Un defensor budista de la paz y la libertad
Desde su exilio en la India, el líder religioso y político Dalai Lama ha encabezado desde 1959 la oposición no violenta a la ocupación china del Tíbet.
Cuando el Comité del Nobel eligió al Dalai Lama, destacó que éste basaba su filosofía budista de la paz en la reverencia por todos los seres vivos y en la idea de una responsabilidad universal que abarca tanto al hombre como a la naturaleza. Pesó mucho a favor del líder tibetano el hecho de que hubiera mostrado su voluntad de compromiso y de buscar la reconciliación a pesar de las brutales violaciones.
La concesión del Premio de la Paz dio al Dalai Lama la oportunidad de presentar un plan para la restauración de la paz y los derechos humanos en el Tíbet. En el plan recomendaba que el país se convirtiera en una zona ecológicamente estable y desmilitarizada que pudiera servir de amortiguador entre las principales potencias asiáticas. El objetivo era poner en marcha negociaciones serias sobre el futuro estatus del Tíbet, pero fue rechazado por el gobierno chino.