y el rendimiento de nuestro cerebro, y recordar los trastornos neuropsiquiátricos en los que pueden influir. A medida que vamos desvelando el misterio de cómo los ácidos grasos afectan al cerebro y comprendemos mejor la dependencia crítica del cerebro de los AGE específicos, la ingesta correcta de la dieta o los suplementos adecuados se convierte en una de las tareas que emprendemos en busca de un bienestar óptimo.