…así que con la mente, algo inesperado -una idea novedosa o incongruente que rompe con un tren de pensamiento habitual- parece ser un elemento fuerte en lo lúdico. -Charles Darwin (1872).1
La risa es única para los humanos.2 También es única para cada individuo; la risa de cada persona es estereotipada y característica.3 En la mayoría de los casos, la risa es una expresión de alegría con movimientos faciales típicos y contracciones clónicas de los músculos espiratorios. Los trastornos de la risa pueden producirse cuando esta expresión está fuera de control o es inapropiada.
Hay muchas cuestiones importantes relacionadas con la naturaleza de la risa y su aparición como enfermedad. En particular, la neuropatología de la risa sigue estando mal definida. La risa parece ser el resultado de una variedad de lesiones neurológicas. Informamos de un caso inusual y extremo de un paciente que tenía risa involuntaria e hilaridad inapropiada presente la mayor parte del día durante más de dos décadas. Además, revisamos la literatura sobre el origen y la base neuropatológica del comportamiento y sugerimos una aproximación a los trastornos clínicos de la risa.
INFORME DE UN CASO
Un hombre de 67 años se presentó para ser evaluado debido a una historia de 20 años de risa incesante. Su enfermedad comenzó después de la ruptura de un aneurisma de la arteria comunicante anterior con posterior lesión bifrontal por retracción quirúrgica y recorte del aneurisma. En el postoperatorio desarrolló una hidrocefalia que hizo necesaria la colocación de una derivación ventriculoperitoneal. Desde que se recuperó de sus dos operaciones, el paciente no ha podido dejar de reír. Para disgusto de su familia y amigos, el paciente se pasaba la mayor parte del día riendo, incluso cuando se sentía triste. Su risa se inmiscuía en todas sus conversaciones y se desencadenaba ante los estímulos más triviales e intrascendentes. Sólo el sueño le permitía descansar de la risa. En los últimos meses, su risa se había vuelto aún más molesta para su familia. Además, debido a su incapacidad para dejar de reír, el paciente no había podido trabajar. Por lo demás, su historial médico era positivo por los numerosos intentos de controlar su risa con fármacos psicoactivos.
En la exploración, era un hombre despierto que estallaba rápidamente en carcajadas a la menor provocación. Su puntuación en el Mini-Mental State Examination4 fue de 22/30; falló en cinco preguntas de orientación y en tres de recuerdo. El examen del lenguaje era normal, y generaba una lista de 11 animales/minuto. En las pruebas de memoria, no pudo recordar ninguna de las 4 palabras a los 5 minutos, pero le fue mejor en las pruebas de reconocimiento. Estaba intacto en las habilidades visoespaciales, los cálculos y la praxis; sin embargo, sus interpretaciones de modismos y proverbios eran concretas, y los programas de alternancia se realizaban con dificultad. El examen de sus nervios craneales reveló una parálisis del recto lateral izquierdo, presente desde la infancia; un reflejo nauseoso hiperactivo; y una sacudida rápida de la mandíbula. Su marcha era amplia, con leve espasticidad en las extremidades inferiores. Los reflejos eran enérgicos en las extremidades inferiores, con dedos de los pies bilaterales ascendentes. No tenía reflejos glabelares, de hocico o de agarre.
Las exploraciones de TAC del cerebro mostraron encefalomalacia bifrontal, un clip de aneurisma en el círculo anterior de Willis y una derivación ventricular derecha (Figura 1). Los escáneres PET revelaron un hipometabolismo bifrontal medial (Figura 2).
El paciente empezó a tomar fluoxetina a 10 mg qd, lo que disminuyó sus episodios de risa pero no los abolió. Las puntuaciones de la Escala de Risa y Llanto Patológicos,5 obtenidas retrospectivamente, disminuyeron de 26 antes del tratamiento a 15 después de 2 semanas con fluoxetina. Una evaluación neuroquirúrgica concluyó que su derivación no había sido funcional durante muchos años.
DISCUSIÓN
Durante más de dos décadas, este paciente no podía evitar reírse incluso cuando no detectaba el humor. Su examen reveló un deterioro de la memoria, una disfunción frontal-ejecutiva y un trastorno de la marcha con reflejos patológicos en las extremidades inferiores, consistentes con su encefalomalacia bifrontal e hidrocefalia. Su risa involuntaria era secundaria a una parálisis pseudobulbar y puede haber sido facilitada por la desinhibición del giro cingulado anterior.
