Infecciones fúngicas de la piel o de las uñas

Los hechos

Hay dos causas principales de las infecciones fúngicas de la piel y de las uñas: las levaduras y los dermatofitos.

Las infecciones fúngicas de la piel y de las uñas son causadas generalmente por un organismo llamado Candida albicans. Este organismo normalmente se instala tranquilamente en la piel y no molesta a nadie. Todos llevamos este organismo en la piel (y en otros lugares como la boca, el tracto gastrointestinal (intestino) y la vagina).

Ocasionalmente, la Candida albicans se multiplica sin control, causando una infección por hongos (también conocida como candidiasis). Las infecciones por hongos en la piel pueden causar una erupción roja y con picor que puede dejar escapar líquido. Las infecciones por hongos en las uñas pueden provocar dolor e hinchazón, y pueden hacer que la uña se separe del dedo de la mano o del pie.

Los dermatofitos son hongos que sólo viven en el tejido muerto, como las uñas y las células muertas de la piel. Las infecciones por dermatofitos también pueden denominarse tiñas. Las infecciones por dermatofitos en la piel pueden causar una erupción redonda y escamosa que también puede tener ampollas. Cuando los dermatofitos infectan las uñas, éstas se vuelven gruesas, se parten, se vuelven opacas y pueden caerse.

Las infecciones cutáneas por hongos también pueden ser causadas por un hongo llamado Malassezia. Estas infecciones, también llamadas tiña versicolor, dan lugar a manchas escamosas que varían de color blanco a marrón.

Las infecciones por hongos también pueden afectar a la piel de los pies. Esto también se conoce como pie de atleta. Para obtener información detallada sobre esta afección, consulte el artículo sobre el pie de atleta en este sitio web.

Las infecciones por hongos también pueden afectar a la vagina. Esto también se conoce como vaginitis o infección femenina por hongos. Para obtener información detallada esta condición, consulte el artículo sobre la vaginitis en este sitio web.

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Causas

No se contraen infecciones por hongos. La levadura ya está ahí. Hay una serie de factores que pueden aumentar la posibilidad de que la levadura crezca sin control:

  • El uso excesivo de antibióticos. La levadura debe competir por el derecho a vivir en nosotros con varias otras especies, muchas de ellas bacterias. Estas bacterias, que viven en la piel y en el intestino y la vagina, entre otros lugares, son inofensivas pero buenas para combatir la levadura. Cuando tomamos antibióticos para hacer frente a las bacterias menos amistosas, matamos también a estas inofensivas. La levadura, que no se ve afectada por los antibióticos, se traslada a los lugares que antes ocupaban las bacterias y comienza a crecer y multiplicarse.
  • Los esteroides y algunos medicamentos contra el cáncer debilitan el sistema inmunitario y pueden permitir que la levadura florezca.
  • Los ambientes cálidos y húmedos permiten que la levadura prospere y crezca en exceso.
  • La obesidad, la diabetes y el embarazo también favorecen las infecciones por levaduras. La levadura suele infectar las zonas intertriginosas (zonas de contacto entre la piel). Las personas con sobrepeso tienen más pliegues en la piel. También sudan más, y a la candida albicans le gusta la piel húmeda. Los pañales húmedos también pueden proporcionar un buen entorno para que la levadura crezca. Las personas con diabetes tienen un alto nivel de glucosa en sangre y un aumento de los niveles de glucosa en otras secreciones corporales, lo que favorece el crecimiento de la levadura. El embarazo provoca un aumento de peso temporal y puede debilitar temporalmente el sistema inmunitario.
  • Tener las manos en el agua con frecuencia o hacerse una manicura mal hecha puede aumentar el riesgo de infecciones por hongos en las uñas.

Las infecciones por dermatofitos son potencialmente contagiosas. Normalmente se contraen por contacto directo con otra persona o con un animal. También se pueden contraer a través del contacto con el suelo o con objetos que haya tocado una persona infectada, aunque esto es menos frecuente.

