Leonardo da Vinci, «La última cena», 1498 (Foto: Haltadefinizione vía Wikimedia Commons Public Domain)
Este post puede contener enlaces de afiliados. Si realiza una compra, My Modern Met puede ganar una comisión de afiliación. Por favor, lea nuestra divulgación para más información.

Durante el Renacimiento, el «Viejo Maestro» Leonardo da Vinci produjo una cantidad de trabajo sin precedentes. Entre su famoso y ecléctico -y aparentemente interminable- portafolio, hay tres creaciones que sobresalen del resto: la Mona Lisa (un retrato pintado), el Hombre de Vitruvio (un dibujo científico) y La última cena (un fresco bíblico).

Desde su realización a finales del siglo XV, La última cena ha cautivado al público por su impresionante escala, su composición única y su misterioso tema. A continuación, echamos un vistazo a esta obra de arte mundialmente famosa, explorando su historia y desgranando las características que han llegado a definirla.

La pintura

En 1495, Ludovico Sforza -el duque de Milán y antiguo mecenas del artista- le encargó a Leonardo da Vinci que pintara un mural de 15 por 29 pies para el convento dominicano de Santa Maria delle Grazie en Milán como parte de un proyecto de renovación.

Santa Maria Delle Grazie en Milán

Específicamente, Sforza pidió a Leonardo que representara la última cena de Jesús, tal y como se describe en el Evangelio de Juan en el Nuevo Testamento de la Biblia. Al igual que otras representaciones de este conocido acontecimiento, Leonardo presentó a Jesús y a sus doce apóstoles en una mesa celebrando la Pascua, una fiesta tradicional judía. Sin embargo, a diferencia de otras obras similares, Leonardo optó por ilustrar el momento en que Jesús dice a sus seguidores que uno de ellos le traicionará, poniendo gran parte del foco del cuadro en las reacciones expresivas individuales de las figuras.

«Leonardo imaginó, y ha logrado expresar, el deseo que ha entrado en la mente de los apóstoles de saber quién está traicionando a su Maestro», escribió el escritor e historiador Georgio Vasari en las Vidas de los artistas. «Así, en el rostro de cada uno puede verse el amor, el miedo, la indignación o el dolor por no poder comprender el significado de Cristo; y esto no excita menos asombro que el odio obstinado y la traición que se ve en Judas.»

Un estudio para «La última cena» de los cuadernos de Leonardo, ca. 1495-1497 (Foto: the Artchive vía Wikimedia Commons Public Domain)