La leyenda de los Lakers de Los Ángeles, Elgin Baylor, es un grande de todos los tiempos y tuvo un poco de mala suerte.
Elgin Baylor figura sin duda en las listas de los mejores jugadores de baloncesto, anotadores, reboteadores y también de los Lakers de Los Ángeles de todos los tiempos.
Salvó él solo a los Lakers de Los Ángeles de un destino de mediocridad y probablemente de la quiebra. Los días de George Mikan habían quedado atrás cuando fue elegido en primer lugar por los Lakers de Minneapolis en 1958 y, según declaró el entonces propietario Bob Short, sin él la organización habría corrido el riesgo de ir a la quiebra.
Estamos hablando de uno de los más grandes de todos los tiempos en la historia de la liga. En su carrera, promedió 27,4 puntos, 13,5 rebotes y 4,3 asistencias. En 11 de las 14 temporadas tuvo al menos 24 puntos y 10 rebotes por partido, y en su mejor momento, anotó 38,3 puntos y 18,6 rebotes.
Desgraciadamente, en su larga e ilustre carrera, Baylor se retiró sin ganar nunca un campeonato, ni recibir un MVP. En aquellos años, había otros dos monstruos sagrados de la madera dura que dominarían el panorama de las conversaciones sobre el MVP; Wilt Chamberlain y Bill Russell.
Elgin fue la estrella que vio el traslado de los Lakers de Minneapolis a Los Ángeles. A partir de la temporada 1960-61 se le unió Jerry West y Los Ángeles se convirtió en un habitual de las Finales de la NBA, pero siempre fracasó a la hora de ganar el codiciado trofeo.
En 1968, los Lakers consiguieron añadir a Wilt Chamberlain a su dúo de estrellas, para formar probablemente el primer big three de la historia de la NBA. Sin embargo, siguieron cayendo en las finales.
A sólo dos partidos de la temporada 1970-71, una lesión en la rodilla, que le venía molestando desde 1964, puso fin abrupto a la temporada de Baylor. Intentó volver en 1972, pero los persistentes problemas de rodilla le obligaron a retirarse tras sólo nueve partidos. Su carrera terminó de una forma muy similar a la que terminaría la de James Worthy muchos años después.
Esa misma temporada los Lakers entregaron por fin el primer campeonato a la ciudad de Los Ángeles y realizaron un récord de 33 victorias consecutivas. Las lesiones privaron a Baylor de la posibilidad de ganar el ansiado anillo después de tantos años de orgulloso servicio con el uniforme púrpura y oro, y formar parte de un equipo histórico.
Los Lakers le proporcionarían un anillo de todos modos por la contribución que dio a la franquicia a lo largo de los años para alcanzar finalmente ese logro, pero no sería lo mismo ciertamente que si lo hubiera ganado en sus pasadas apariciones en las finales o al menos formando parte del equipo a lo largo de los playoffs de ese año.
Elgin Baylor sigue siendo sin duda uno de los más grandes y desafortunados jugadores de la historia de la NBA, cuando, después de haber estado tan cerca de la victoria durante tantos años, el mal momento de sus lesiones le hizo perder la oportunidad de cerrar su legendaria carrera de forma épica.
Al menos, fue muy merecidamente incluido en el Salón de la Fama y los Lakers de Los Ángeles le honraron retirando su número y erigiendo su estatua en el Staples Center.