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Síntomas y complicaciones

Una infección por hongos en la piel aparece como una mancha claramente definida de piel roja y con picor. A veces esta erupción puede dejar escapar líquido. A menudo también aparecen pequeñas protuberancias rojas, o pústulas, alrededor del borde de la erupción. También pueden aparecer costras. La infección por hongos suele aparecer en zonas como la ingle, los pliegues de las nalgas, entre los pechos, los dedos de los pies o de las manos, en la zona del pañal y en el ombligo. Las infecciones por hongos en la piel del pene son raras, pero pueden hacer que la punta esté roja, hinchada y dolorosa.

Una infección por hongos en las uñas, también llamada paroniquia Candidal, puede causar una dolorosa hinchazón roja de la zona afectada que puede dejar escapar líquido posteriormente. En los casos más graves, la uña puede separarse, mostrando un lecho ungueal (la piel debajo de la uña) descolorido, blanco o amarillo. Esto suele ser consecuencia de la inflamación, y a menudo es necesario tratar la inflamación alrededor de las uñas antes de poder tratar la infección.

Las infecciones de la piel por tiña versicolor dan lugar a manchas escamosas que varían de color blanco a marrón. Las manchas suelen aparecer en el pecho, el estómago o el cuello y también pueden encontrarse en la cara. Las zonas afectadas no se broncean, por lo que la infección puede ser perceptible sólo en verano. La erupción no suele picar.

Una infección dermatofítica de la piel produce una erupción roja y escamosa que suele ser redonda y puede ser clara en el centro. En los casos más graves, también puede haber ampollas en la zona afectada. La erupción puede producir picor.

Las infecciones por dermatofitos en las uñas hacen que éstas se vuelvan opacas, engrosadas y descoloridas. Finalmente, la uña se separa del dedo y puede caerse. Estas infecciones son más comunes en las uñas de los pies que en las de las manos.

Cómo hacer el diagnóstico

Para hacer el diagnóstico, su médico le preguntará sobre su dieta y el uso reciente de antibióticos o medicamentos que puedan debilitar el sistema inmunitario. El médico también tendrá en cuenta los antecedentes de diabetes, cáncer, VIH u otras enfermedades crónicas. Estos factores pueden aumentar el riesgo de infecciones por hongos.

Las infecciones por hongos son fáciles de identificar. La levadura puede verse bajo el microscopio tras ser raspada de la zona afectada. Sin embargo, como la levadura está normalmente allí de todos modos, su médico querrá confirmar que es Candida albicans la que está causando el problema y no otra cosa.

Las infecciones por dermatofitos y tiña versicolor pueden diagnosticarse después de raspar las escamas y examinarlas al microscopio.

Tratamiento y prevención

Para ayudar a minimizar el riesgo de desarrollar una infección por levaduras o dermatofitos en la piel, pruebe algunos de estos consejos:

  • mantener la piel seca
  • mantener la piel limpia
  • usar ropa de algodón holgadaropa de algodón holgada para permitir que el aire circule
  • evite el contacto directo con una persona con una infección por levaduras o dermatofitos en la piel
  • utilice guantes siempre que realice trabajos de jardinería
  • evite compartir objetos personales como cortaúñas o calcetines
  • intente perder peso para eliminar el exceso de pliegues cutáneos

Si tiene una infección por levaduras o dermatofitos en la piel, su médico puede recomendarle una crema o polvo antimicótico. Se pueden recomendar champús antifúngicos para las infecciones que afectan al cuero cabelludo. En los casos en los que una infección cubra una zona extensa, sea difícil de eliminar o siga reapareciendo, su médico puede recomendarle una píldora antimicótica.

Las infecciones por hongos en las uñas pueden ser más difíciles de tratar y pueden requerir varios meses de tratamiento. Este tipo de infecciones suelen requerir la prescripción de una píldora antimicótica. También existe una laca de uñas antimicótica para tratar ciertas infecciones fúngicas de las uñas (causadas por el hongo T. rubrum) en casos leves o moderados en los que la «luna» de la uña no está infectada.

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