¿Vacunar o no vacunar? Esa es la pregunta que no deja de surgir. Según el doctor Patrick Knowles, médico de atención primaria del Grupo Médico HonorHealth, hay varias buenas razones para vacunar a sus hijos, entre ellas:
- Ayudar a salvar vidas previniendo enfermedades: Hace 70 años, la polio paralizaba o mataba a miles de personas. Hoy en día, no hay informes de la poliomielitis en este país. Eso se debe al uso de vacunas seguras y eficaces.
- Contribuyendo a la protección de su comunidad: Los recientes brotes de sarampión y tos ferina tanto en Arizona como en Estados Unidos reflejan la disminución de las tasas de inmunización. Es decir, menos niños protegidos significa que las enfermedades se extienden a la comunidad en general. Así que su decisión de vacunar no sólo afecta a la salud de su hijo, sino también a su comunidad. Al vacunar a sus hijos antes de los dos años, puede proteger tanto a su propio hijo como a aquellos con los que esté en contacto. Los niños menores de cinco años son especialmente susceptibles a las enfermedades porque su sistema inmunitario no ha creado las defensas necesarias para combatir las infecciones.
- Ahorro de tiempo y dinero: Las vacunas suelen estar cubiertas por el seguro; también existen programas de inmunización de bajo coste. El coste de no vacunar significa correr el riesgo de contraer enfermedades prevenibles por vacunación, que pueden dar lugar a discapacidades, bajas laborales, facturas médicas o requerir cuidados de incapacidad a largo plazo.
- Proteger a las generaciones futuras: Las vacunas han reducido y, en algunos casos, eliminado muchas enfermedades que mataban o dejaban gravemente discapacitadas a las personas hace algunas generaciones. Si se sigue vacunando a los niños ahora, y se les vacuna por completo, es posible que en el futuro se erradiquen las enfermedades que actualmente afectan a las personas. Por ejemplo, las vacunas erradicaron la viruela en todo el mundo; los niños ya no necesitan esa vacuna. Y, al vacunar a los niños contra la rubeola (sarampión alemán), el riesgo de que las mujeres embarazadas transmitan este virus al niño que llevan dentro o a un recién nacido ha disminuido drásticamente.
La ciencia ha trabajado mucho para garantizar que las vacunas sean seguras. Aunque pueden producirse fiebres después de la vacunación, así como sensibilidad y enrojecimiento alrededor del lugar de la inyección, las reacciones alérgicas graves son raras. En el caso de casi todos los niños, los beneficios de la vacunación contra las enfermedades son mayores que los posibles efectos secundarios.
¿Preguntas? ¿Preocupaciones? Pida consejo al médico de su hijo.
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