La formación de edemas. Parte 1: fisiopatología, causas y tipos

La formación de edemas -ya sean externos y visibles, o internos e invisibles, y sea cual sea la causa- es relativamente común, y se produce en la mayoría de los estados de enfermedad. Las intervenciones prescritas tienen como objetivo asegurar:

Sharon Edwards, MSc, RN, DipN, PGCEA.

Profesora titular del Departamento de Enfermería y Partería de la Universidad de Hertfordshire

– Un suministro adecuado de oxígeno para satisfacer la demanda

– Unos nutrientes adecuados para satisfacer las necesidades metabólicas

– La reposición de líquidos para mantener un volumen circulante agotado.

Si un paciente tiene un edema debido a una enfermedad aguda, éste acaba remitiendo y el dolor, la disfunción o la inmovilización que padece mejoran. Sin embargo, en las enfermedades crónicas, la formación de edema puede controlarse únicamente mediante intervenciones médicas o fármacos prescritos.

El edema

El edema es una acumulación anormal de líquido en los tejidos, que puede acumularse en los espacios intersticiales o intracelulares. Las causas de ambos tipos de edema son variadas (Tabla 1). El edema intersticial y el intracelular no son mutuamente excluyentes. El edema intersticial puede dar lugar a una hinchazón que puede cortar el suministro de sangre, dando lugar a un edema intracelular. El edema intracelular puede dar lugar a un daño celular, que estimulará la liberación de mediadores y la respuesta inflamatoria (RI).

El edema es un problema de distribución de líquidos y no indica necesariamente un exceso de líquidos (McCance y Huether, 1997). Suele asociarse con el aumento de peso, la hinchazón y la inflamación, la ropa y el calzado ajustados, el movimiento limitado de una zona afectada y los síntomas asociados a una condición patológica subyacente.

Compartimentos del líquido corporal

El agua corporal total suele dividirse en dos volúmenes:

– El volumen del líquido extracelular (LEC)

– El volumen del líquido intracelular (LCI).

En un varón medio, el agua intracelular constituye alrededor del 40% del peso corporal total y el agua extracelular alrededor del 20%. El líquido extracelular se subdivide a su vez en:

– Plasma

– Líquido intersticial (LSI).

Un tercer compartimento de líquido, conocido como líquido transcelular, es un conjunto distinto de líquidos, de pequeño volumen, y generalmente se cuenta como líquido intersticial (Tabla 2).

Composición electrolítica de los compartimentos de fluido corporal

Las composiciones de solutos de los compartimentos de fluido extracelular e intracelular son electrolitos, es decir, productos de compuestos iónicos disociados en solución, y son marcadamente diferentes en cada compartimento (Edwards, 2001). Los cationes tienen carga positiva y los aniones tienen carga negativa.

El principal catión del líquido extracelular es el sodio (Na+), mientras que el principal catión del líquido intracelular es el potasio (K+). Los principales aniones del líquido extracelular son el cloruro (CL-) y el bicarbonato (HCO3-), y los del líquido intracelular son las proteínas -que tienen una carga predominantemente negativa- y los fosfatos orgánicos.

Edema intersticial

Hay muchos tipos diferentes de edema intersticial. Se denominan según los mecanismos que lo causan y pueden ser localizados o generalizados (Tabla 3).

El edema intersticial se forma de tres maneras:

– Cambios en la dinámica capilar debido al aumento de la presión hidrostática o a la disminución de la presión oncótica del plasma

– Estimulación de la respuesta inmunitaria inflamatoria

– Obstrucción del sistema linfático.

Cambios en la dinámica capilar

La sangre en los capilares está siempre bajo presión. El líquido se escapa de los capilares todo el tiempo hacia el espacio intersticial para permitir que los nutrientes entren en la célula (Marieb, 2001). Sin embargo, esta fuga no afecta al volumen circulante porque el movimiento del fluido en la dirección opuesta lo equilibra.

Fuerzas contrapuestas determinan el movimiento del fluido del plasma al espacio intersticial y viceversa. El movimiento del fluido desde los capilares hacia el espacio intersticial se denomina filtración, y el movimiento del fluido hacia los capilares desde el espacio intersticial se denomina absorción (Germann y Stanfield, 2002).

Dos fuerzas rigen el movimiento del fluido a través de la pared de un capilar:

– El gradiente de presión hidrostática (HP)

– El gradiente de presión osmótica.