Entender el origen y la naturaleza de la risa facilita la comprensión de los trastornos de la risa. La risa en los humanos no tiene un equivalente cercano en otros animales. La capacidad de reír surge en torno al tercer o cuarto mes de vida, mucho después de la capacidad de llorar y sonreír. La risa no tiene el mismo origen ni la misma finalidad que la sonrisa.6 La sonrisa surgió de la exhibición silenciosa de dientes desnudos en los primates y transmite afinidad social, tranquilidad, simpatía o saludo.2 La risa, en cambio, surgió de la exhibición relajada de boca abierta en los primates y se produce durante los juegos bruscos en los chimpancés.
La risa es el opuesto fisiológico del llanto. Aunque la mitad superior de la cara es indistinguible de la cara que llora, la parte inferior de la cara y el patrón respiratorio son lo contrario del llanto. En la risa, se produce una apertura de la boca, una retracción y elevación de las comisuras de los labios, una ligera elevación del labio superior y unas inspiraciones profundas seguidas de espiraciones espasmódicas cortas e interrumpidas (clonus espiratorio).7 Estos movimientos se originan en un centro bulbar inferior del tronco cerebral para la risa que está bajo control cerebral superior; la risa no se produce en los niños anencefálicos.7
La risa es también el opuesto psicológico del llanto. Transmite una falta de angustia, un reconocimiento de que el «peligro» no es real.2 La risa necesita un contexto social receptivo en el que los comportamientos asertivos, como las cosquillas o los juegos bruscos, se reconozcan como una agresión fingida o una seriedad fingida. En los seres humanos, la apreciación de la incongruencia de la agresión simulada puede haber conducido a la apreciación de la incongruencia en la alegría o el humor. Una relación incongruente entre lo que se percibe y lo que se espera es la esencia del humor.1 La risa puede servir para promover la exploración social del desajuste perceptivo/cognitivo, la capacidad de ver las cosas bajo una luz diferente. Además, la risa es gratificante para el humorista y le anima a seguir proporcionando información incongruente.8
Los trastornos de la risa son distintos de los trastornos de la alegría o el humor, como la moria o el witzelsucht. La moria (euforia tonta o tontizante) y el witzelsucht (tendencia a las bromas inapropiadas) se producen con trastornos del lóbulo frontal como la neurosífilis.7,9 Los pacientes con estos trastornos tienen una rutina habitual de chistes y ocurrencias, pero son paradójicamente insensibles al humor. La región orbitofrontal derecha puede ser el sustrato neuroanatómico de estos comportamientos.9
Los trastornos más comunes de la risa se asocian a la parálisis pseudobulbar.7,10 Aunque es menos frecuente que el llanto patológico, la risa patológica en la parálisis pseudobulbar puede desencadenarse por estímulos triviales, puede ser incongruente con el estado de ánimo subyacente y puede entremezclarse con el llanto. Las características de la parálisis pseudobulbar pueden incluir disartria, disfagia, debilidad bifacial, aumento del reflejo mandibular, reflejos palatinos conservados o aumentados y movimientos linguales débiles, pero tos, bostezo, risa y llanto conservados. El afecto pseudobulbar es secundario a la interrupción bilateral de la inervación supranuclear de los núcleos motores bulbares de la parte inferior de la cara y de los centros del tronco encefálico.11 Los accidentes cerebrovasculares bilaterales, la esclerosis múltiple y los traumatismos cerebrales graves, generalmente mayores en el hemisferio derecho, son las causas más comunes de este síndrome.7,10-12
La risa patológica también puede ser consecuencia de lesiones cerebrales unilaterales en ausencia de parálisis pseudobulbar. Ceccaldi et al.11 informaron de risas inapropiadas durante 1 a 2 meses después de infartos subcorticales unilaterales que afectaban a la región estriatocapsular,11 y otros investigadores informan de risas después de accidentes cerebrovasculares unilaterales en el área lenticulocapsular y en la región pontomesencefálica derecha.13,14 Una manifestación repentina de la risa, «le fou rire prodromique», puede preceder a los accidentes cerebrovasculares agudos que afectan a la cápsula interna izquierda del tálamo,15 a los ganglios basales izquierdos,16 o a la protuberancia ventral, especialmente en el lado izquierdo.17,18 A veces, la risa precede a otras manifestaciones de tumores alrededor del tronco cerebral, como un neurinoma del trigémino o un cordoma clival en la cisterna prepontina que comprime estructuras pontomesencefálicas.19,20 Las lesiones de la fosa posterior han producido risa al provocar un temblor de intención o al iniciar los movimientos oculares.21 Por último, la risa transitoria puede ser resultado, en raras ocasiones, de lesiones unilaterales fuera de las regiones capsular y pontina ventral, como un hemangiopericitoma que incide en el pedúnculo derecho y un glioblastoma derecho en la corteza prerolándica.22,23
