El mensaje de Jeff Bezos fue claro: al final, somos nuestras elecciones. Así que lo que está en juego es mucho y tenemos que encontrar nuestra manera de elegir sabiamente. Los 7 Hábitos de la Gente Altamente Efectiva, de Stephen Covey, nos proporciona un camino: una hoja de ruta hacia la efectividad. Un mapa que ayuda a asegurar la alineación entre nuestras elecciones y las ambiciones de nuestra vida. Aquí comenzamos con el Hábito 1: Ser Proactivo.
- Los Primeros Principios de la Eficacia
- Un proceso para la vida
- Hábito 1: ser proactivo
- Herramientas para diseñar tu futuro
- La actividad es una elección
- Círculos de preocupación e influencia
- Control directo, indirecto y sin control
- La libertad de Víctor Frankl
- ¿Cómo puedes ser proactivo? Prueba esto durante unos días:
Los Primeros Principios de la Eficacia
La idea del pensamiento de primer principio fue introducida por Aristóteles, quien consideraba los primeros principios como «la primera base a partir de la cual se conoce una cosa». Nos permite salirnos de la sabiduría convencional y decidir por nosotros mismos si algo tiene sentido.
Es más cómodo y fácil no tomar decisiones y basarnos en lo que otros nos dicen. Pero entonces adoptamos su pensamiento sin examinarlo. Por defecto, hacemos las cosas a su manera, como siempre se han hecho, o según las ambiciones de los demás.
Eso puede funcionar si se está satisfecho con el promedio, pero no tanto si se desea aumentar la eficacia. El razonamiento por primeros principios elimina las suposiciones y las convenciones de los demás. Lo que queda es lo esencial para que puedas ver dónde las analogías, los paradigmas y los consejos de los demás pueden llevarte por el mal camino.
«El razonamiento por primeros principios es útil cuando (1) haces algo por primera vez, (2) te enfrentas a la complejidad y (3) intentas comprender una situación con la que tienes problemas. En todas estas áreas, tu pensamiento mejora cuando dejas de hacer suposiciones y dejas de dejar que otros enmarquen el problema por ti.» (1)
Esos tres puntos: hacer algo por primera vez, la complejidad y entender un problema suenan mucho a ir por la vida.
Covey validó las verdades duraderas tal y como se aplican a las personas muy eficaces con los primeros principios. A continuación, desglosa su eficacia en elementos básicos: Los 7 Hábitos.
Los 7 Hábitos son tus bloques de construcción y te guían sobre cómo pensar por ti mismo. Con ellos, puedes construir una base sostenible desde la que crecer y que desbloquea el potencial único en ti.
Un proceso para la vida
Un proceso es una serie de acciones o pasos que se dan para conseguir un fin determinado; en este caso, la efectividad. Es útil pensar en Los 7 Hábitos como un proceso que aporta un cambio duradero en tu vida.
Construyes buenos hábitos comenzando poco a poco y aumentando el progreso. Y, a diferencia de establecer un objetivo que requiere fuerza de voluntad, los hábitos no están asociados a objetivos. Un hábito es algo que haces de forma rutinaria sin pensar mucho en ello.
Así que es útil pensar en Los 7 Hábitos como un proceso que pones en marcha. Y, una vez que estos hábitos se afianzan, continúan a lo largo de la vida y aumentan los resultados positivos a través de la eficacia.
La clave para lograr un cambio duradero es olvidarse de los objetivos y construir un proceso que no requiera fuerza de voluntad o alguna meta arbitraria.
Hábito 1: ser proactivo
El determinismo es la creencia de que los acontecimientos, incluida la acción humana, están determinados en última instancia por causas externas a nuestra voluntad. Implica que el libre albedrío es limitado. Y, que nos da vía libre en la vida porque no somos responsables.
Los tres paradigmas ampliamente utilizados para explicar el comportamiento humano incluyen el determinismo genético, psíquico y ambiental.
El determinismo genético vincula tu naturaleza y tendencias a los genes que heredaste. El determinismo psíquico las relaciona con tu educación. Y, el determinismo ambiental se relaciona con tu situación económica o social.
La mayoría estará de acuerdo en que estos son factores en nuestras vidas (hasta cierto punto). Pero no somos nosotros.
Proactividad significa que somos responsables de nuestras vidas y que el comportamiento está en función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. En esencia, tomamos la iniciativa y aceptamos la responsabilidad.
La proactividad es crucial porque nos permite moldear el futuro según nuestro diseño y tomar las riendas para convertirnos en todo lo que podemos ser.
Herramientas para diseñar tu futuro
Los humanos poseemos dos poderosas herramientas que nos dan la capacidad de diseñar nuestro futuro: la autoconciencia y la libertad de elegir.
Se cree que la autoconciencia es algo exclusivamente humano. Es la capacidad de pensar en nuestros pensamientos y de apartarnos de nosotros mismos para examinar la forma en que nos «vemos».
La libertad de elección es la capacidad de elegir cómo respondemos a las cosas. Antes de reaccionar, podemos elegir entre diferentes reacciones o no reaccionar en absoluto. Además, podemos aprender diferentes reacciones a través de las experiencias o enseñanzas de otros.
La actividad es una elección
Tienes una simple elección de actuar o no. Y, si no actúas, se actuará sobre ti. Tu lenguaje indica el grado en que te consideras una persona proactiva.