El gradiente de presión hidrostática

El gradiente de presión hidrostática es la diferencia entre la presión hidrostática del fluido dentro del capilar y fuera del capilar, determinada por la presión sanguínea. Cuando la presión hidrostática es mayor, el agua tiende a desplazarse desde el lado con mayor presión hidrostática hacia el menor, expulsando el agua de los capilares. La presión hidrostática en el capilar varía porque la presión de la sangre disminuye continuamente a medida que la sangre fluye desde el extremo arteriolar del capilar hasta el extremo venoso. Por el contrario, no hay variación en la presión hidrostática fuera del capilar.

La presión hidrostática dentro del capilar disminuye de 38mmHg en el extremo arterial a 16mmHg en el extremo venoso, y la presión hidrostática fuera del capilar es de 1mmHg. Por lo tanto, la presión hidrostática disminuye de 38 – 1 = 37mmHg en el extremo arterial a 16 – 1 = 15mmHg en el extremo venoso.

El gradiente de presión osmótica

El gradiente de presión osmótica es la diferencia entre la presión osmótica del fluido dentro del capilar y fuera del capilar. Cuando existe un gradiente de presión osmótica, el agua tiende a fluir desde el lado donde la presión osmótica es mayor. Esto viene determinado por la concentración de proteínas entre el plasma y el líquido intersticial, ya que crea una diferencia de presión osmótica entre el interior y el exterior de los capilares. La presión osmótica ejercida por las proteínas se denomina presión oncótica (OP).

Debido a que la concentración de proteínas en el plasma es mayor que la concentración de proteínas en el líquido intersticial, el gradiente de presión oncótica se dirige hacia el interior y tiende a conducir el agua hacia los capilares.

En condiciones normales, la concentración de proteínas en el plasma es de 6 a 8 gramos por 100 ml, que es muchas veces la concentración de proteínas en el líquido intersticial. La presión oncótica del plasma es de aproximadamente 25 mmHg, mientras que la del líquido intersticial es insignificante. Por lo tanto, el gradiente de presión oncótica a través de la pared capilar es de 25 – 0 = 25mmHg.

Presión de filtración neta (PFN)

La dirección del flujo de agua a través de la pared de un capilar está determinada por la presión de filtración neta, que es la diferencia entre la presión hidrostática y la presión oncótica: NFP = HP – OP

Cuando el signo de la presión neta de filtración es positivo, el gradiente de presión hidrostática es mayor que el gradiente de presión oncótica, y el fluido fluye hacia afuera (filtración); cuando es negativo, el gradiente de presión oncótica es mayor que el gradiente de presión hidrostática, y el fluido fluye hacia adentro (absorción).

Suponiendo que el gradiente de presión hidrostática de 37mmHg en el extremo arterial del capilar y el gradiente de presión oncótica es de 25mmHg, la presión neta de filtración es de 37 – 25 = 12mmHg, lo que favorece la filtración. Suponiendo que la presión hidrostática desciende a 15mmHg en el extremo venoso del capilar, la presión neta de filtración al final es de 15 – 25 = -10mmHg, lo que favorece la absorción. La filtración y la absorción se producen dentro del mismo capilar para permitir que los nutrientes (glucosa) crucen a la célula.

La mayor parte del líquido filtrado del líquido extracelular se devuelve a la circulación, pero hay un déficit neto de 2mmHg. Se podría suponer que esta pequeña cantidad de líquido permanece en el espacio intersticial, y conduce a la formación de un edema o a una reducción del volumen sanguíneo. Pero este no es el caso porque unos tres litros de líquido filtrado se recogen del espacio intersticial y se devuelven a la circulación por el sistema linfático.

– La parte 2 examinará diferentes causas de edema

Edwards, S.L. (2001)Regulación del agua, el sodio y el potasio: implicaciones para la práctica. Nursing Standard 15: 22, 36-42.

Germann, W.J., Stanfield, C.L. (2002)Principles of Human Physiology. San Francisco, Ca: Benjamin Cummings.

McCance, K.L., Huether, S.E. (1997)Pathophysiology: Una base biológica para la práctica (3ª edn). St Louis, Mo: Mosby.

Marieb, E.N. (2001)Human Anatomy and Physiology (4th edn). Redwood City, Ca: Benjamin Cummings.