Se sabe desde hace tiempo que las caminatas de riesgo son un camino para mejorar la salud. Pero, ¿qué velocidad es suficiente? Unos 100 pasos por minuto, según un nuevo estudio sobre la velocidad de la marcha y la salud.
Siempre se ha recomendado un ritmo rápido en lugar de un paseo tranquilo, pero no ha habido una definición consensuada de lo que significa. Una de las directrices aconsejaba alcanzar el 70 por ciento de la frecuencia cardíaca deseada. Otra sugería caminar a un ritmo que permitiera hablar pero no cantar.
Por fin hay algo de claridad. Para llegar a sus conclusiones, los investigadores de la Universidad de Massachusetts y de otros lugares analizaron estudios que hacían un seguimiento del ritmo de marcha de los participantes, así como de otras medidas clave, como la frecuencia cardíaca y respiratoria. En total, revisaron 38 estudios que incluían a cientos de hombres y mujeres de edades comprendidas entre el final de la adolescencia y la tercera edad, con muchos índices de masa corporal diferentes.
Aunque los participantes variaban, los datos sobre lo que definía una caminata enérgica -considerada actividad moderada- eran notablemente similares. Y eso lo hace mucho más sencillo para el caminante medio: Intentar dar 100 pasos por minuto, lo que supone un ritmo de unos 3,5 kilómetros por hora. Es tan sencillo como contar el número de pasos dados en seis segundos y multiplicarlo por 10.
Cien pasos por minuto es una buena regla general para las personas menores de 60 años y es un ritmo que no debería resultar agotador para la mayoría de las personas sanas, señalaron los investigadores. Algunas personas mayores necesitan más de 100 pasos por minuto para caminar a paso ligero, y los investigadores planean realizar más estudios para determinar el ritmo ideal para ese grupo.
Así que la próxima vez que salga a la carretera o al sendero para dar un paseo enérgico, recuerde esta sencilla forma de saber si va por el buen camino.