Los dientes caducos (dientes de leche) erupcionan entre los 6 meses y los 2 ½ años. Su anatomía en miniatura es la culpable de la rápida progresión de la caries, por lo que la primera revisión con radiografías debe realizarse de forma precoz.
Los padres deben instaurar medidas preventivas desde la erupción del primer diente de leche. Ver Profilaxis
Examinar a un niño que no tiene dolor a veces ya es un logro. Esperar a que el niño tenga dolor de muelas para acudir al dentista no es una buena idea.
Si se extrae un diente de leche prematuramente, es obligatorio colocar un «mantenedor de espacio» para que el diente permanente subyacente pueda erupcionar de forma natural, evitando una corrección ortodóncica.
Un seguimiento regular a una edad temprana es, por tanto, importante para seguir el desarrollo natural de la dentición permanente. Las revisiones periódicas también permiten revisar la técnica de cepillado, por ejemplo con la ayuda de revolvedores de placa.
A veces es necesario extraer un diente de leche mal colocado para que el diente permanente pueda erupcionar en su posición correcta. Su dentista puede aconsejarle sobre este tema.
Entre los 7 y los 11 años, la dentición caduca será sustituida por los dientes permanentes (en promedio). El primer diente permanente (primer molar o «molar de los 6 años») se desarrolla detrás de los molares de leche. Es el diente que más a menudo está sujeto a caries debido a la dificultad de cepillar la zona en una boca pequeña.
La erupción de los molares puede ser ligeramente dolorosa, en las farmacias venden juguetes para morder para disminuir la molestia, y también venden crema anestésica que puede ser útil.