Los ataques de risa son otra causa neurológica de la risa. La risa ictérica es estereotipada, no se precipita por estímulos externos y suele durar menos de 30 segundos. Las crisis gelásticas suelen originarse en el hemisferio izquierdo, mientras que las crisis discrásticas (de llanto) suelen originarse en el hemisferio derecho.24 Las crisis gelásticas suelen ser el resultado de hamartomas hipotalámicos, a veces con liberación de gonadotropinas y otras hormonas.25-28 Estas crisis pueden disminuir con la resección del hamartoma, pero no con la resección cortical focal.29,30 La extensión hipotalámica de otros tumores también puede producir crisis de risa.31 Además, las crisis gelásticas pueden ser crisis parciales complejas de origen en el lóbulo temporal o en el lóbulo frontal (cingulado anterior).26,32 La estimulación eléctrica en las regiones temporales puede producir estallidos de risa acompañados de sentimientos de alegría o la sensación subjetiva de júbilo.26 En otros estudios, las crisis gelásticas se han originado en la región frontal izquierda,33 en la región frontal derecha,34 en la circunvolución cingulada anterior izquierda,26 o en la circunvolución cingulada anterior derecha.35
La risa anormal puede ser consecuencia de otros trastornos (Tabla 1). El síndrome de Angelman es un trastorno genético causado normalmente por deleciones maternas en 15q11-q13 y caracterizado por retraso mental; convulsiones; microcefalia y otros rasgos dismórficos; movimientos rígidos, como de marioneta; y frecuentes estallidos de risa.36,37 Aunque suele aparecer entre los 2 y los 16 años de edad, el síndrome de Angelman puede darse en adultos de hasta 53 años y puede estar relacionado con la hipoperfusión frontal izquierda.38,39 La enfermedad de Alzheimer se asocia con la risa inapropiada hasta en un 14% de los pacientes, posiblemente como consecuencia de la presencia de atrofia subcortical.40 Yamada et al.41 informaron de una mujer de 54 años con enfermedad de Pick patológicamente probada que era muda excepto por episodios de risa espontánea incongruente con la situación. La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob,42 la alfa talasemia con retraso mental,43 la enfermedad de Parkinson,10 y la enfermedad de Wilson pueden manifestarse con risa patológica.10 Por último, en el trastorno de la conducta REM, los episodios de risa se producen por la noche, a menudo durante una fase de REM mixta y ondas cerebrales de frecuencia mixta de bajo voltaje concomitantes.20
Estas diversas condiciones asociadas con la risa patológica sugieren un circuito neuroanatómico para la producción de la risa (como se muestra en la Figura 3). En primer lugar, la circunvolución cingulada anterior dota a las experiencias de conciencia emocional y está parcialmente bajo control cortical frontal.44 La circunvolución cingulada anterior también está implicada en la expresión de la emoción, particularmente en las vocalizaciones emocionales como la risa. En segundo lugar, las amígdalas de los lóbulos temporales retroalimentan al cíngulo anterior para la coloración emocional de las percepciones, y la corteza temporal (parahipocampal y fusiforme) integra las percepciones con las experiencias anteriores. En tercer lugar, el hipotálamo caudal, el centro de coordinación central para los cambios emocionales internos, es un efector de la risa.7 En cuarto lugar, el centro pontomedular ventral para la risa coordina la vocalización emocional, la expresión facial y las expiraciones.7,45 Por último, los tractos corticobulbares bilaterales suprimen tónicamente la risa y se oponen a las conexiones extrapiramidales para la expresión emocional. Además, las lesiones capsulares unilaterales pueden producir una risa sincinética temporal a partir del cruce de las vías motoras voluntarias activadas pero dañadas con estas vías extrapiramidales para la risa.15
Postulamos que nuestra paciente tenía una risa patológica inusualmente grave a causa de la parálisis pseudobulbar más la liberación bilateral del giro cingulado anterior del control cortical frontal. Este modelo difiere del llanto en el mayor nivel de integración cortical que se requiere para la risa.7 Este modelo también puede generar predicciones comprobables con respecto a las lesiones específicas que podrían producir la risa patológica.
