En los días en que era una enfermera veterinaria, siempre fue difícil ver a las mascotas que se ponen a dormir – para poner fin a la vida de una mascota que sufre de una enfermedad terminal o lesiones graves.
Por lo general, enviamos una tarjeta con este pequeño poema con la esperanza de que los propietarios puedan encontrar consuelo a su dolor:
LA ÚLTIMA BATALLA
Si me vuelvo frágil y débil
Y el dolor me impide dormir,
Entonces harás lo que se debe hacer,
Porque esta -la última batalla- no se puede ganar.
Estarás triste, lo comprendo,
Pero no dejes que la pena te detenga,
Porque en este día, más que en los demás,
Tu amor y tu amistad deben resistir la prueba.
Hemos tenido tantos años felices,
No querrías que sufriera tanto.
Cuando llegue el momento, por favor, déjame ir.
Llévame a donde atiendan mis necesidades.
Sólo quédate conmigo hasta el final
Y abrázame con firmeza y háblame
Hasta que mis ojos ya no vean.
Sé que con el tiempo estarás de acuerdo
Es una bondad la que me haces.
Aunque mi cola haya ondeado por última vez,
Del dolor y el sufrimiento he sido salvado.
No te apenes de que tengas que ser tú
Quien tenga que decidir esto que hay que hacer;
Hemos estado tan cerca -nosotros dos- estos años,
No dejes que tu corazón contenga ninguna lágrima.
~Autor desconocido
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Para Lucky el Shih Tzu
Recientemente, el perro de mi mejor amigo, Lucky, sufría una enfermedad muy grave y su salud declinaba cada día. Son tantos los grandes momentos y Lucky está tan unido a mi amigo, a su familia y a mí, que es bastante difícil aceptar que habrá un día en el que nos despediremos de él.
Aunque todavía no se ha tomado ninguna decisión, un rápido flashback de mis días de trabajo en la clínica me recuerda este poema. Espero que los propietarios sean capaces de sentir un sentido de cierre de estas palabras.
Actualización:
Lucky sufrió de cáncer de ganglios linfáticos, el peso cayó severamente y perdió el apetito a finales de 2014. Con mucho sufrimiento del cáncer, fue puesto a dormir a finales de octubre y tenía dieciocho años. Tuvo una vida feliz: llegó a casa de Humphrey como perro callejero e inmediatamente fue adorado por el padre y los abuelos de Humphrey. Fue testigo del instituto de Humphrey, de los años de universidad y últimamente de la boda de Humphrey. Lo recibí una vez mientras era enfermera en la clínica veterinaria hace unos diez años para el control de la salud, siempre fue fuerte y saludable.
Se le echará mucho de menos.