Las personas proactivas no culpan a las circunstancias o a los condicionamientos de su comportamiento. Es producto de su propia elección consciente, y se responsabilizan de ella.
Encuentran una respuesta adecuada y actúan en consecuencia. No se excusan por ello.
El conocimiento de uno mismo nos ayuda a ver nuestro nivel de proactividad o reactividad, y Covey considera que el lenguaje que utilizamos es un indicador del grado en que somos proactivos.
El lenguaje proactivo muestra responsabilidad. Algunos ejemplos son: Lo haré; Veamos las alternativas; Elegiré un enfoque diferente; y, Controlo mis sentimientos.
Las personas reactivas se excusan de la responsabilidad con frases como: «Así soy yo»; «No es mi trabajo»; «No me lo permiten»; o «Si tan sólo».
Este lenguaje muestra que piensan que no hay nada que puedan hacer al respecto. Así que las personas reactivas culpan a otras personas y circunstancias, a cualquier cosa menos a ellos mismos por su situación.
Círculos de preocupación e influencia
Nuestra gama de preocupaciones es amplia y puede incluir la salud, la familia, el trabajo, la deuda nacional y la guerra nuclear.
Sin embargo, dentro de nuestro «Círculo de Preocupación» hay cosas sobre las que no tenemos control y otras sobre las que podemos hacer algo.
Podemos identificar aquellas sobre las que podemos hacer algo y colocarlas dentro de nuestro Círculo de Influencia.
Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el Círculo de Influencia. Esta energía amplía y magnifica el Círculo de Influencia, haciendo que aumente.
Las personas reactivas centran sus esfuerzos en el Círculo de Preocupación. Esto da lugar a culpar, acusar y aumentar los sentimientos de victimización. Como resultado, su Círculo de Influencia se reduce.
Control directo, indirecto y sin control
Es esencial clasificar los problemas a los que nos enfrentamos en tres áreas de control; directo, indirecto y; sin control.
- Los problemas de control directo residen en nuestro Círculo de Influencia. Estos son el tema de nuestras «Victorias Privadas» que incluyen los Hábitos 1, 2 y 3.
- Los problemas de control indirecto están dentro de nuestro Círculo de Influencia. Estos son el tema de nuestras «Victorias Públicas» que incluyen los Hábitos 4, 5, 6 y 7.
- Los problemas sin control son sólo eso, más allá de nuestro control. El único curso de acción es aceptarlos aunque no nos gusten.
La libertad de Víctor Frankl
Victor Frankl fue un prisionero judío en los campos de exterminio de la Alemania nazi. Su fantástica historia de supervivencia muestra la importancia y el poder de la elección.
«Un día, desnudo y solo en una pequeña habitación, empezó a ser consciente de lo que más tarde llamó ‘la última de las libertades humanas’: la libertad que sus captores nazis no podían quitarle.
Podían controlar todo su entorno, podían hacer lo que quisieran con su cuerpo, pero el propio Viktor Frankl era un ser consciente de sí mismo que podía mirar como un observador su propia implicación. Su identidad básica estaba intacta.
Podía decidir en su interior cómo le iba a afectar todo esto. Entre lo que le ocurría, o el estímulo y su respuesta a él, estaba su libertad o poder para elegir esa respuesta.
Sufrió torturas y pérdidas personales y compartió cómo, a través de una serie de disciplinas, descubrió que ejercía libertades mayores que las de sus captores nazis».
Se convirtió en una inspiración para sus compañeros de prisión al utilizar la autoconciencia para descubrir este principio fundamental sobre el hombre: la libertad de elegir entre el estímulo y la respuesta.
Frankl demuestra un importante nuevo paradigma. Nos muestra cómo podemos convertirnos en personas altamente eficaces en cualquier entorno.
La libertad de elección nos da opciones, incluso en las circunstancias más adversas posibles.
El Dr. Covey lo resume de esta manera: «Nuestro comportamiento está en función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.»
¿Cómo puedes ser proactivo? Prueba esto durante unos días:
- Lo primero es reconocer que eres quien eres hoy por las elecciones que hiciste en el pasado.
- Sin el primer paso, nunca te capacitarás para elegir otra cosa.
- Ahora, elige trabajar algo sólo en tu «Círculo de Influencia».
- Haz pequeños compromisos y mantenlos.
- Cuando cometas un error, admítelo y corrígelo, aprende de él y luego sigue adelante.
¿Necesitas una idea? Escoge cualquier cosa que hayas querido hacer. Haga su cama, cree un fondo de emergencia y abra una cuenta de ahorros, comience a invertir para el futuro y abra una cuenta de corretaje, dé los buenos días a alguien.
Seguir estos pequeños pasos es todo lo que se necesita para ser proactivo, el primer bloque de construcción de una persona altamente efectiva. Es fácil y no requiere fuerza de voluntad. Muy pronto, el «Hábito 1: ser proactivo» se convertirá en su hábito. Y se dará cuenta de que se vuelve proactivo sin esfuerzo.
«Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito»
– Will Durant
Nuestro próximo artículo sobre Los 7 Hábitos de la Gente Muy Efectiva será sobre el Hábito 2: Comenzar con el Fin en Mente.
(1) Primeros Principios: Los bloques de construcción del verdadero conocimiento, Farnham Street Blog