La formulación presentada aquí proporciona un marco para comenzar a comprender los trastornos de la risa. Las características clínicas distintivas importantes incluyen
Presencia de sentimientos asociados de alegría o humor, como en algunos ataques de la circunvolución cingulada anterior o de los lóbulos temporales. |
|||||
Precipitación por estímulos triviales o paradójicos, como en la parálisis pseudobulbar. |
|||||
Presencia de déficits neurológicos agudos como en las lesiones capsulares o peripontinas. |
|||||
Presencia de risa-llanto mixto, como en la parálisis pseudobulbar. |
|||||
Ocurrencia en forma de estallidos o rachas breves, como en las crisis gelásticas. |
|||||
Presencia de otras características asociadas, como la risa específica por estímulo en algunas lesiones de la fosa posterior y la pubertad precoz con hamartomas hipotalámicos. |
La risa patológica es perturbadora para la mayoría de los pacientes y exige intervención. La escala de risa y llanto patológicos es un instrumento fiable para cuantificar y controlar la respuesta al tratamiento.5 La risa patológica puede responder a los antidepresivos tricíclicos, como la nortriptilina (25-100 mg/semana).5 Estudios recientes indican que la fluoxetina, la fluvoxamina, la sertralina y otros inhibidores selectivos de los receptores de serotonina pueden mejorar la risa involuntaria, como en nuestra paciente.46,47 El tratamiento con antidepresivos es especialmente beneficioso en pacientes con risa patológica por parálisis pseudobulbar por enfermedad cerebrovascular o esclerosis múltiple.10 Los estabilizadores del estado de ánimo antiepilépticos como la carbamazepina, el valproato o la gabapentina han tenido un éxito modesto en la disminución de la risa, a menos que se deba a convulsiones gelásticas. Otras posibilidades terapéuticas son el litio, otros tratamientos antimaníacos y el tratamiento quirúrgico de las lesiones focales. Está claro que hay que seguir trabajando en el manejo de este síndrome.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue presentado previamente en la novena reunión anual de la Asociación Americana de Neuropsiquiatría, en Honolulu, HI, del 1 al 3 de febrero de 1998.
Tabla 1. Causas de la risa patológica
1 Darwin C: The Expression of the Emotions in Man and Animals (1872). Chicago, University of Chicago Press, 1965Google Scholar
2 Van Hooff J: A comparative approach to the phylogeny of laughter and smiling, in Non-Verbal Communication, edited by Hinde RA. Cambridge, UK, Cambridge University Press, 1972, pp 209-241Google Scholar
3 Provine RR, Yong YL: Laughter: a stereotyped human vocalization. Ethology 1991; 89:115-124Crossref, Google Scholar
4 Folstein MF, Folstein SE, McHugh PR: «Mini-Mental State»: un método práctico para calificar el estado cognitivo de los pacientes del clínico. J Psychiatr Res 1975; 12:189-198Crossref, Medline, Google Scholar
5 Robinson RG, Parikh RM, Lipsey JR, et al: La risa y el llanto patológicos tras un accidente cerebrovascular: validación de una escala de medición y un estudio de tratamiento a doble ciego. Am J Psychiatry 1993; 150:286-293Crossref, Medline, Google Scholar
6 Lockard JS, Fahrenbruch CE, Smith JL, et al: La sonrisa y la risa: ¿diferentes orígenes filéticos? Bulletin of the Psychonomic Society 1977; 10:183-186Google Scholar
7 Poeck K: Pathological laughter and crying, in Handbook of Clinical Neurology, vol 45, edited by Fredericks JAM. Amsterdam, Elsevier Science, 1985, pp 219-225Go Scholar
8 Weisfeld GE: The adaptive value of humor and laughter. Ethology and Sociobiology 1993; 14:141-169Crossref, Google Scholar
