GUÍA COMPLETA PARA EL CUIDADO DE LOS PACIENTES DE ALZHEIMER

Cuidar a alguien con la enfermedad de Alzheimer puede ser un reto increíble y requiere cuidados a largo plazo. Al igual que con otras formas de demencia y pérdida de memoria crónica, puede haber días que sean simplemente una repetición de días y semanas anteriores, pero a medida que la enfermedad avanza, se hacen evidentes diferentes problemas y pueden empezar a surgir nuevos patrones de comportamiento. Aunque esto es frustrante para los cuidadores, intente recordar que es igual de frustrante para el paciente, además de aterrador.
A medida que se vuelven menos capaces de hacer cosas que siempre han podido hacer, se volverán más dependientes de las personas que les rodean.

Si usted es responsable del bienestar de un paciente con demencia, es importante saber cuál es la mejor manera de cuidarlo. Nuestra guía para cuidadores y cuidados de la demencia incluye algunos consejos útiles para afrontar los retos más comunes a los que se enfrentará y ayudar a reducir la carga del cuidador.

Comunicarse

La comunicación es uno de los principales retos, tanto para el cuidador como para el paciente, siendo cada vez más difícil entender y hacerse entender.

Es mejor elegir palabras sencillas y utilizar frases cortas con un tono de voz suave. Además, hay que intentar minimizar el ruido y las distracciones, como la televisión o la radio. Esto ayudará a la persona a concentrarse en lo que está diciendo.

Evite hablar a la persona con EA como si fuera un bebé o como si no estuviera allí. Llámale por su nombre y asegúrate de que tienes su atención antes de empezar a hablar. Si está luchando por comunicar un pensamiento o encontrar la palabra adecuada, intente proporcionársela de forma suave.

Si hace una pregunta, espere pacientemente a que le respondan e intente no interrumpirle.

Cómo afrontar las alucinaciones y el comportamiento delirante

A medida que el Alzheimer avanza, hay un número de pacientes que experimentan alucinaciones, así como un comportamiento delirante. Las alucinaciones son básicamente cuando una persona ve, saborea, huele, siente o escucha algo que no está ahí y los delirios son básicamente creencias falsas de las que no se puede hablar con el paciente.

Intente reducir estos episodios apagando la televisión cuando haya programas perturbadores o violentos; a veces la persona con Alzheimer es incapaz de distinguir entre la realidad y lo que ocurre en la televisión. Si puedes, distráelo con un nuevo tema o una actividad diferente. Cambiar de lugar entrando en una habitación diferente o incluso saliendo al jardín puede ayudar.

Por muy difícil que sea, no discutas con ellos sobre lo que oyen o ven. En su lugar, intente consolarlos y responder a lo que expresan o sienten. Aunque no pueda impedirlo, asegúrese de que no tienen acceso a nada con lo que puedan hacer daño a alguien y de que están seguros.

Cambios de humor

Una de las cosas más difíciles de afrontar cuando se proporciona atención a pacientes con demencia de Alzheimer son los cambios repentinos de humor, especialmente si el comportamiento está completamente fuera de lugar. Por ejemplo, cuando una persona que siempre ha sido de naturaleza amable, con modales y etiqueta ejemplares, de repente empieza a utilizar un lenguaje soez y a hacer comentarios groseros, puede resultar molesto e hiriente. La clave está en averiguar cuál es la causa de los arrebatos. Aunque esto no lo solucionará, estarás en mejor posición para afrontarlo. Intenta mantener la calma durante estos arrebatos de agresividad y recuérdate que no es algo personal. Aunque esto es difícil, le ayudará a lidiar con ello.

A menudo, un arrebato es causado por la frustración del paciente al no poder comunicarse o entender. Puede ser útil utilizar una instrucción u orden a la vez, lo que hará que la tarea sea más fácil de entender.

Derrapar

El cuidado de los pacientes con Alzheimer implicará mantenerlos tan seguros como sea posible. Algunos pacientes con EA tienden a deambular, a veces lejos de su lugar de seguridad o de su cuidador. Es importante que sepa cómo limitar esta deambulación y protegerlos para que no se pierdan.

El primer paso es asegurarse de que lleven una pulsera de identificación o algo similar, como un collar médico. También podría inscribirlos en el Programa de Retorno Seguro de la Asociación de Alzheimer, si está disponible donde usted se encuentra. Si un paciente se pierde y no puede comunicarse con claridad, las joyas de identificación alertarán a los médicos y a otras personas sobre el estado de salud de esa persona. Debe notificar a las autoridades y a los vecinos para que sean conscientes de la situación.

Asegúrese de tener una foto o una grabación de vídeo reciente del paciente para ayudar a la policía, a los periódicos locales y a los vecinos en caso de que la persona se pierda y se desoriente. Asegúrese de que las puertas permanezcan cerradas y, si es necesario, considere la posibilidad de utilizar un cerrojo o una segunda cerradura. Si el paciente está familiarizado con las cerraduras, añadir un pestillo será de gran ayuda.

Incontinencia

Los ciudadanos de edad avanzada y las personas que padecen la enfermedad de Alzheimer pueden empezar a experimentar incontinencia a medida que su estado empeora. Esto es tan difícil para el paciente como para el cuidador que ofrece los cuidados de larga duración, incluso para los cuidadores familiares. La incontinencia también podría deberse a una enfermedad física, así que asegúrese de hablar con el médico de la persona.
Algunas cosas que podrían ayudar con esto incluyen: