Los dulces, como los caramelos, las tartas y los pasteles, estaban antes prohibidos para las personas con diabetes. Ya no es así.
De hecho, las investigaciones han demostrado que los almidones, como las patatas y el pan blanco, afectan a los niveles de glucosa en sangre de forma muy parecida al azúcar, provocando a veces peligrosos picos de azúcar en sangre. Los carbohidratos que se encuentran en la mayoría de las verduras o los cereales integrales no afectan tanto al azúcar en sangre.
Contar los carbohidratos y elegir los más saludables es más importante que eliminar el azúcar por completo. Un pequeño capricho dulce está bien. Si está en una boda, por ejemplo, puede tomar una pequeña porción de pastel, muy pequeña. Simplemente sustitúyalo por otro carbohidrato con almidón que pueda comer, como una pequeña patata o un trozo de pan.
Si es realmente goloso, elija postres, dulces y refrescos hechos con sustitutos del azúcar. Muchos edulcorantes artificiales no tienen carbohidratos ni calorías, por lo que no es necesario contarlos en su plan de comidas. Otros tienen carbohidratos que se absorben en la sangre más lentamente que el azúcar de mesa, por lo que no suponen una amenaza para sus niveles de azúcar en sangre.
Pero una vez que deje el azúcar y los edulcorantes durante unas semanas, su cuerpo y sus papilas gustativas se adaptarán y no necesitará ni deseará tanto el dulce. Las frutas y otros alimentos naturales tendrán un sabor más dulce y satisfactorio.