Bien: No te hagas la víctima
Tu hermana mayor lleva años atormentándote por tu aspecto. (El tamaño de tu nariz. O tu trasero. O la forma en que te vistes.) A veces incluso te pega, aunque dice que «sólo está jugando». A lo largo de los años has aprendido a aceptar sus palabras y su comportamiento hiriente; después de todo, ¿qué otra cosa puedes hacer? Te ha tratado así desde el día en que naciste.
¿La dura verdad? Según un estudio publicado en Pediatrics, la agresividad entre hermanos pequeños puede convertirse en acoso escolar de adultos. Si ese es tu caso, bueno… ahora que eres adulto, puedes defenderte. «No entres en el juego», dice la doctora Janice Harper, antropóloga cultural especializada en conflictos. En lugar de eso, adopta el enfoque del Susurrador de Perros cuando se trate de tu manada… eh, familia: Mantén la calma y sé asertivo à la Cesar Millan. «Hazle saber al miembro de la familia que lo quieres, pero que no serás un objetivo», dice Harper. «No te involucres en la autodefensa ni en los contraataques». Ejemplo: Tu hermano dice: «Todo el mundo en la familia sabe que siempre te han mimado». Tú no dices… nada. No respondes. Te quedas tranquilo y sigues haciendo lo que estabas haciendo.