Inserción de una sonda nasogástrica/nasointestinal

Definición

La inserción de una sonda nasogástrica es la colocación de una sonda blanda de plástico o vinilo a través de la nariz, por el esófago y hasta el estómago. También se denomina intubación nasogástrica. En la inserción de una sonda nasointestinal, la sonda se extiende más allá del estómago y llega al intestino delgado. La inserción de una sonda nasogástrica también se denomina intubación nasoentérica.

Propósito

Las sondas nasogástricas se utilizan con fines diagnósticos, terapéuticos, preventivos y de alimentación. Las sondas nasogástricas se utilizan con fines diagnósticos, preventivos y de alimentación. Cuando se utilizan con fines de diagnóstico, las sondas nasogástricas y nasointestinales permiten acceder al contenido del estómago o del intestino delgado. Mediante la succión, se puede extraer una muestra del contenido estomacal o intestinal y analizarla. Las situaciones en las que sería deseable evaluar el contenido del estómago o del intestino delgado incluyen:

  • cuando se sospecha de una hemorragia gastrointestinal en el estómago o en las partes superiores del intestino delgado
  • cuando se sospecha de intoxicaciones
  • cuando se sospecha de anormalidades en la producción de enzimas o en la acidez.

Los usos terapéuticos de las sondas nasogástricas incluyen la extracción del contenido estomacal tras una sospecha de envenenamiento o tras un traumatismo gástrico, el lavado del estómago (lavado gástrico) tras una sospecha de envenenamiento y la administración de medicamentos en individuos que no pueden tragar. Los usos preventivos incluyen la eliminación del aire del estómago (descompresión) antes y a veces después de una cirugía abdominal. Las sondas nasogástricas se utilizan de forma similar para eliminar el aire del intestino.

La finalidad más común de las sondas nasogástricas y nasointestinales es alimentar a personas que no pueden o no quieren tragar. Las sondas nasogástricas suelen utilizarse para contrarrestar los problemas de alimentación a corto plazo de no más de dos semanas. Las razones más comunes para utilizar una sonda para la alimentación incluyen:

  • apoplejía que ha provocado la parálisis de los músculos implicados en la deglución
  • coma
  • cáncer de boca, garganta o esófago
  • traumatismo o quemaduras en la boca, garganta o esófago
  • enfermedades mentales como la anorexia o la demencia que provocan el rechazo a comer

Se prefieren las sondas nasales para la alimentación cuando su uso se prolongará más de dos semanas. Las sondas para este fin suelen tener un diámetro menor y son menos irritantes que las sondas nasogástricas. Con una sonda nasogástrica, los alimentos se introducen directamente en la parte superior del intestino delgado. Estas sondas se utilizan siempre que hay una razón para evitar el estómago, como en el caso de una cirugía gástrica, un traumatismo estomacal o una parálisis de los músculos del estómago. También se prefieren las sondas nasogástricas cuando hay muchas posibilidades de que la persona aspire el contenido del estómago.

Precauciones

Puede no ser seguro insertar una sonda nasogástrica o nasointestinal en personas que tengan un traumatismo en la mandíbula, la base del cráneo o el cuello. También puede no ser seguro insertar una sonda de este tipo en individuos que tengan un conducto nasal estrecho o un esófago estrecho (estenosis esofágica), que tengan grandes varices esofágicas, aquellos individuos con hemorragias incontroladas o problemas de coagulación y los individuos que tengan convulsiones.

Descripción

Las sondas nasogástricas vienen en varios diámetros y longitudes. La elección de la sonda depende principalmente de la finalidad para la que se utilizará y del tiempo que se espera que permanezca colocada. La inserción de una sonda nasogástrica puede realizarla una enfermera a pie de cama. Los pacientes conscientes se sientan erguidos durante el procedimiento. Se comprueba si el conducto nasal está obstruido y, en ocasiones, se rocía un descongestionante nasal en la nariz. Se lubrica la sonda y se empuja a través de la fosa nasal (narinas). Cuando la sonda llega a la parte posterior de la garganta, se le dice al paciente que trague, y la sonda se desliza por el esófago hasta el estómago. La sonda se fija con cinta adhesiva. La confirmación de que la sonda se ha colocado correctamente se realiza conectando una jeringa al extremo exterior de la sonda y extrayendo parte del contenido del estómago y escuchando con un estetoscopio sobre el abdomen los sonidos de movimiento mientras se introduce una pequeña cantidad de aire a través de una jeringa en la sonda. La colocación de la sonda también puede confirmarse mediante una radiografía. La confirmación por rayos X es necesaria en pacientes que están en coma o cuando la sonda se inserta bajo anestesia.

La colocación de una sonda nasointestinal es más complicada. La inserción de una sonda nasointestinal puede ser realizada en la cabecera del paciente por un médico o una enfermera, pero sólo con la guía de un fluoroscopio o un endoscopio. La sonda tiene un peso en un extremo para facilitar el movimiento a través del píloro, un anillo muscular que separa el fondo del estómago del duodeno, o primera parte del intestino delgado. El procedimiento es similar a la inserción de una sonda nasogástrica, con la excepción de que la sonda debe maniobrar a través del píloro. Esto aumenta la dificultad y la posibilidad de complicaciones. La inserción de una sonda nasogástrica en un paciente inconsciente es especialmente difícil.

Preparación

Las personas que están inconscientes deben tener una inserción de vía aérea oral antes de que se pueda insertar una sonda nasogástrica o nasointestinal. Cuando sea posible, no se administrará nada por vía oral durante varias horas antes de la inserción de la sonda.

Cuidados posteriores

Una vez colocada la sonda, se debe tener cuidado para evitar que irrite el conducto nasal. Normalmente no se necesitan cuidados especiales tras la retirada de la sonda.

Complicaciones

Pueden producirse complicaciones durante la inserción y el uso de cualquiera de los dos tipos de sonda. Las complicaciones relacionadas con la colocación de la sonda y su permanencia en el lugar incluyen:

  • sangrado nasal
  • mordazas excesivas
  • paso del tubo a la tráquea en lugar de al esófago, lo que provoca asfixia y dificultad para respirar
  • daño o irritación del revestimiento del conducto nasal, la garganta o el esófago
  • perforación del esófago
  • imposibilidad de pasar una sonda nasointestinal por el píloro
  • aspiración del contenido del estómago a los pulmones
  • irritación del revestimiento del estómago
  • extracción de la sonda por un paciente nocooperativo o confuso

Otras complicaciones están relacionadas con el uso específico para el que se utiliza la sonda.

Resultados

Normalmente la inserción de sondas nasogástricas y nasointestinales permite un fácil acceso al estómago y a la parte superior del intestino delgado sin complicaciones. Los resultados del tratamiento dependen del motivo por el que se haya colocado la sonda.

Roles del equipo sanitario

En la colocación de la sonda pueden intervenir muchos profesionales sanitarios diferentes. Las sondas pueden ser colocadas por médicos de urgencias, gastroenterólogos, internistas, cirujanos, radiólogos y enfermeras tituladas. Las enfermeras prácticas licenciadas pueden ser responsables del cuidado de la sonda una vez que ésta está colocada. En ocasiones, los pacientes se van a casa con la sonda colocada. En este caso, es necesario educar al paciente sobre el cuidado de la sonda y suele hacerlo una enfermera.

Recursos

LIBROS

Nuzum, Robert. «Intubación gastrointestinal». En Manual of Gastroenterologic Procedure, editado por D. Drossman. New York: Raven Press, 1993. pp. 10-21.

Periódicos

Rushing, Jill. «Inserción de una sonda nasogástrica». Nursing 35 (mayo de 2005): 22.

ORGANIZACIONES

American Gastroenterological Association. 4930 Del Ray Avenue, Bethesda, MD 20814. (301) 654-5920. 〈http://www.gastro.org〉.

Otros

Asociación Americana de Gastroenterología. «Declaración de posición médica de la Asociación Americana de Gastrología: Directrices para el uso de la nutrición enteral». 11 de noviembre de 1994. 〈http://www3.us.elsevierhealth.com/gastro/policy/v108n4p1280.html〉 (2 de noviembre de 2005).

Gabriel, Sabry A. «Placement of Nasoenteral Feeding Tube Using External Magnetic Guidance». Revista de nutrición parenteral y enteral. Marzo/Abril 2004. 〈http://www.findarticles.com/p/articles/mi_qa3762/is_200403/ai_n9389553/print〉 (28 de noviembre de 2005).

Knies, Robert. «Confirmación de la colocación segura de las sondas nasogástricas». Mundo de la enfermería de urgencias. 2004. 〈http://www.enw.org/Research-NGT.htm.〉 (28 de noviembre de 2005).

«Inserción de sondas nasogástricas». Departamento de Medicina de Emergencia de la Universidad de Ottawa. 2003. 〈http://www.med.uottawa.ca/procedures/ng.〉 (28 de noviembre de 2005).

Aspirar- Inhalar material extraño hacia los pulmones, como cuando el contenido del estómago se devuelve a la boca y se respira hacia la tráquea.

Endoscopio: instrumento que contiene una luz y una cámara que se inserta en el tracto digestivo para que el médico pueda ver el interior de un órgano.

Varices esofágicas: venas estiradas en la base del esófago, donde se une con el estómago, que pueden reventar y causar una hemorragia grave que pone en peligro la vida. Las varices esofágicas suelen estar asociadas al consumo excesivo de alcohol.

Fluoroscopio: tipo especial de máquina de rayos X que permite ver los órganos internos en movimiento.