Tendinitis de Aquiles
Kim no hizo mucho durante el verano, excepto pasar el rato en la piscina. Cuando llevaba algo en los pies, a menudo eran tacones. Pero en cuanto empezó el colegio, se ató un par de zapatillas y salió con el equipo de campo a través, corriendo un par de kilómetros cada día.
Al cabo de una semana, Kim notó un dolor justo encima del talón. Al principio no era demasiado grave y siguió corriendo. Pero al poco tiempo, el dolor empeoró y no desapareció. Kim tuvo que dejar de correr y su entrenador le dijo que fuera a ver a un médico. El médico le examinó el talón y le dijo que tenía una tendinitis de Aquiles.
¿Qué es la tendinitis de Aquiles y quién la padece?
El tendón de Aquiles se encuentra en la parte posterior del pie, justo encima del talón. Conecta el talón con los dos músculos de la pantorrilla y ayuda a empujar el pie hacia delante cada vez que se da un paso.
Si el tendón se inflama o se irrita debido al uso excesivo, puede provocar la dolorosa afección denominada tendinitis de Aquiles. Si la tendinitis de Aquiles no se trata, puede convertirse en una afección crónica (continua) que hace que el simple hecho de caminar sea casi imposible.
La tendinitis de Aquiles es una lesión muy común al correr. Pero también puede afectar a los jugadores de baloncesto, a los bailarines o a las personas que someten sus pies a un gran esfuerzo repetido. Puede ser muy dolorosa.
¿Cuáles son los síntomas de la tendinitis de Aquiles?
La mayoría de los casos de tendinitis de Aquiles comienzan lentamente, con muy poco dolor, y luego empeoran con el tiempo. Algunos de los síntomas más comunes son:
- dolor leve o un dolor por encima del talón y en la parte inferior de la pierna, especialmente después de correr o realizar otras actividades físicas
- dolor que empeora al caminar cuesta arriba, subir escaleras o participar en un ejercicio intenso o prolongado
- rigidez y sensibilidad en el talón, especialmente por la mañana, que desaparece gradualmente
- inflamación o nudos duros de tejido en el tendón de Aquiles
- sonido crujiente o crepitante al mover el tobillo o presionar el tendón de Aquiles
- debilidad en la pierna afectada
¿Cómo se diagnostica la tendinitis de Aquiles?
Si cree que puede tener tendinitis de Aquiles, consulte a su médico antes de que empeore. Su médico le preguntará sobre las actividades que ha estado realizando y le examinará la pierna, el pie, el tobillo y la rodilla para comprobar la amplitud de movimiento.
Si su dolor es más intenso, el médico también puede asegurarse de que no se ha roto (desgarrado) el tendón de Aquiles. Para comprobarlo, el médico puede pedirle que se tumbe boca abajo y doble la rodilla mientras presiona los músculos de la pantorrilla para ver si el pie se flexiona. Cualquier flexión del pie significa que el tendón está al menos parcialmente intacto.
Es posible que el médico también pida una radiografía o una resonancia magnética del pie y la pierna para comprobar si hay fracturas, desgarros parciales del tendón o signos de una afección que podría empeorar.
El dolor de pies y tobillos también puede ser un signo de otras lesiones por uso excesivo que pueden causar dolor de pies y talones, como la fascitis plantar y la enfermedad de Sever. Si también tiene algún problema de este tipo, también hay que tratarlo.
¿Qué causa la tendinitis de Aquiles?
La tendinitis de Aquiles es una lesión deportiva común causada por una tensión repetida o intensa en el tendón. Pero las personas que no son deportistas también pueden padecerla si ejercen mucha tensión en sus pies.
Otras cosas que contribuyen a la tendinitis de Aquiles son:
- Un aumento de la actividad. Empezar un programa de entrenamiento después de un periodo de inactividad o añadir kilómetros o cuestas a un régimen de footing son dos ejemplos de cosas que ponen a la gente en riesgo de padecer tendinitis de Aquiles.
- Deportes que requieren arranques y paradas repentinas; por ejemplo, el tenis y el baloncesto.
- Un cambio de calzado, o llevar zapatos viejos o que no ajustan bien. Los zapatos nuevos, los desgastados o los de talla incorrecta pueden hacer que los pies de una persona compensen en exceso y ejerzan presión sobre el tendón de Aquiles. Además, llevar tacones altos todo el tiempo puede hacer que el tendón y los músculos de la pantorrilla se acorten, y el cambio a zapatos planos y el ejercicio pueden suponer una tensión adicional en el talón.
- Correr cuesta arriba. Subir una cuesta obliga al tendón de Aquiles a estirarse más allá de su rango normal.
- Músculos de la pantorrilla débiles, arcos planos, «sobrepronación» (pies que se enrollan hacia dentro al correr) o «hipersupinación» (pies que se enrollan hacia fuera al correr). La sobrepronación y la hipersupinación hacen que la parte inferior de la pierna rote y ejerza una tensión de torsión sobre el tendón.
- Hacer ejercicio sin calentar. Los músculos tensos de la pantorrilla o los músculos que carecen de flexibilidad disminuyen el rango de movimiento de una persona y ponen una tensión adicional en el tendón.
- Correr o hacer ejercicio en una superficie dura o irregular o hacer estocadas o pliometría sin un entrenamiento adecuado.
- Una lesión traumática en el tendón de Aquiles.
¿Cómo puede prevenir la tendinitis de Aquiles?
Tome estas medidas para reducir el riesgo de padecer tendinitis de Aquiles:
- Manténgase en buena forma durante todo el año e intente mantener sus músculos lo más fuertes posible. Unos músculos fuertes y flexibles trabajan con mayor eficacia y ejercen menos presión sobre el tendón.
- Aumente gradualmente la intensidad y la duración de sus sesiones de ejercicio. Esto es especialmente importante si ha estado inactivo durante un tiempo o si es la primera vez que practica un deporte.
- Caliente siempre antes de salir a correr o practicar un deporte. Si tus músculos están tensos, tus tendones de Aquiles tienen que trabajar más para compensar.
- Estira. Estira las piernas, especialmente las pantorrillas, los isquiotibiales, los cuádriceps y los músculos de los muslos: estos músculos ayudan a estabilizar la rodilla mientras corres.
- Consigue un calzado que te quede bien y que esté diseñado para tu deporte. Si eres corredor, acude a una tienda especializada en running y pide a un profesional que te ayude a seleccionar unas zapatillas que se adapten a tu tipo de pie y te ofrezcan una gran sujeción. Sustituye tus zapatillas antes de que se desgasten.
- Intenta correr en superficies más blandas como la hierba, los caminos de tierra o las pistas sintéticas. Las superficies duras como el hormigón o el asfalto pueden ejercer una presión adicional sobre las articulaciones. Evite también, en la medida de lo posible, subir o bajar cuestas.
- Varíe su rutina de ejercicios. Trabaje diferentes grupos musculares para mantenerse en buena forma general y evitar que los músculos individuales se sobrecarguen.
- Si nota algún síntoma de tendinitis del tendón de Aquiles, deje de correr o de realizar actividades que supongan un esfuerzo para sus pies. Espere a que desaparezca el dolor o a que un médico le autorice a volver a participar.
¿Cómo debe tratar la tendinitis de Aquiles?
La mayoría de los casos de tendinitis de Aquiles pueden tratarse en casa. Esto es lo que hay que hacer:
- Deje de hacer la actividad que le provocó la lesión. Evite poner en tensión las piernas y los pies, y dé a su tendón mucho tiempo para recuperarse completamente.
- Utilice la fórmula RICE:
- Descanso: No haga ejercicio durante unos días, o pruebe un ejercicio que no estrese sus pies, como la natación. Si es necesario, su médico puede recomendarle que utilice muletas o que lleve una bota para caminar para no cargar el pie.
- Hielo: Aplique una bolsa de hielo envuelta en una toalla o una compresa fría en el tendón durante 15 minutos o más después de hacer ejercicio o si siente dolor en el tendón.
- Compresas: Utilice esparadrapo o una envoltura atlética para mantener baja la hinchazón y ayudar a sostener e inmovilizar el tendón.
- Eleve: Acuéstese y eleve el pie por encima del nivel del corazón y, si es posible, intente dormir con el pie elevado. Esto ayudará a mantener la hinchazón al mínimo.
- Tome medicamentos antiinflamatorios. Los analgésicos como el ibuprofeno pueden ayudar a aliviar el dolor y reducir la hinchazón en la zona afectada.
- Estire y ejercite los tobillos y los músculos de la pantorrilla mientras se recupera. Mantener los músculos, tendones y ligamentos fuertes y flexibles le ayudará a recuperarse y a no volver a lesionarse el tendón de Aquiles. Un médico o un fisioterapeuta pueden ayudarle a elaborar un buen programa de ejercicios.
- Pruebe con un par de plantillas ortopédicas recetadas para sus zapatos si su médico cree que le ayudarán. A veces las plantillas ortopédicas pueden ser útiles. Hable con su médico o con alguien capacitado en la adaptación de plantillas ortopédicas para averiguar si podrían funcionar para usted.
La cirugía del tendón de Aquiles rara vez es necesaria. Por lo general, sólo se realiza si el tendón se rompe, y entonces sólo como último recurso después de haber probado otros métodos de terapia. La mayoría de los casos de tendinitis de Aquiles mejoran por sí solos con reposo y un tratamiento menor.
Revisado por: Suken A. Shah, MD
Fecha de revisión: Octubre de 2014