9 Vardi J, Finkelstein Y, Zlotogorski Z, et al: L’homme qui rit: inappropriate laughter and release phenomena of the frontal subdominant lobe. Behav Med 1994; 20:44-46Crossref, Medline, Google Scholar
10 Dark FL, McGrath JJ, Ron MA: Pathological laughing and crying. Aust NZ J Psychiatry 1996; 30:472-479Crossref, Medline, Google Scholar
11 Ceccaldi M, Poncet M, Milandre L, et al: Temporary forced laughter after unilateral strokes. Eur Neurol 1994; 34:36-39Crossref, Medline, Google Scholar
12 Zeilig G, Drubach DA, Katz-Zeilig M, et al: Risa y llanto patológicos en pacientes con lesión cerebral traumática cerrada. Brain Inj 1996; 10:591-597Crossref, Medline, Google Scholar
13 Kim JS: Pathological laughter after unilateral stroke. J Neurol Sci 1997; 148:121-125Crossref, Medline, Google Scholar
14 Mouton P, Remy A, Cambon H: Risa espasmódica causada por la afectación unilateral del tronco cerebral. Rev Neurol 1994; 150:302-303Medline, Google Scholar
15 Ceccaldi M, Milandre L: A transient fit of laughter as the inaugural symptom of capsular-thalamic infarction. Neurology 1994; 44:1762Crossref, Medline, Google Scholar
16 Carel C, Albucher JF, Manelfe C, et al: Four rire prodromique heralding a left internal carotid artery occlusion. Stroke 1997; 28:2081-2083Google Scholar
17 Tei H, Sakamoto Y: Pontine infarction due to basilar artery stenosis presenting as pathological laughter. Neuroradiology 1997; 39:190-191Crossref, Medline, Google Scholar
18 Wali GM: «Fou rire prodromique» heraldos de un infarto cerebral. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1993; 56:209-210Crossref, Medline, Google Scholar
19 Bhatjiwale MG, Goel A, Desai K: Risa patológica como síntoma de presentación de un neurinoma del trigémino: informe de un caso. Neurologia Medico-Chirurgica 1996; 36:644-646Crossref, Medline, Google Scholar
20 Matsuoka S, Yokota A, Yasukouchi H, et al: Cordoma clival asociado con risa patológica: informe de un caso. J Neurosurg 1993; 79:428-433Crossref, Medline, Google Scholar
21 Doorenbos DI, Haerer AF, Payment M, et al: Risa patológica específica del estímulo: informe de un caso con localización unilateral discreta. Neurology 1993; 43:229-230Crossref, Medline, Google Scholar
22 Monteil P, Cohadon F: La risa patológica como síntoma de un tumor de borde tentorial. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1996; 60:370Crossref, Medline, Google Scholar
23 Ceccaldi M, Donnet A, Grisoli F, et al: Ajuste prodrómico de la risa y tumor prerolándico. Rev Neurol 1995; 151:206-208Medline, Google Scholar
24 Sackeim HA, Greenberg MS, Weiman AL, et al: Asimetría hemisférica en la expresión de emociones positivas y negativas. Arch Neurol 1982; 39:210-218Crossref, Medline, Google Scholar
25 Arroyo S, Santamaría J, Sanmartí F, et al: Risa ictérica asociada a disfunción hipotálamo-hipófisis paroxística. Epilepsia 1997; 38:114-117Crossref, Medline, Google Scholar
26 Arroyo S, Lesser RP, Gordon B, et al: Mirth, laughter and gelastic seizures. Brain 1993; 116:757-780Crossref, Medline, Google Scholar
27 Munari C, Kahane P, Francione S, et al: Role of the hypothalamic hamartoma in the genesis of gelastic fits (a video-stereo-EEG study). Electroencephalogr Clin Neurophysiol 1995; 95:154-160Crossref, Medline, Google Scholar
28 Acilona Echeverría V, Casado Chocán JL, et al: Ataques gelásticos, pubertad precoz y hamartomas hipotalámicos: informe de un caso y aportaciones de la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT). Neurología 1994; 9:61-64Medline, Google Scholar
