El pangolín u hormiguero escamoso (Manis penta-dactyla dalmanni) es el más primitivo de los mamíferos chinos, y aunque está totalmente protegido por la ley en la colonia e isla de Hong-Kong, la demanda de su cadáver hace necesaria una protección más amplia en el sur de China (Hong Kong Naturalist, julio de 1937, 79). El propio animal se come, pero un peligro mayor surge de la creencia de que las escamas tienen valor medicinal. Las escamas frescas nunca se utilizan, pero las escamas secas se tuestan, se convierten en cenizas, se cocinan en aceite, mantequilla, vinagre, orina de niño, o se tuestan con tierra o conchas de ostras, para curar una variedad de males. Entre ellos, el nerviosismo excesivo y el llanto histérico de los niños, las mujeres poseídas por demonios y ogros, la fiebre palúdica y la sordera. Tan solicitadas son las escamas de pangolín para estos fines que anualmente se importaban de Java las escamas de unos 4.000 o 5.000 ejemplares, con un valor de 3.700 florines. Pero las recientes regulaciones en Java, que prohíben la captura y la matanza de pangolines y la exportación de escamas, harán que la atención de los curanderos chinos se dirija con más fuerza hacia el producto nativo.