Amelia Earhart se considera a menudo la primera o la mejor mujer piloto. Fue la primera mujer que voló en solitario sin escalas a través de los Estados Unidos y la primera mujer -y segunda persona, después de Charles Lindbergh- que voló en solitario sin escalas a través del Océano Atlántico. Pero no fue la única mujer que batió récords de vuelo en su época y, desde luego, no fue la mejor.

Louise Thaden, Ruth Nichols y Beryl Markham, coetáneas de Earhart, fueron sin duda pilotos más competentes y tuvieron carreras propias que batieron récords. Pero no obtuvieron el mismo reconocimiento que Earhart, que se convirtió en un icono de la aviación. Lo que la diferenció de sus compañeras fue una campaña publicitaria cuidadosamente ejecutada.

El marido de Earhart, George Palmer Putnam, era un influyente editor de libros estadounidense que eligió a Earhart para sobrevolar (como pasajera) el océano Atlántico en 1928, convirtiéndola en la primera mujer en hacerlo. La fama posterior contribuyó a su carrera como piloto y conferenciante, lo que acabó convirtiendo a una piloto bastante normal en una leyenda de la aviación.

Earhart utilizó su estatus de celebridad para promover la aviación como una forma viable de transporte. Y animó a otras mujeres a entrar en el campo, que todavía era nuevo. Y aunque Earhart no era técnicamente la piloto más hábil de su época, su valor y ambición para seguir una carrera de vuelo siguen siendo una inspiración más de 80 años después de su desaparición.

Mira el vídeo de arriba para ver cómo Earhart se convirtió en una leyenda en vida.

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