29 Valdueza JM, Cristante L, Dammann O, et al: Hamartomas hipotalámicos: con especial referencia a la epilepsia gelástica y a la cirugía. Neurosurgery 1994; 34:949-958Crossref, Medline, Google Scholar
30 Cascino GD, Andermann F, Berkovic SF, et al: Convulsiones gelásticas y hamartomas hipotalámicos: evaluación de pacientes sometidos a monitorización EEG intracraneal crónica y resultado del tratamiento quirúrgico. Neurology 1993; 43:747-750Crossref, Medline, Google Scholar
31 Gunatilake S, De Silva DG: Laughing seizures due to a midline intraventricular neoplasm in tuberous sclerosis. Arch Dis Childhood 1995; 72:443-444Crossref, Medline, Google Scholar
32 Taniguchi M, Takemoto O, Hirano S, et al: A case of epileptic laughter associated with temporal epidermoid cyst: surgical treatment combined with subdural grid electrode study. No Shinkei Geka 1994; 22:147-150Medline, Google Scholar
33 Iannetti P, Spalcie A, Raucci U, et al: Gelastic epilepsy: video-EEG, MRI and SPECT characteristics. Brain Dev 1997; 19:418-421Crossref, Medline, Google Scholar
34 Ohara K, Morita Y, Takauchi S, et al: Encefalopatía multiquística con convulsión gelástica originada en el lóbulo frontal, crisis oculógira ipsilateral y nistagmo epiléptico horizontal: un caso de autopsia. Rinsho Shinkeigaku 1996; 36:962-967Medline, Google Scholar
35 McConachie NS, King MD: Gelastic seizures in a child with focal cortical dysplasia of the cingulate gyrus. Neuroradiology 1997; 39:44-45Crossref, Medline, Google Scholar
36 Buntinx IM, Hennekam RC, Brouwer OF, et al: Clinical profile of Angelman syndrome at different ages. Am J Med Genet 1995; 56:176-183Crossref, Medline, Google Scholar
37 Kishino T, Lalande M, Wagstaff J: Las mutaciones UBE3A/E6-AP causan el síndrome de Angelman. Nat Genet 1997; 15:70-73Crossref, Medline, Google Scholar
38 Laan LA, den Boer AT, Hennekam RC, et al: Angelman syndrome in adulthood. Am J Med Genet 1996; 66:356-360Crossref, Medline, Google Scholar
39 Gucuyener K, Gokcora N, Ilgin N, et al: Regional cerebral blood flow in Angelman syndrome. Eur J Nucl Med 1993; 20:645-647Crossref, Medline, Google Scholar
40 Starkstein SE, Migliorelli R, Tesón A, et al: Prevalence and clinical correlates of pathological affective display in Alzheimer’s disease. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1995; 59:55-60Crossref, Medline, Google Scholar
41 Yamada N, Tanabe H, Kazui H, et al: A case of lobar atrophy with stereotypic unusual laughing. No To Shinkei 1994; 46:781-786Medline, Google Scholar
42 Lacayo A: Risa sin alegría en un caso de enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (carta). J Neuropsychiatry Clin Neurosci 1995; 7:386-387Link, Google Scholar
43 Ogle R, DeSouza M, Cunningham C, et al: X linked mental retardation with non-deletional alpha thalassaemia (ATR-X): further delineation of the phenotype. J Med Genet 1994; 31:245-247Crossref, Medline, Google Scholar
44 Devinsky O, Morrell MJ, Vogt GA: Contribuciones de la corteza cingulada anterior al comportamiento. Brain 1995; 118:279-306Crossref, Medline, Google Scholar
45 Wilson SAK: Some problems in neurology, II: pathological laughing and crying. J Neurol Psychopathol 1924; 16:299Crossref, Google Scholar
46 Mukand J, Kaplan M, Senno RG, et al: Llanto y risa patológicos: tratamiento con sertralina. Arch Phys Med Rehab 1996; 77:1309-1311Google Scholar
47 Iannoaccone S, Ferini-Strambi L: Pharmacologic treatment of emotional lability. Clin Neuropharmacol 1996; 19:532-535Crossref, Medline, Google Scholar